Spring Flavoured

La culpabilidad de la diversión

Los pasillos del centro comercial estaban incluso más concurridos que cuando llegó a medio día. Teniendo que esquivar a gente que caminaba en ambas direcciones, Kho sintió como las heridas de sus pies volvían a quejarse al tener que acelerar el paso para seguir el ritmo de Io'ri. El chico no le había vuelto a mirar ni hablar desde aquella tan desafortunada pregunta y casi parecía que estaba evitándola para no arriesgarse a que la misma conversación surgiera de nuevo. Puede que hubiese sido algo cruel a ojos de Kho, pero tampoco podía negarle que esa era la reputación que Io'ri se había labrado en el instituto. Si no quería que la gente pensase así de él, lo mejor era que dejara de actuar de manera que sus acciones alimentasen los rumores.

Recolocándose el bolso en el hombro, Kho miró al chico de su derecha. Io'ri caminaba con la mirada perdida en el frente y las manos en los bolsillos. Ahora que lo veía con más detalle, ya no tenía las tiritas ni las heridas del otro día en la cara. Solo su rizada maraña de mechones negros le cubrían la frente y parte de sus mejillas, acentuando su redonda nariz y sus brillantes ojos blancos. Io'ri tenía una presencia que imponía. Su mirada y su manera de actuar hacían parte del trabajo, pero algo dentro de Kho le decía que eso no era todo.

Uno de los motivos principales de sus sospechas venía de que había decidido seguir a Io'ri sin pensárselo demasiado. Casi como había ocurrido todas las veces en las que habían coincidido. Aquella no era una situación muy diferente al resto, pero la mayor diferencia era que no había venido a aquel centro comercial por su cuenta. Su hermano y G'raha empezarían a preocuparse en cuanto vieran que ya no estaba en el sitio donde les indicó. Ambos chicos habían tenido el gesto de dejarla acompañarlos a pesar de que se notaba que iba a ser una cita para ellos dos solos. Esto hizo que un sentimiento de culpa empezase a crecer dentro de Kho, estaba bien seguir a sus instintos de vez en cuando, pero tampoco podía hacerle eso a la gente con la que había venido. Además, la idea de que cualquiera de los dos chicos la viese con Io'ri la hacía querer desaparecer en el sitio. No es que tuviera nada que esconder, pero no quería verse en una situación incómoda en la que no pudiera explicarse como es debido.

Los pies de Kho dejaron de moverse al recapacitar sobre sus acciones. Io'ri, que parecía que no le estaba prestando atención, dejó de caminar al notar como la chica ya no le estaba siguiendo. Ambos se quedaron parados en el sitio en mitad del pasillo. La mirada de Kho estaba fija en el suelo e Io'ri había empezado a caminar lentamente hacia ella hasta quedar justo enfrente. Al ver las zapatillas del chico en su campo de visión, Kho levantó la mirada y se encontró con la del miqo'te de nuevo. Io'ri le miraba con la cabeza inclinada hacia un lado y una de sus orejas más erguida que la otra.

—¿Pasa algo? —preguntó el chico al ver la repentina reticencia de Kho.

Kho agarró la correa de su bolso con fuerza.

—He venido con mi hermano y su amigo. No puedo irme tal cual —Io'ri también había venido con alguien más, pero la relación con su hermana no parecía tan buena como la que ella tenía con Rhi'a —. Se van a preocupar.

Io'ri la miró sin decir nada e hizo una mueca con su boca.

—Pues avísale —haciendo un gesto con su mano derecha, levantó el dedo pulgar y meñique —¿No tienes un móvil para algo?

Los ojos de Kho se entornaron ante esa respuesta.

—No es avisarles o no. Es el hecho de que haya venido con ellos y luego me vaya por ahí.

—Cuéntales la verdad y ya está —Io'ri se encogió de hombros —. Solo vamos a pasar el rato.

«Ese es precisamente el problema. Que tú eres el único que lo ve de esa manera» pensó Kho al sentir como Io'ri no parecía entender para nada su situación. Sus reacciones demostraban de verdad que sus habilidades sociales eran bastante nulas. ¿De verdad iba así por la vida? Lo raro era que gente como Lue-Reeq o Sidurgu fueran aún sus amigos.