Capítulo 108

8 0 0
                                    

Mi departamento está a oscuras, pero se podría decir que lo conozco lo suficientemente bien, como para poder caminar por él y no tropezar.

Pero tener a Ashton pegado a mi espalda, besando mi cuello y metiendo su mano bajo mi falda, lo hace una tarea un tanto complicada.

Giro y atrapo sus labios, para besarlo apasionadamente.

Pasión y lujuria. Excelente combinación.

Busco algún interruptor, pero no doy con ninguno y el sol que se filtra por las cortinas de la cocina es escaso.

—Ash… —Pido por él.

Sé que no hay marcha atrás en este momento y que todo a nuestro alrededor es irrelevante. Incluso respirar, porque no dejamos de besarnos ni un momento.

Dios, lo quiero aquí y ahora.

Me deja contra la pared más cercana y me besa con fiereza. Es una parte de Ashton que no conocía.

Él siempre es cuidadoso y amable conmigo.

Justo ahora no lo reconozco y me encanta.

Me aferro a su cuello para acercarlo a mí y devolverle el beso.

Soy fuego, estoy ardiendo con intensidad y no puede sentirse más placentero que hacerlo en sus brazos.

No hay un resquicio de espacio entre nosotros y aún así no es lo suficientemente cerca. Necesito más, quiero más.

Un suspiro escapa de mis labios, pero es apresado por los suyos, antes de poder respirar aire libre.

Caminamos a ciegas y chocamos con alguno de mis muebles. Nos reímos juntos y a pesar de nuestra torpeza, este momento no podría ser más perfecto.

Sus manos viajan a mi espalda, buscan el cierre de mi vestido y lo bajan con lentitud.

 Me ayuda a sacarlo y este cae a mis pies. Mi ropa interior es azul claro y aunque puedo ver un bulto en sus pantalones y soy consciente de su desesperación por tenerme, se toma su tiempo para apreciar mi cuerpo.

Sonríe y se acerca para retirar mi sujetador y exponer mis senos.

Esperando por él. Ansiosos y duros.

Sonrío con malicia y lo incito a acercarse y besar. Su boca se cierra entorno a uno de mis pezones y tira suavemente. Mi cabeza cae hacía atrás y un suspiro escapa de mi garganta.

—Oh, vamos —protesto cuando se aleja de mí.

Estoy completamente desnuda, a excepción de mis pantys. Las medias me las quité en el auto. Están rotas y ya no sirven, después de todo.

Antes del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora