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-¿Desea algo de beber señorita?

-Estoy bien, gracias -Y se alejó a dar servicio a los demás asientos.

Al ser aproximadamente las 6 de la tarde el radiante sol lograba quemarme ligeramente, por lo que había decidido cerrar la pequeña ventanilla, aunque no fue una gran idea ya que ésta, al atorarse, logró torcerme ligeramente la muñeca. Solté un ligero quejido.

-¿Estás bien? -Preguntó Mike a mi derecha, percatado de lo que había pasado.

-Si, sólo ésta estupidez se atoró y...

-Pasajeros, les habla su capitán. Favor de abrocharse los cinturones ya que comenzaremos a descender -Hablaron por el altavoz, interrumpiéndome.

Al momento Mike y yo seguimos indicaciones, para minutos después aterrizar a salvo y en completo silencio. Al estar fuera de aquel gran aeropuerto pedimos un taxi, aunque al parecer, el equipo había enviado a alguien a recogernos.

-¿Michael Fisher y _________ Edminster? -Preguntó aquel uniformado.

-Somos nosotros -Dijimos al unísono algo extrañados, y mostramos nuestra placa junto con nuestra identificación.

Aquel hombre, bastante raro, decidió darse vuelta y subir al auto sin decir palabra alguna después de ver detenidamente nuestras identificaciones, lo cual nos causó una ligera risa.

-Dijo tu nombre completo -Y me eché a reír. Desde el momento en que conocí a Mike logró causarme horas de risa su nombre y ni siquiera sabíamos por qué. Él, en respuesta, me dio un ligero empujón con el hombro -¡Eah! Tranquilo Michael -Y volví a soltar otra carcajada.

Al subir aquel hombre nos dio una gran carpeta con información variada, aunque al parecer todo correspondía al mismo caso. Después comenzó a conducir.

Mike y yo comenzamos a analizar todo el papeleo en nuestras manos, lo cual me hizo recordar los viejos tiempos, cuando trabajábamos para la CIA. Todos esos, mis mejores años seguro.

Tiempo después compartiendo diferentes teorías y puntos de vista sobre el caso, solo nos logró quedar una pregunta, ¿Por qué nos necesitaban?. Era un caso sencillo.

Llegamos a la conclusión de que era un grupo, máximo de tres personas, quienes cometían aquellos actos. Probablemente amigos de la infancia o hermanos, todos igual de dañados, aunque no en el mismo aspecto. Se podía diferenciar entre un método y otro, lo cual reflejaba su inestabilidad mental, la cual pensamos que provenía de algún altercado o problema con la familia, obviamente.

Entonces, si nosotros habíamos podido llegar a aquellas conclusiones con tan solo fotos y algo de información, ¿qué pasaba con ellos?

No lograba entender en lo absoluto, por lo cual decidí llamar a Aaron con quien yo pensaba hablar en cuanto llegáramos a la comisaría, pero tenía un mal presentimiento, sentía algo macabro en aquel caso.

¿Mike y yo estábamos equivocados?, y si era así, ¿en qué nos estábamos equivocando?

Aquella llamada nunca fue respondida, aunque no era raro, podría estar en cualquier lugar de Pittsburgh.

-¿Nada? -Preguntó Mike, igual de alarmado que yo.

-Nada -Respondí. Minutos después llegamos a lo que parecía la comisaría, aunque más vieja y solitaria de lo que esperaba. Bajamos con precaución de aquella camioneta negra, tomamos nuestras cosas y entramos, pasamos por seguridad y después entramos a lo que eran las oficinas, aunque no había ni una sola alma.

-Probablemente se fueron a dormir -Dijo Mike un tanto extrañado, dejando sus cosas en un escritorio.

-Probablemente -Respondí. Todo comenzaba a ponerse más y más raro.

Dimos un ligero recorrido para después encontrar un gran pizarrón lleno de fotos, nombres y un mapa, lo cual ya habíamos visto en la información que nos habían entregado anteriormente.

Decidí llamar a Penélope, y Mike pidió que lo dejara en altavoz, lo cual hice.

La gran oficina estaba en completo silencio, hasta que un ruido proveniente de un cuarto en una esquina logró distraernos. Los dos nos miramos un tanto confundidos, y comenzamos a caminar en dirección a ésta. Al llegar, comenzamos a abrir con gran suavidad.

-¡Alto! -Gritaron a nuestras espaldas antes de lograr ver lo que había detrás de aquella puerta, logró sobresaltarnos, y nos dimos la vuelta rápidamente -¡Baja ese celular!

Por primera vez en mucho tiempo, mi cuerpo no lograba reaccionar.

Aquella mujer, la cual nos había revisado al entrar, comenzaba a acercarse hacia Mike y, segundos después, otro hombre desconocido apareció para acercarse a mi de igual manera, ambos apuntándonos con una gran pistola. 

Un tiro seguro a la cabeza, muerte instantánea.

-¿No escuchaste? ¡Que lo bajes! -Gritó el hombre y rápidamente lo dejé caer al suelo -Patéalo hacia mi -Y de igual manera, seguí sus instrucciones. Aquel hombre lo levanto rápidamente, sin dejar de apuntarme. Sin dejarme pensar.

¿Ahora qué diablos estaba pasando?

Mi Genio Favorito ~Criminal Minds~ (Spencer Reid)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن