Arem
——Unos días después me estaba preparando para averiguar que le gustaba a Gej.
Debía agradecerle de alguna forma el regalo que me había hecho.
Aun no podía creer que me regaló algo.... Y que ese algo fueran nuevas criaturas que vivirían y se reproducirian en Darev.
¡Esto era un regalo enorme!.
Y no sabía porque me había dado algo tan bonito.
Camino tan rápido como puedo por Darev mientras busco a Iral. Es el unico que puede ayudarme.
Cuando lo encuentro corro hacia él, está sentado en un risco mientras mira el mar. Creo que está viendo a las criaturas que puso a vivir ahí. Son mitad humanos y mitad pez.
Les llamó sirenas.
A mí me dan un poquito de miedo porque tiene dientes filosos....
Pero son bonitas.
Aunque les gusta comer humanos.
Así que no me parecen tan bonitas.
—¡Iral!.— Le llamo al caer a su lado y se sorbresalta. — Hola.
—¡Arem!.— Se echa hacia atrás agarrando su pecho. — ¡Pero por lo más sagrado en Darev! ¿Estás loca?.— Me mira con ojos abiertos y no entiendo porque se asusta.
Me asomo en el risco y veo a Siena hablar con una sirena.
Oh, con que por eso se asustó.
Sonrió divertida viendo a Iral que parece se moriría. Lo cual es imposible amenos que toquemos las cosas que nuestros creadores pusieron en la tierra como castigo por la peticion de Gej, para poder visitar los demás mundos a los que estamos conectados.
Es nuestra culpa aquello, sabíamos que además de nuestro universo habían unos once más, lo cual significaba tener más dioses, o sea más hermanos...
Gej al ser el primero intento hablar con los guardianes, solamente pregunto y ellos... Fueron malos y lo castigaron lastimandolo mucho.
Los guardianes fueron crueles con Gej.
La obsidiana es lo único que puede acabar con nuestra vida eterna. Gej y Iral se encargaron de ocultarlo muy bien para que no suframos.
Pero lo que se oculta tarde o temprano sale a la luz.
—¿Que haces aquí?.— Iral me pregunta y le muestro la canasta que tiene comida.
— ¿Por qué no le dices a Siena que te gusta?.— Le pregunto y me mira mal agarrando un pan.
— No sabes lo que dices.
— Se que estás enamorado de ella. — Sonrió en grande. — La amas.
— Arem, eres muy pequeña para saber que es el amor.
— He visto a los humanos lo suficiente como para saber que es el amor. — Me defiendo. — Cuando amas a alguien estás dispuesto a cualquier cosa por esa persona, te hace feliz. Causa tus risas aunque a veces tus lágrimas... Te hace ver el mundo de colores y sentir vivo.

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Corazón de Cristal
FantasyDiane no cree en la magia.. mucho menos en las criaturas increíbles y mágicas de las cuales su mejor amiga le a hablado desde pequeña. Tampoco creía en la academia de magia de la cual siempre le hablaba y decía que quería ir cuando tuviera diecisiet...