#ProyectoPurpleose surgió a finales de 2022, y se empezó a compartir escenas de los protagonistas en la cuenta de Kalisdice en Twitter. Año y medio después, este proyecto se publica el 4 de abril por Random Comics (Penguin) bajo el título de «Cuando...
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Recuerda que estas escenas son escenas eliminadas del borrador original y que no salen en el libro publicado, pero puedes hacerte una idea de cómo es por dentro, la narración, los personajes...
Para evitar spoilers, estas escenas no van a tener ni contexto ni explicación de cuándo suceden.
Si quieres apoyarme como escritora e ilustradora y si te llama este libro, puedes pedirlo en cualquier librería de España, comprarlo a través de este enlace, o si eres de América Latina, buscarlo en BuscaLibre.
Recuerda también que esto es un BORRADOR al que no se le ha aplicado ni editing ni corrección.
💥 Esta sección tiene spoilers que se marcarán 💥
|Escena eliminada| - Tazas negras
Iban en serio, al menos, Lida. Me da la sensación de que Violette sencillamente se ha sentido arrastrada.
Se quedan hasta que llega el tercer turno. Primero, descubriendo la casa —a excepción de mi cuarto, que no quiero que nadie aparte de Ruga y Azul vean—, luego, hablando de cualquier cosa en el salón. Cuentan cotilleos de gente a la que no conozco, curiosidades del Subterráneo que desconocía, como que hay personas que tienen topos de mascota, que hay zonas que tienen peligro de derrumbamiento o que hay rumores de que los líderes de los Distritos contratan a sicarios para matarse entre ellos. Lida participa con algún dato extraño que luego Ruga desmiente para no confundirme, como que algunas casas tienen fantasmas o que algunos niños nacen de los invernaderos de frutas.
Cuando llega la hora de comer, me levanto a preparar algo de pasta siguiendo una de las recetas de uno de los libros de la biblioteca. Es ella la que se acerca conmigo a los fogones, y sé que Ruga no lo hace porque Lida lo tiene entretenido. Están gritando al fondo, y yo me centro en que la salsa quede bien.
Hasta que escucho un gimoteo de Violette y me vuelvo hacia ella. La escena me causa una ternura que no me cabe en el pecho. Ya me dijo Ruga que tenía un par de años más que él, pero es lo único que lo demuestra. Tiene los ojos tan grandes como los de un niño, y es bajita, mucho más que Ruga y tanto que su mano se queda a medio camino de llegar a su objetivo: las tazas del armario.
Dejo de remover la salsa para bajar varios tazones, en el trayecto, no puedo evitar fijarme en el círculo de la familia que en efecto tiene. Vuelvo a la realidad cuando ella coge el tazón negro para echarse agua del grifo, doy un respingo.
—Ah...
Ella ladea la cabeza, curiosa.
—¿Ocurre algo?
Me llevo la mano al cuello.
—E-es que...esa taza negra...—Me callo, porque es una estupidez. Es una enorme estupidez y en especial cuando en la Superficie todo era tan impersonal.
