Cuando vimos la luz | ESCENAS ELIMINADAS

|Escena eliminada| - Ruga visita a Leo de nuevo

Recuerda que estas escenas son escenas eliminadas del borrador original y que no salen en el libro publicado, pero puedes hacerte una idea de cómo es por dentro, la narración, los personajes... 

Para evitar spoilers, estas escenas no van a tener ni contexto ni explicación de cuándo suceden.

Si quieres apoyarme como escritora e ilustradora y si te llama este libro, puedes pedirlo en cualquier librería de España, comprarlo a través de este enlace, o si eres de América Latina, buscarlo en BuscaLibre. 

Recuerda también que esto es un BORRADOR al que no se le ha aplicado ni editing ni corrección. 

|Escena eliminada| - Ruga visita a Leo de nuevo

Cuando el chico moreno entra por la ventana del vestíbulo con su sonrisa radiante apenas cinco minutos después de que Azul me deje solo, me hace dar un respingo por el susto; también me hace temer por un momento que ella le haya contratado para que yo no me quede solo.

La idea se esfuma de mi cabeza con la rapidez en la que ha entrado cuando veo su aspecto deshilachado y su gesto de ser una persona que no seguiría órdenes ni aunque le ofrecieran muchos favores. La puerta estaba cerrada pero ni ha llamado, sino que ha preferido colarse por la ventana. Eso sí, sabiendo que estaba yo dentro, porque no hay nada en su rostro que revele un atisbo de decepción, sorpresa o molestia.

—Buenas, grandullón —dice.

Siento un calor en el pecho al verle acercarse, con su sonrisa y sus ojos haciendo una competición por ganarse mi atención. De repente necesito volverme para mirar todo a mi alrededor. ¿Está todo presentable? Suspiro de alivio al comprobar que a excepción de alguna cosa que podría estar guardada, todo está bien recogido. El mirar la nevera es precisamente lo que me hace recordar que las últimas interacciones —y las únicas— con esta persona fue un robo y unas galletas.

Lo miro, a lo mejor durante demasiado tiempo, pensando en que no parece querer hacer ninguna mención al respecto. Trago saliva. ¿Ha venido a coger cosas otra vez?

—Estás un poco tenso —anota, y a sus palabras le siguen una sonrisa de medio lado que si pretendían calmarme, consiguen todo lo contrario—. ¿Es por mí?

Esas últimas palabras me dejan tieso. ¿Cómo puede ser tan directo? ¿Y por qué lo dice de esa forma que parece que esté jugando? Si tenía alguna duda de que él y Azul estuvieran juntos, se termina de disipar: Azul no contrataría nunca a una persona tan indiscreta.

—Perdona.

Él abre mucho los ojos un momento, para al instante, romper a reír. Tiene una risa que se me cuela en los huesos y me produce cierto escalofrío, pero no es algo desagradable. No lo es.