Marc Guiu

1.6K 37 0
                                    

Desde el momento en que conocí a Marc, supe que mi vida nunca volvería a ser la misma. Su encanto, su sonrisa cautivadora y su pasión por el fútbol me atrajeron instantáneamente. Pero nunca imaginé que nuestro encuentro llevaría a una relación tan complicada y llena de secretos.

Soy la hermana de Héctor, el mejor amigo y compañero de equipo de Marc en el FC Barcelona. Nuestra relación comenzó como una amistad inocente, pero pronto se convirtió en algo más profundo y apasionado. Sin embargo, nuestra felicidad estaba en la sombra, oculta del mundo exterior.

Una tarde, mientras caminábamos juntos por las calles de Barcelona, Marc me tomó de la mano con ternura y me miró con ojos llenos de amor y preocupación.

— ______, sé que nuestra relación es complicada, pero no puedo evitar amarte. Estar contigo es lo único que me hace sentir vivo —confesó, su voz llena de emoción y anhelo.

Me estremecí ante sus palabras, sabiendo que nuestro amor estaba condenado desde el principio. Marc tenía una relación pública con otra chica, Luciana, debido a los compromisos de su contrato y su imagen pública. Pero en su corazón, sé que él me quería a mí.

—Lo sé, Marc. También te amo, más de lo que puedo expresar con palabras. Pero sé que nuestra situación es imposible. No puedo seguir siendo la otra mujer en tu vida, es demasiado doloroso —respondí, luchando contra las lágrimas que amenazaban con escapar de mis ojos.

Marc me abrazó con fuerza, su corazón roto por la difícil situación en la que nos encontrábamos.

—_______, por favor, no me pidas que te deje. No puedo imaginar mi vida sin ti. Pero tampoco puedo romper con Luciana, no sin arriesgar mi carrera y mis contratos publicitarios —dijo, su voz llena de angustia y desesperación.

Nuestro amor estaba atrapado entre el deseo y la lealtad, condenado a permanecer en las sombras por el bien de los demás. Pero a pesar del dolor y la tristeza que nos embargaban, no podíamos negar la fuerza y la intensidad de lo que sentíamos el uno por el otro.

A medida que las semanas pasaban, nuestro amor secreto se volvía cada vez más difícil de ocultar. Los encuentros furtivos en lugares oscuros y los mensajes codificados se convirtieron en nuestra única forma de comunicación. Pero a pesar de los riesgos, no podíamos renunciar el uno al otro.

Hasta que un día, todo cambió. Una serie de eventos desafortunados llevaron a la revelación de nuestra relación secreta, desatando el caos y la confusión en nuestras vidas. Marc se vio obligado a enfrentar las consecuencias de sus acciones, mientras que yo me enfrentaba al juicio y la desaprobación de mi hermano y nuestros amigos.

A pesar del caos y la confusión que rodeaban nuestra relación, Marc y yo nos aferrábamos el uno al otro con más fuerza que nunca. Nos encontrábamos en una encrucijada, enfrentando el juicio de aquellos que nos rodeaban mientras luchábamos por mantener viva nuestra conexión prohibida.

Héctor, mi hermano y mejor amigo de Marc, se encontraba entre los más afectados por la revelación de nuestra relación secreta. Su rostro reflejaba una mezcla de decepción y frustración cuando finalmente confrontó a Marc sobre la verdad que había estado oculta durante tanto tiempo.

—¿Cómo pudiste hacerme esto, Marc? ¿Cómo pudiste traicionar mi confianza y engañar a mi hermana de esta manera? —exclamó Héctor, su voz llena de dolor y enojo.

Marc bajó la mirada, incapaz de enfrentar la decepción en los ojos de su mejor amigo.

—Lo siento, Héctor. Nunca quise lastimarte a ti ni a ______. Nuestro amor simplemente... sucedió, y no pude evitarlo —dijo, su voz llena de remordimiento.

Héctor suspiró, pasando una mano por su cabello en un gesto de frustración.

—No importa cómo te sientas, Marc. Lo que has hecho es imperdonable. _______ es mi hermana, y siempre seré leal a ella por encima de todo. No puedo apoyar esta relación —declaró, su tono firme y decidido.

El corazón me dolía al escuchar las palabras de Héctor, sabiendo que estaba atrapado entre el amor por su amigo y la lealtad hacia su familia. Me acerqué a él, poniendo una mano en su hombro en un gesto de consuelo.

—Héctor, lo siento mucho. No queríamos lastimarte, pero nuestro amor... simplemente no pudo ser contenido. Por favor, entiende que lo que siento por Marc es real, y estoy dispuesta a enfrentar las consecuencias de nuestras acciones —dije, mi voz llena de tristeza y determinación.

Héctor me miró con ternura, sus ojos llenos de comprensión y amor fraternal.

—Lo sé, ________. Y aunque no estoy de acuerdo con esta situación, siempre seré tu hermano y estaré aquí para ti, pase lo que pase. Pero debes entender que esto no será fácil para ninguno de nosotros —respondió, su voz llena de emoción.

Con el tiempo, nuestros amigos y familiares comenzaron a aceptar lentamente nuestra relación, aunque algunos aún mantenían sus reservas. Marc continuó cumpliendo con sus compromisos profesionales y su relación pública con Luciana, pero nuestro amor clandestino continuaba ardiendo en secreto.

Sin embargo, la presión y el peso de nuestro secreto comenzaron a pasar factura a nuestra relación. Los momentos de felicidad se veían opacados por la incertidumbre y la ansiedad, y nuestros encuentros se volvían cada vez más esporádicos y difíciles de coordinar.

Una noche, mientras estábamos juntos en mi apartamento, el silencio incómodo llenó la habitación, pesado con las palabras no dichas y los miedos no expresados. Marc me miró con tristeza, sus ojos reflejando la lucha interna que estaba experimentando.

—_________, no puedo seguir viviendo así. Nuestro amor merece ser libre, sin ataduras ni secretos. Sé que no será fácil, pero no puedo seguir escondiéndote de mi vida pública y de Luciana —dijo, su voz cargada de dolor y determinación.

Mi corazón se hundió al escuchar sus palabras, sabiendo que nuestras opciones eran limitadas y que cualquier decisión que tomáramos tendría consecuencias significativas.

—Lo entiendo, Marc. Y aunque me duele saber que podría perderte, también sé que no puedo seguir siendo la otra mujer en tu vida. Merezco más que eso, y tú también —respondí, tratando de mantener la compostura a pesar del nudo en mi garganta.

Marc tomó mis manos con ternura, mirándome fijamente con ojos llenos de amor y arrepentimiento.

—Te amo, ________. Más de lo que puedo expresar con palabras. Siempre serás parte de mi vida, incluso si nuestras circunstancias nos separan —dijo, su voz temblorosa con la emoción reprimida.

Nos abrazamos con fuerza, sabiendo que este podría ser nuestro último momento juntos. A pesar del dolor y la tristeza que nos embargaban, nos consolábamos mutuamente con el amor que compartíamos y los recuerdos que atesoraríamos para siempre.

Cuando nos separamos, sabíamos lo que debíamos hacer. A pesar del dolor que nos esperaba, sabíamos que era hora de dejar ir lo que no podía ser y seguir adelante con nuestras vidas. Con lágrimas en los ojos y corazones pesados, nos despedimos, prometiéndonos que siempre llevaríamos un pedazo del otro en nuestros corazones, incluso si nuestros caminos nunca volvían a cruzarse. Y mientras cada uno de nosotros seguía adelante hacia un futuro incierto, sabíamos que el amor que compartimos nunca moriría, permaneciendo eterno en nuestras almas.

One shots futbolistasWhere stories live. Discover now