CAPÍTULO UNO

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[ THE FIRST WOMAN ] 

CAPÍTULO UNO

❛sus playas de california❜

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❛sus playas de california❜


    EN CUANTO INTENTÉ CRUZAR la puerta de casa, mi padre vino corriendo hacia mí y me cogió del cuello de la chaqueta para hacerme entrar en el salón y darme la reprimenda más larga de la historia. Estuve la siguiente semana sin poder salir sola y si conseguía hacerlo era para ir a comprar, disponiendo únicamente de media hora. Y esa media hora la contaban, así que no podía escaparme a ningún edificio de alistamiento y perder el tiempo que necesitaría comprando.

Decidí escribirle una carta a Peggy quejándome de lo injusta que era la vida y lo mucho que la envidiaba. Llevaba años fuera de casa. Se marchó incluso antes de mudarnos de Londres. Ella se alistó para ejercer enfermería en las Fuerzas Aéreas y dos años más tarde fue trasladada al Servicio Aéreo Especial, en el cual llevaba desde entonces. La extrañaba muchísimo. Extrañaba a ella y a sus cartas, las cuales cada vez eran menos frecuentes. Entendía que la vida de una enfermera no fuera muy interesante, al menos no para mí, pero sí lo serían las historias que le contarían los soldados a los que curase, digo yo.

Pero nada, aún sin haber obtenido respuesta de la carta anterior que le envié hacía casi un mes, decidí escribirle otra manifestando mi desagrado hacia el machismo de papá y el resto de hombres de la sociedad. Me quejé acerca de lo aburrida que estaba de no poder hacer nada y la impotencia que sentía al saber que había gente sirviendo a su país mientras yo no estaba entre esa multitud.

Al parecer yo no podía hacer lo mismo por el mero hecho de no tener lo que a ellos le colgaba entre las piernas.

Más de una vez me planteé el hacerme pasar por hombre y probar suerte. Pero primero, no me dejaban salir de casa. Segundo, si me pillasen tendría un problema considerablemente difícil del que poder salir. Aunque valía la pena correr el riesgo, la verdad. Pero ya lo había dicho anteriormente, si intentaba entrar en el ejército, sería demostrando quien verdaderamente era: una mujer orgullosa y decidida a cumplir su sueño.

─¡Sharon! -oí que me llamaban- ¡Sharon!

Puse los ojos en blanco y dejé la carta sobre el escritorio. Hacer oídos sordos no daba resultado con mi madre. Bajé las escaleras y me la encontré en el salón con la chaqueta puesta y la cesta que usábamos para ir a la compra. Volví a poner los ojos en blanco y a subir las escaleras. Acompañarla a comprar era peor que quedarse en casa durante una semana entera. Y sí, había estado una semana entera sin salir de casa.

Pronto estuvimos en las ruidosas calles de Brooklyn, donde la gente iba de aquí para allá y los coches pitaban ruidosamente fardando del lujo de permitirse tener un vehículo propio. Mi familia era de clase media alta, pero al mudarnos de Londres a Estados Unidos decidimos quitarnos algunos caprichos, y el coche fue uno de ellos. Al fin y al cabo la fábrica en la que trabajaba mi padre estaba prácticamente al lado de casa.

THE FIRST WOMAN | CAPTAIN AMERICA 1 ✔ Where stories live. Discover now