Se sintió como si importara

42 20 0
                                    


:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

:

Besar.

Tocar u oprimir con un movimiento de labios que puede convertirse en adicción si uno se descuida.

:

Chiara se puso en pie de un salto.

En retrospectiva, fue una reacción bastante dramática, pero en ese momento su corazón daba tantos brincos que no podría actuar de otra manera. Se sostuvo contra la pared y volteó la cabeza en dirección al sonido, aún cegada por el pañuelo de Keiko.

—¿Quién es? —demandó.

Le avergonzó el sonido de su propia voz. Se oía asustada y desesperada, como si se hallara en una situación de vida y muerte en vez de encontrarse involucrada en un juego ridículo durante una fiesta estúpida. La lógica asomó un segundo después, susurrando que a lo mejor se trataba de Keiko. Quizá su amiga había ingresado para hacerle algún comentario o para gastarle una broma. Era la explicación razonable que su mente quería aceptar a como dé lugar.

—¿Keiko? ¿Eres tú?

No hubo respuesta, de todos modos, Chiara sabía en un plano instintivo que la persona que estaba ahí con ella no era su amiga.

Al diablo, pensó levantando una mano con la intención de quitarse la improvisada venda, pero se detuvo en cuanto sus dedos entraron en contacto con la tela. ¿Y si realmente era un hombre? ¿Qué pasaría si había alguien interesado en ella y Chiara se quitaba la venda, le veía la cara, y convertía toda esa situación en un estallido de incomodidad?

¿Acaso importaba? Era preferible un momento de incomodidad a permitir que un desconocido la besara, incluso era más preferible a que le pusieran un solo dedo encima. Ella no hacía esas cosas con extraños. No era como Keiko, que podía besar a tres personas en una misma noche y olvidarlo con una risa desapegada. Chiara era más... personal con sus relaciones. Buscaba intimidad. Lo casual nunca había sido su estilo, en ningún ámbito de la vida, sin embargo, no lograba completar el movimiento para quitarse la venda de los ojos. Estaba inmovilizada por su propia indecisión.

De verdad había pasado muchísimo tiempo desde la última vez que besó a alguien. Años. La verdad era deprimente.

En los segundos que le llevó atravesar aquel torbellino de emociones y pensamientos duales, la persona se había acercado. Para cuando Chiara regresó a la realidad, ya lo tenía de pie ante ella. Podía sentirlo, pese a que no había un contacto físico entre ellos, porque una corriente eléctrica parecía deslizarse por el ambiente, de un cuerpo a otro. Él dio otro paso y esta vez Chiara pudo sentir su calor corporal, aunque seguían sin tocarse. Definitivamente era un hombre. Podía notarlo. Había algo fuerte emanando de él, algo que Chiara solo pudo reconocer gracias a que su vista estaba bloqueada y dependía de sus otros sentidos para reconocer el mundo. Se sentía como una presencia que se inclinaba sobre ella con serenidad y, desde algún punto sobre su cabeza, a la altura de la frente, le pareció oír una respiración tranquila y pausada por encima del sonido amortiguado de la música.

Bastó con un beso #ONC2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora