Diane Ling.
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—Aquí tienes la pala.—Una mujer con una arruga en la nariz me dice.—Es un milagro que la ropa te quede bien.Me di una mirada rápida, llevaba un pantalón negro y una camisa manga larga blanca con botas negras, parecía que iba a montar a caballo en vez de limpiar su popo.
—Supongo.—La mujer se quito el delantal verde que se supone yo tendría que ponerme en un momento.
—Tuviste suerte.—Solto con algo de molestia.—Conociendo al director es raro que te haya puesto este castigo.
—¿Que quieres decir?—Pregunto confundida y gira a verme con una mirada cansada que grita ayuda.
—Ese hombre.—Me dice refiriéndose al director.—Escanor Kiraz, es cruel. Todos creen que es el hombre más maravilloso del mundo Pero no es más que una farsa. ¿Sabes por qué estoy aquí?
—¿Por qué le gusta la popo de caballo?—Pregunte con una mueca y la mujer movió sus hombros, en un intento de risa.
—Estoy aquí porque no hice bien su jodida comida. Si tazón de Fallet.
—¿Que es Fallet?
—Creeme niña, es mejor que no lo sepas.—Hago una mueca y la mujer suspira.—Buena suerte, domar a esas cosas no sera fácil.
—Gracias...—La veo y antes de salir le grito.—¡Buenas noches!
La mujer cierra la puerta del granero con fuerza, hago una mueca sosteniendo con fuerza la pala.
—Que mal educada es la gente...—Suspiro dándome la vuelta para ver donde se supone que estoy. —Bueno, voy a empezar sin rubí.
Dejo la pala de lado y me coloco el delantal verde, me muevo el cabello que tengo en una tresa que empieza desde la raíz de mi cabello.
Un mechón se me pone frente los ojos y me lo soplo, me lo colocó atrás de la oreja y camino por el enorme lugar con la pala.
Está todo silencioso ¿Dónde se supone que están los caballos? Y aún más importante ¿Dónde están los vigilantes de este lugar?
Miro mi alrededor confundida, por alguna razón este lugar se me hace familiar.. muy familiar.
Bajo unas escaleras que aparecen en mi travesía y abro unas enormes puertas de madera que por alguna razón pesan mucho.
Suelto un suspiro y cuando veo lo que tengo en frente sonrió pero mis sonrisa no dura mucho.
—Pero que es esto.—Digo horrorizada al ver a los caballos.
Todos tiene una cosa metálica rodeandoles el cuello, no pueden moverse, respiran con aceleración. Mis ojos encuentran que tienen amarrados los pies con los mismos metales.
La pala se me cae de las manos y los caballos al verme empiezan a hacer ruido, chillan asustados.
—Calma, calma.—Pido mirándolos a todos. —No les haré daño, calma.
Retrocedo intentando que se calmen, miro a todos abrumada y estoy tan centrada que no me doy cuenta que voy hasta el último espacio donde hay un establo que suena asustandome.
Me voy de bruce al suelo pero eso no evita que tome el rastrillo que está cerca y me gire usándolo como arma.
Veo que hay dos caballos dentro, eso hace que suelte un jadeo.
Son un caballo amarillo y otro blanco.
—¿Que...
—Me parece que no le informaron que no podía pisar está parte, señorita Ling.—Abro mis ojos levantandome de golpe y girando en posición de ataque hacia quien me habla.

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Corazón de Cristal
FantastikDiane no cree en la magia.. mucho menos en las criaturas increíbles y mágicas de las cuales su mejor amiga le a hablado desde pequeña. Tampoco creía en la academia de magia de la cual siempre le hablaba y decía que quería ir cuando tuviera diecisiet...