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Desperté totalmente mareada, no sabía dónde estaba hasta que recordé la anterior escena, y un miedo totalmente abrazador me invadió al instante.

Estaba sobre lo que suponía era una silla atornillada al piso, ya que no podía moverla. Mis muñecas y tobillos estaban atados a ésta con gran fuerza, impidiendo cualquier movimiento. Tenia un pañuelo atado a mi nuca, el cual me impedía hablar. Podía sentir la humedad en todo mi cuerpo, estaba en un cuarto oscuro, demasiado oscuro.

Di un gran grito pidiendo ayuda, el cual nadie escuchó.

Estaba totalmente muerta de miedo, cada hueso, músculo y arteria dentro de mi temblaban de frío y cada vez sentía más lágrimas rodar sobre mis mejillas. La desesperación me invadió rápidamente por lo cual no pude evitar soltar otro grito. Comencé a jalar de mis manos y tobillos en un intento desesperado por soltarme, lo cual me fue inútil.

Al cabo de unos segundos un gran ruido proveniente de fuera me hizo soltar una grito ahogado. Un foco colgando sobre el techo se encendió de repente, cegándome por completo, no pude evitar soltar unos cuantos quejidos y cerrar los ojos a causa de la ceguera repentina.

Después de acostumbrarme a la luz comencé a mirar a mi alrededor.

Era un cuarto pequeño con moho por todos lados, había una pequeña tubería al fondo de la cual salían pequeñas gotas de agua hasta chocar con el piso. Al frente de mi había una puerta de metal bastante grande y a su lado un pequeño banco viejo de madera.

El miedo me llenaba cada vez más y más, cada vez que pensaba que ya no podía tener más miedo, éste aumentaba repentinamente.

-¡Ayuda! -Grité desesperadamente.

La puerta se abrió al momento, por la cual entró el anterior hombre de traje, pero ésta vez vistiendo una camisa algo sucia y unos viejos pantalones rotos, llevaba una pequeña navaja en su mano izquierda.

-¡No! ¡por favor! -Dije, esforzándome por escucharme lo más clara posible.

Caminó hacia mi sin siquiera mirarme a los ojos y, al llegar a mi lado, cortó el pañuelo de mi boca.

-¡¿Por qué me haces esto?! ¡Yo no he hecho nada! ¡¿Sabes lo que te harán por secuestrar a una agente de la CIA?! -Y miles de lagrimas salieron involuntariamente.

-Ex agente -Aseguró con una gran sonrisa, y se fue en dirección al pequeño banco. Al tomarlo caminó de nuevo hacia mi, para después dejarlo frente a mi y sentarse.


Reid P.D.V

-No hay signos de pelea -Dije dirigiéndome a Morgan. Al parecer todo estaba en completo orden en aquella escena.

-_______ entraba a trabajar a las 8:30, compró un café a las... -Y miró el ticket que había tomado de dentro del auto - 8:35. Iba tarde.

-Esa es hora de tráfico, tal vez por eso decidió tomar ésta calle -Dije mirando toda la escena.

-Derramó su café y se detuvo a limpiar, el ignoto se acercó ofreciendo ayuda, y después la atacó.

-Esta chica... -Y miré una foto que anteriormente había sacado de su auto, junto con su licencia de conducir -Tiene buen físico, debió de pelear pero no lo hizo, ¿por qué?

-Tal vez la amenazó con un arma -Dijo Morgan mirando la foto de la chica.

Decía tener 25 pero parecía de aproximadamente 20. Tenía cabello castaño claro y ojos verdes. Seguía sorprendido de que fuera ex agente.

-¿Y si las ayuda y después las droga? -Preguntó Morgan minutos después.

-Tal vez -Respondí, para después volver a mirar una tercera vez el auto.

-¿Viste la expresión de Hotch al escuchar el nombre de la víctima? -Preguntó Morgan de repente -¿Crees que la conozca?

-Eso no importa, lo que importa es saber dónde está. La última víctima apareció 48 horas después de su desaparición, nos quedan aproximadamente... -Y miré mi reloj -44 horas para encontrarla.

-Muy bien -Dijo, apartando el tema de Hotch al momento -Para llevarla sin levantar sospechas debió de tener un auto cerca así que tal vez alguna cámara pudo haberlo visto.

-Llamaré a García -Dije por fin.


_________ P.D.V

Mis piernas temblaban, pero ésta vez no era de frío, sino de asco. No podía creer que aquel monstruo había abusado tan fácilmente de mi. Una gran ráfaga de recuerdos provenientes de mi infancia habían llegado a mi mente después de aquel asqueroso momento.

No podía creer lo que aquel asqueroso hombre me había hecho, sólo podía pensar en el asco que sentía hacia mí.

-Eres un cobarde... -Susurré. Sabía que me escuchaba, estaba cien por ciento segura de eso -¡¿Me escuchas?! ¡No tienes ni derecho a hacerte llamar hombre! -Dije, esta vez con más fuerza.

Al terminar la frase la puerta volvió a abrirse y el mismo hombre apareció detrás de ésta. Llevaba en su mano izquierda la misma navaja de hace unas horas y se acercó rápidamente, para después hincarse frente a mi. Al momento comenzó a hacerme pequeños pero dolorosos cortes en mis muñecas, brazos y piernas, de repente un recuerdo vino a mi mente.

"No importa cuanto dolor sientas, siempre habrá una manera de escapar"

Resonaron las palabras que alguna vez escuche de aquel sabio agente en cada rincón de mi cabeza, y decidí hacer caso, así que comencé a pensar, a tratar de entrar en su mente, tratar de volver a mi anterior trabajo mientras guardaba la calma e ignoraba todo el dolor.

Éste hombre siempre lleva todo en la mano izquierda, o sea, es zurdo. Cojea notablemente, tal vez un punto débil. Tenía una buena apariencia a los ojos de todos y aquí es completamente lo contrario, tal vez porque se sienta tan inferior a los demás que trata de verse superior. Tal vez lo hirieron de pequeño, y de ahí la navaja.

Eso era, ya sabía qué hacer.

Mi Genio Favorito ~Criminal Minds~ (Spencer Reid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora