Empieza la búsqueda

21 10 0
                                    


:

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

:

Buscar.

Tratar de descubrir la identidad de un desconocido a partir de las pocas pistas que se tienen a disposición.

:

—¿Qué carajos estás haciendo? —preguntó Keiko por tercera vez mientras la seguía por el pasillo.

Chiara avanzaba con paso firme y la frente en alto, ignorando tanto a su amiga como a los otros estudiantes que volteaban a verla con sonrisas entretenidas, algunos incluso le vitoreaban, reían o le silbaban al verla pasar. Lo malo de ser la voz que hablaba por los parlantes en los lunes era que gran parte del cuerpo estudiantil y todos los profesores sabían quién era ella.

—¿Me estás escuchando? —insistió Keiko a su espalda.

No habían terminado el programa de radio de ese día.

Tras el abrupto anuncio, ambas se habían quedado inmóviles durante varios segundos; luego, Chiara dijo con prisa: «¡Eso es todo por hoy!» y se apartó del micrófono, intercambiando gestos frenéticos con Keiko hasta que la mayor por fin accedió a desconectar los equipos. En cuanto Chiara abrió la puerta del estudio, su amiga preguntó por segunda vez qué carajos hacía.

La realidad era que Chiara no tenía idea. No lo había pensado con claridad, pero descubrió que no se arrepentía. No la estaban asaltando los nervios, la vergüenza o la incomodidad. Por el contrario, se sentía vigorizada y fuerte, como si la recorriera una energía pulsante que le hacía temblar los dedos. Apretó las manos como puños, recogió su mochila y salió de la sala de radio con paso decidido.

—¡Ey! ¡Espera! —Keiko se apresuró a recoger sus pertenencias y corrió tras Chiara, pegada a su hombro para seguirle el ritmo y hacerse oír.

Y allí estaban. Chiara avanzaba por el pasillo como una fuerza a la que nadie podría detener, decidida a cumplir su objetivo. No iba a arrepentirse, ni iba a permitir que las burlas la derribaran. El anuncio estaba hecho, no podía dar marcha atrás o el resultado sería peor. Era momento de actuar.

—¿A dónde vas?

—Voy a encontrar al chico que me besó, tal como dije.

—Chiara, en serio estás loca. Ya para. Eh, ¡que te detengas!

Keiko la aferró por el hombro y la obligó a voltear para que la mirase a la cara. Habían llegado a las escaleras, de modo que los únicos espectadores eran las personas ocasionales que cambiaban de piso.

Las dos se miraron con intensidad hasta que Keiko perdió la paciencia y agitó las manos en el aire.

—Ay, por todos los cielos, Chiara. No puedes hablar en serio.

—Claro que lo hago.

—¿Por qué? Si tanto necesitas contacto masculino, ve y descarga una de esas aplicaciones para citas o..., no sé, ¡te llevo a otra fiesta! Pero, por favor, termina con el tema.

Bastó con un beso #ONC2024Where stories live. Discover now