ocho

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Las semanas sin carrera eran de las más tranquilas para ella. El trabajo disminuía y podía dedicar más tiempo a su nueva afición.

Los pastelillos.

Con satisfacción, dejo el pastelillo sobre la repisa de cristal para admirarlo, ella creía que se estaba volviendo buena en eso del decorado con glaseado. Su madre le había alagado el postre la vez que le envió una fotografía. Aun así, necesitaba una opinión sobre el sabor.

No podía fiarse de su propio gusto.

Necesitaba una persona que sirviera como conejillo de pruebas. Alguien que adorara los postres tanto como ella.

Con algo de duda, pensó en el piloto más joven de la escudería. Él parecía comer muchas cosas dulces, y conocía el mundo entero, seguramente había probado cientos de pastelillos.

Quizá él podría. O quizá no.

¿Regalarle otro pastelillos seria tomarse demasiadas atribuciones? 



Para Charles

𝘿𝙚𝙖𝙧 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 ▰ 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Where stories live. Discover now