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Reid P.D.V

La miré de nuevo, esta chica me había salvado la vida.

-No... -Sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente. Miré a sus muñecas y comencé a presionarlas fuertemente -Resiste ______, la ayuda viene en camino -Cada vez más y más sangre lograba salir por entremedio de mis dedos -¡Ayuda! -Grité.

Al momento un par de médicos con camilla en mano me obligaron a apartarme de ella. Caí al suelo mirando atentamente aquella escena. A los segundos apareció Hotch, su manera de mirar a _____ lo decía todo. Se conocían, definitivamente se conocían.

-Me salvó, Hotch. Ella me salvó -Dije aún aturdido.

-Levántate, necesitas ir al hospital -Dijo por fin después de unos segundos mirando como subían a la chica a la camilla y la llevaban fuera.

-No estoy herido -Y me puse de pie rápidamente, para después levantar el arma y guardarla de nuevo a mi costado.

-Lo sé -Dijo, para después salir de aquel oscuro cuarto.


______ P.D.V

Había despertado, aunque mis ojos seguían cerrados. Increíblemente, después de todo lo que había visto en la CIA, tenía miedo de qué vería al abrirlos. Escuchaba un ligero pitido a mi derecha y sentía mi cuerpo completamente lleno de cables, agujas y sensores unidos a mi pecho.

-¿________? -Aquella voz me hizo sobresaltar al instante -Tranquila.

Decidí por fin abrir los ojos para después encontrarme con aquel chico del FBI, esta vez sin chaleco y con una pequeña mancha de lo que parecía café en su corbata y parte de su camisa. Después mire a mi alrededor, mis brazos estaban vendados, habían cables por doquier y una pequeña bolsa de sangre conectada a mi.

Estaba totalmente incomoda y al instante traté de moverme y cambiar de posición, todo mi cuerpo ardió y dolió al momento, gritando que no me moviera. Segundos después puso su mano en mi hombro con una gran calma y suavidad que incluso me sorprendió.

-No te muevas, las puntadas pueden abrirse.

-Odio los hospitales -Dije rendida, segundos después, al ver que el agente no hablaría. Éste me sonrió al instante.

-Bueno, un hospital promedio salva un aproximado de 146 vidas al día -Dijo rápidamente.

-Impresionante -Dije con una sonrisa.

-Soy Spencer Reid, por cierto.

-Creí que nunca lo dirías -Y, antes de que nuestra platica siguiera, su celular comenzó a sonar dentro de su bolsillo. Éste caminó fuera rápidamente mientras respondía y, debido a que las puertas eran completamente hechas de vidrio, aun podía verlo desde la cama. Comencé a fijarme en los detalles de aquel agente.

Su cabello era corto y castaño claro, era bastante alto y delgado, bastante atractivo.

Unos segundos después éste terminó la llamada y volvió a mi lado.

-Buenas noticias -Dijo inmediatamente- Tus padres están en camino.

-Grandioso -Aunque no me encantaba la idea de que mis padres me vieran en esta situación, aún sin saber lo que había pasado cuando tenía quince, me alegraba verlos de nuevo.

Pasaron unos cuantos segundos y el silencio se adueñó completamente del cuarto, a excepción de aquel molesto pitido.

-Escucha -Y se sentó en un pequeño sillón que había al lado de la cama -Quiero darte las gracias.

-¿Por qué? -Pregunté, Spencer estaba completamente serio.

-Me salvaste la vida -Y recargó sus manos entrelazadas sobre la cama, a un costado de mi -De no ser por que estabas consciente...

-Ustedes salvaron la mía, no hay nada que agradecer -Dije interrumpiéndolo, para después poner mi mano izquierda sobre las suyas, éste las miró detenidamente.

Aquel detalle, el hecho de que decidiera esperar y dar las gracias, era un detalle bastante dulce.

-Y, ¿estás bien? -Preguntó segundos después.

-Bueno, no puedo moverme y estoy llena de cables así que...

-No, hablo de sí ¿"estás bien"? -Preguntó de nuevo, haciendo un pequeño énfasis en las últimas dos palabras.

¿Estaba bien?
Estaba tirada en una cama de hospital con varios moretones y cortadas, gracias a que horas atrás me habían secuestrado. No, claro que no estaba bien, ni siquiera se acercaba.
Aquel hombre había abusado de mi, me había torturado, y ni siquiera sé por cuanto tiempo, podrían haber sido tan solo horas, días o incluso semanas. No sabia que día era y mucho menos la hora. Aquel hombre me había arruinado la vida.

Justo en ese momento me pregunté ¿por qué yo?, ¿por qué siempre yo?

Una pequeña y delgada lagrima resbaló sin previo aviso por mi mejilla, la cual limpié al momento.

-Lo estaré -Y lo miré a los ojos, su expresión estaba llena de tristeza aunque, aún así, la seguía adornando con una pequeña y torcida sonrisa.

Un pequeño ruido a nuestra derecha nos hizo distraernos el uno del otro, provocando que dirigiéramos nuestra mirada hacia la puerta.

-Mamá... -Susurré.

Me había estado conteniendo, luchando por no llorar y, en ese momento, todo esfuerzo se desvaneció por completo. 

Miles de lagrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, para después sentir los brazos de mis padres rodeándome completamente. El dolor causado por su abrazo me invadió al instante y, segundos después, desapareció. Comencé a sentir sus lagrimas mojar mi hombro.

No podía estar mejor, por fin estaba en casa.

Mi Genio Favorito ~Criminal Minds~ (Spencer Reid)Where stories live. Discover now