6. Te amo, Tsumu.

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Al día siguiente, la isla fue golpeada por una lluvia torrencial.

Mantenerse secos era todo en lo que podían centrarse. Rápidamente construyeron un refugio lo suficientemente grande para ambos, y luego probaron varios métodos diferentes para mantener el fuego encendido, pero fue en vano, ya que la lluvia venía hacia ellos en todas las direcciones. Al segundo que Suna encendía una chispa, se apagaba de inmediato.

Los dos se acurrucaron bajo su refugio, tiritando y con los dientes apretados. Y a pesar de que se odiaban, todavía eran la única compañía del otro en esta cruel isla.

Esto los unió, a pesar de la tensión tácita entre ellos.

—Príncipe —dijo el pirata, su voz apenas era audible bajo la lluvia—, tendremos que acurrucarnos para agarrar calor —Osamu asintió.

—¿Te parece bien?

—Sí, estoy de acuerdo con tal de no perder mis extremidades por hipotermia —Suna escupió—. Acuéstate de lado. 

Osamu hizo lo que se le dijo, y segundos después, Suna presionó la parte delantera de su cuerpo contra su espalda. Envolvió sus brazos alrededor del torso de Osamu y luego entrelazó sus piernas.

Los siguientes minutos fueron torpemente silenciosos, ya que Osamu nunca antes había estado en una situación como esta. ¿Qué le dices a un pirata que anteriormente ha amenazado tu vida múltiples veces y que ahora te está abrazando por detrás?

Suna parecía saber qué decir. Era eso, u odiaba el silencio más que cualquier conversación incómoda que pudieran tener.

—¿Cómo fue crecer en el castillo? —preguntó el capitán con voz baja justo al lado de la oreja de Osamu, esto le envió escalofríos por la columna vertebral— ¿Cómo fue tener algo que alguna vez necesitabas en un abrir y cerrar de ojos, o en un chasquido?

—Solo —respondió Osamu sin pensarlo mucho.

—¿Solo? Tenías a tu hermano gemelo, ¿verdad?

—Sí, pero nuestro padre nos mantuvo separados la mayor parte del tiempo. Quería que me concentrara en mi entrenamiento para ser rey, así que normalmente solo lo veía por las noches —dijo, pensando en la risa de Atsumu. No importa lo terrible que pudo haber sido el día de Osamu, Atsumu siempre trataba de animarlo—. Mi hermano era lo único bueno de ese castillo. Él es lo que hizo que valiera la pena vivir la vida.

Estuvieron en silencio durante unos minutos después de eso. Osamu no estaba seguro de si Suna se había quedado dormido o si no tenía nada más que decir. 

Pero después de unos dos minutos, respiró hondo.

—Mi hermana mayor era de la misma manera —dijo el pirata mientras apretaba los brazos alrededor de la cintura de Osamu, enviándole una extraña sensación de hormigueo directamente a sus entrañas—. Cuando ella murió, mi alma murió.

—¿Cuántos años tenías?

—Ocho.

La lluvia cayó aún más fuerte. Osamu casi podía sentir cómo Suna cerraba los ojos mientras sus pestañas rozaban su oreja.

—Dijiste que quieres volver al reino para corregir un error —él susurró—. ¿Ese error fue atrás a tu hermano? —Osamu asintió en silencio. 

—Era demasiado cobarde para escapar con él. Tenía miedo de que muriera —se detuvo, pensando en las visiones que las sirenas le habían mostrado—. Pero ahora me doy cuenta de que está aún más en peligro dentro del castillo, porque con mi ausencia, es probable que mi padre esté sacando su ira contra Atsumu.

El precio de ser un príncipe ; osasuna ff.Where stories live. Discover now