Capítulo 11

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Abro los ojos esperando estar en los brazos de un partero, pero solo me encuentro con el rostro de consternación de Jonathan, lo que todo me indica que la tortilla española no es mi misión a cumplir. En cierta parte me siento mejor de que no fui tan aburrida para tener de objetivo en vida comer una tortilla, pero a la vez estoy frustrada porque esta búsqueda sigue.

-¿Tienes algún aviso de que debamos volver? —pregunté con cuidado.

-Sí, el jefe acaba de avisarme telepáticamente que debemos transportarnos a su oficina inmediatamente para que tu alma sea trasladada hacia el cuerpo de un futuro bebé en la India.

-¿En serio? —pregunté preocupada, sentía que mi cuerpo temblaba.

-No idiota, estoy bromeando. No sucedió nada.

-Dijiste que no haces bromas en el trabajo—gruñí irritada.

-Bueno, este no es mi trabajo convencional.

-Te gusta buscar los espacio libres en la ley ¿ah? —solté el tenedor con brusquedad sobre el plato— Bien, supongo que tenemos que seguir buscando mi maldita misión. —estaba por levantarme cuando vi que Jonathan seguía sentado comodamente — ¿Qué ocurre?

-No lo sé, ¿no quieres disfrutar otro momento en que puedes sentir el sabor de las cosas? La tortilla tiene buen olor, y dijiste que es tu comida favorita.

Lo que entendí entre líneas, es que en realidad él por fin estaba comiendo algo que tenía sabor y no quería perder la oportunidad que tuvo en estos cien años. Admito que enterneció mi corazón por un segundo a pesar de estar preocupada y ansiosa por buscar mi razón para renacer.

-Vamos, siéntate.

-¿Vamos a seguir hablando sobre tu pasado?

-Claro que no. Ahora come.

Bueno, al menos lo intenté.


°°°


-Ya que estamos así, ¿podemos comer una hamburguesa con doble queso? — solté cuando salimos del restaurante. Jonathan volteó hacia mí con una expresión de consternación y me miró de arriba abajo.

-Acabas de comer una tortilla española entera y también lo que dejé, ¿y tienes espacio para una hamburguesa? — no sabría decir si se sentía asqueado o asombrado por mi pedido— ¿Acaso tienes más de un estómago?

-Es que, ¿Cuándo va a ser la próxima oportunidad en la que tengamos cuerpos para comer? —digo con obviedad y desesperación— ¡Comer es importante!

-Ahora lo estás diciendo por pura gula, Harrison. Y respondiendo a tu pregunta, eso puede ser mañana o en una semana, depende de lo que hagamos.

-¡O en años! —alcé los brazos para que entienda mi preocupación — Pasaste décadas sin sentirle sabor a la comida como si todo fuera hecho de tofu.

-Te acostumbras con los años—elevó los hombros sin preocupación. Dios, me saca de mis casillas.

-¡Jonathan!

-¡Ya! Deja de gritar que todavía estamos con estos cuerpos—con su mano me pidió que bajara el volumen para luego agarrarse la frente con cansancio— Prometo llevarte a comer una vez al día hasta que cumplas tu misión, ¿te parece bien?

-Dos veces.

-¿Eh?

-Dos veces. Me gusta la hora del té — Jonathan me quedó mirando como un gato que odia la presencia de la gente— Prácticamente creas dinero de la nada, así que no te daría gasto alguno.

-Vale, dos veces pero—-elevó rápido su dedo cuando comence a sonreír— Lo vamos viendo en el día, ¿okay? No estoy acostumbrado a comer algo... con sabor—aclaró.

-¿Entonces puedo comer la hamburguesa?

-¡No! —chilló irritado — Comenzamos desde mañana.

-Jonathan

-¡¿Ahora qué?! —soltó con cansancio hacia el cielo como pidiendo que me partiera un rayo por la mitad. Bueno, ya lo hizo un auto si hablamos correctamente.

-¿Las almas en espera duermen? Porque es de noche, ¿o vamos a caminar como muertos vivientes? —quedó en silencio.

-O sea, puedes dormir si eso quieres pero tu cuerpo no lo necesita—habló más calmado— Practicamente cuando estamos vivos necesitamos descansar y recomponernos pero...

-Ya muertos no, claro—suspiré agotada. Caminé unos pasos hasta sentarme en la acera, todo es demasiado repentino— ¿Tú que haces en la noche?

-Bueno, no suelo tener noches libres por el trabajo. Ya sabes, la gente puede morir en cualquier momento en todas partes del mundo. Y si no es por escoltar un alma, me quedo haciendo papeleo en la oficina.

-Vaya, eres muy alocado—bufé irritada— ¿Y los primeros años que fuiste un alma? ¿También hacias eso? —él frunció un poco los labios, tratando de recordar.

-Bueno... —suspiró— Sabes, el cine apareció en el 1890 y algo y no era algo que cualquiera pudiera pagar. Yo siempre quise ir, y como prácticamente nadie podía verme, solía meterme a algunas funciones. O bueno, tampoco tenía dinero para libros así que me metía a la biblioteca de la ciudad para leer algunas obras.

-Oh, así que si te gustaba romper un poco las reglas. Me hubiera llevado bien con el viejo Jonathan—el sonrió con tristeza o más bien con melancolía, como si extrañara a su viejo yo— ¿Leías algo en particular?

-Sherlock Holmes—sonrió— Prácticamente pude verle la cara a Arthur Conan Doyle—soltó una carcajada— Ese fue un buen día. Puede que cuando hicieron algunas películas también haya roto el reglamento para meterme a los cines—entrecerró los ojos.

-¡Lo sabía! Te aprovechas de tu estado de alma en espera. Y luego me criticabas.

-No, tu idea es utilizar un cuerpo y comprar un penthouse. Yo no hice eso.

-Parecido—le resté importancia— ¡Oh! ¡Ya sé! Vamos a ver una película entonces. — me levanté eufórica — Está Harry Potter y la Piedra Filosofal en la cartelera, siempre me he dicho que tenía muchas ganas de verla, ¡tal vez sea mi misión ha cumplir!

-Oh, creo que me leído el libro.

-¡Perfecto! ¡Vamos! Pero—le vuelvo a apuntar con el dedo cuando se levantó de la acera. Sí, se sentó a mi lado, fue un tierno gesto.

-¿Qué?

-Quiero comer palomitas.

-... ¿Te vas a comer esas palomitas? —me preguntó con tono de padre de ¿"realmente vas a usar eso"?

-No, pero es parte de la experiencia.

-... —quedó en silencio mirándome— Okay, andando. Pero, te contaré la historia de las palomitas. ¿Sabías que se empezaron a comer durante la Segunda Guerra Mundial en Estados Unidos?

-Oh, rayos que he hecho...

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Hola! Nuevo capítulo <3 Muchas gracias por llegar hasta aquí, espero que les este gustando.

Un vínculo eternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora