Corazón de Cristal

Capítulo 44

Ascian Kiraz.
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Camino junto a una pequeña Diane que mira molesta a todos lados.

Es raro verla así....

—¡Ya!—Doy un salto cuando se gira a verme molesta.—¡Deja de mirarme raro!

Me mira usando una camisa rosa y un overol azul con zapatos rosados. Eso se lo dió su familiar.

Apesar de que ya tiene la conciencia de diecisiete años, tiene la apariencia de una niña de dos años y él que tenga el cabello en dos colitas no le ayuda.

—¡Soy yo Ascian!—Se señala con sus pequeñas manos.—Deja de verme como si fuera un bichito raro.

—Ma alde..—Me detengo cuando eso sonara raro. Niego y me agachó a su altura.—Lo lamento Diane, es que es raro está situación.

—¡Ya se!—Chilla con voz infantil antes de cubrirse el rostro con sus pequeñas manos.—Ya se.

Unoña sonrisa aparece en mis labios, en serio parece una niña pequeña y es tan linda que se me hace imposible no sonreír como tonto.

Le quitó las manos del rostro y dejo un beso en su frente, ella chilla y la tomo en brazos para llenarle el rostro de besos causando que suelte una risa de bebé.

—¡Oye para!—aleja mi cara con sus pequeñas manos.—¡No hagas eso!

Me río con ella en brazos y sigo caminando, noto como hay varios guardianes que tienen a los de primer ingreso como si fueran bebés.

—¡Britney!—Escucho a Nissan gritar. Cuando lo encuentro con la mirada Britney está con la cara en el piso y se levanta aturdida.—¿Estás bien?

—¡Eso fue increíble!—La castaña grita en sus brazos cuando la alza alterado.

Me acerco con Diane, noto que su amiga tiene puesto una camisa manga larga lila con unos pantalones azules y zapatos del mismo color de la camisa.

Diane se baja de mis brazos y corre hacia Britney que al verla sonríe. Ambas se dan un gran abrazo y casi me río al ver lo infantil que se ve aquello.

—¿Dónde está Izan?—Le pregunto a Nissan que suspira señalando detrás de él.

—Allá.—Todos giramos viendo como Izan está levitando en el aire y Kalessi está de cabeza guindando de piernas de una rama.

Mi primo le sonríe mientras ella tiene los brazos estirados y dice cosas que no se entienden.

—¡Kalessi!—Diane grita con la voz de niña pequeña y la susodicha al verla se sorprende.

—¡Diane!—Hace un movimiento brusco que causa que se caiga de la rama y las chicas chillen. Mi primo la agarra rápidamente y se ríe.—¡Gracias!

Ambos se acercan a nosotros y cuando Izan la deja en el suelo Kalessi se une a las chicas que se alejan para hablar de vaya a saber que.

—¿Que a dicho tu padre?—Izan me pregunta mientras las chicas hablan de cosas moviendo sus manos.

—Aun nada.—Saco el frasco con las pastillas que Diane debe tomar para seguir consciente.—Solo dijo que cada cuatro horas deben de tomar esto. No dijo nada de cuando volverán a la normalidad.

—Me preocupan.—Nissan habla nervioso.—Son muy pequeñas, se pueden hacer daño rápidamente.

—A mi se me hace raro.—Mi primo murmura con una mueca.—Apenas nos dimos nuestro primer beso y ahora es una niña...

—¿Se besaron?—Nissan pregunta sorprendido y Izan se ríe divertido

—Si.

—¿Los labios?—Pregunta de nuevo. Mi primo se relame los labios antes de revolverse el cabello.