tres

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La tercera ocasión en la que recibió uno de esos misteriosos pastelillos fue durante una de las semanas sin carrera. El colorido postre descansaba sobre su escritorio, esta vez, con betún de chocolate y su habitual nota a lado.

El piloto no se había puesto a pensar en quien podía haber sido el responsable de dicho acto.

Al inicio creyó que se trataba de un regalo de algún fanático, y que posiblemente un mecánico le había hecho el favor de dejarlo a su disposición.

Esa teoría quedo descartada, no podía ser un fan si el pastelillo había llegado hasta la oficina que tenía en el complejo Ferrari.

Con una sensación de incomodidad, tomó el pastelillo y lo analizo. Por primera vez, se dio cuenta de los detalles que tenía. Aun siendo algo muy pequeño, se percató de los patrones que formaban las chispas de chocolate o las sutiles formas que revoloteaban en el glaseado.

Necesitaba descubrir quién le dejaba tal maravilla para poder agradecerle, de lo contrario, no dormiría en paz.


Para Charles ❞

𝘿𝙚𝙖𝙧 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 ▰ 𝘾𝙝𝙖𝙧𝙡𝙚𝙨 𝙇𝙚𝙘𝙡𝙚𝙧𝙘Where stories live. Discover now