dos

487 79 0
                                    

Agotado, Charles entro a la pequeña habitación de descanso con su nombre.

La carrera había terminado con un buen tercer lugar para él, luego de la difícil clasificación del día anterior, había sido el mejor resultado que podían haber obtenido.

Sin embargo, aun con toda la felicidad recorriendo por sus venas, el hambre no cesaba.

Bien, quizá había sido una mala idea no haber desayunado antes de correr, pero los nervios le habían ganado la partida y ahora debía esperar hasta llegar al hotel para poder adquirir cualquier alimento.

O eso creyó por un par de minutos.

A nada de cerrar la puerta y con las luces apagándose, visualizo un pastelillo sobre la mesita, a lado de las botellas de agua.

La voz de un par de personas pasando por el pasillo lo distrajo. Luego de devolverles el saludo, se acercó al postre, igual al de días atrás, y lo tomo dándole un enorme mordisco.

Terminando de limpiar sus dedos del resto de betún que le había quedado, pensó que quien fuera que le hubiera dejado esa delicia, merecía unas gigantescas gracias. 



Para Charles

𝘿𝙚𝙖𝙧 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 ▰ 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Where stories live. Discover now