Coming of Age at High Tea [Bellamione,Cissamione,Andromione]

Capítulo 27 : Sangre en las escaleras del castillo

Conoces el lugar, conoces la hora. Es casi el amanecer, por muy trillado que sea, y el Niño-Que-Vivió está a punto de convertirse en el Niño-Que-Sobrevivió. O algo así.

Habían esperado más pelea cuando salieron sigilosamente de las mazmorras, llevando los restos carbonizados de tres octavos del alma de Voldemort en un saco de arpillera. A pesar de todas sus intervenciones desesperadas y cambios oportunos de bando, el Señor Oscuro todavía era un ser enormemente poderoso que había tenido décadas para atraer sus fuerzas a su horizonte de sucesos. Sangre pura y mestizos, hombres lobo, vampiros y gigantes, drones imperiales y ladrones, todos habían acudido cuando él los llamó. El ejército que había marchado hacia Hogwarts en medio de la noche contaba con cientos, si no más de mil. Una fuerza así podría haber derribado el castillo ladrillo a ladrillo, si hubiera sido necesario.

En cambio, llegaron a una escena bastante desesperada. El Señor Oscuro se había pavoneado por los jardines de la escuela como un pavo real, siguiendo a un Hagrid sollozando y a un puñado de seguidores. Los Malfoy estaban allí con Narcissa, mirando hambrientamente a sus compañeros Mortífagos. Dolohov había sobrevivido a la lucha, junto con los Crabbes, Selwyn, Travers y algunos mortífagos menores que Hermione no podía nombrar, junto con una pequeña horda de aterrorizados ladrones y víctimas de Imperius con ojos vidriosos. Los hombres lobo sirvieron a un nuevo Alfa de la manada, y los vampiros lo apuñalaron por la espalda en la primera oportunidad. Incluso los Dementores, las abominaciones chupa-almas que había atacado a los desventurados muggles y a los aterrorizados nacidos de muggles, lo habían abandonado cuando salió el sol.

Tom Ryddle estaba solo. Por el momento, todavía era peligroso.

Agachados dentro de las ruinas de la muralla del castillo, Hermione y sus compañeros observaron con alegría la procesión que se desarrollaba. De alguna manera, todavía no se había dado cuenta de que los últimos tres horrocruxes habían desaparecido. Iba a morir por ello y, ¡oh, qué dulce sabría!

"Uno de nosotros debería decírselo", susurró Bella con complicidad. "Sólo para ver la expresión de su cara."

"Se supone que debes permanecer escondida hasta que McGonagall limpie tu nombre, Bella", le susurró Andy. "Uno de los mocosos de la Orden vendrá a por ti si te ve por ahí, y luego tendremos que matar a un niño cuando la guerra termine".

"Siempre podría aturdirlos", hizo un puchero Bella. "O tal vez mutilarlos en su lugar. Me encanta una buena mutilación".

Hermione puso los ojos en blanco. "Nos apegaremos al plan. Dora Envió una pequeña mota de luz al lugar entre los defensores reunidos del castillo donde se encontraba el Metamorphagus"  Iluminándose cuando la mota le hizo cosquillas en la barbilla, la mujer desgarbada murmuró un rápido hechizo de desilusión y caminó hacia su escondite.

Había algo dolorosamente irónico en enviar a un mestizo de una casa noble a parlamentar con el Señor Oscuro, que era poco más que eso. A diferencia de Tom Riddle, Nymphadora ahora llevaba con orgullo el nombre de la casa de su padre y había sido plenamente aceptada dentro de la antigua sangre de su noble linaje. No importa qué magia realizara y qué horrores trajera al mundo, Tom siempre sería un Riddle, no un Gaunt. Había matado a los únicos que podían otorgarle membresía en su estimada casa por miedo y ira fuera de lugar.

"Wotcher", dijo Dora mientras se acercaba a su escondite. "Bueno, no os veis todos como una mierda".

"¡Nimphadora!" Andy siseó mientras Bella se reía alegremente. Su ceño se frunció mientras miraba a su hija con consternación. "¿Qué es eso que escuché acerca de que cortejas a un Omega sin mi bendición? Eres una Black y ya es hora de que actúes como tal."

"Traidora", le gruñó Dora a Hermione, antes de volverse hacia su madre. Había crecido en poder y aplomo desde que se conocieron por primera vez en Grimmauld hace casi un año, y el alto y sereno Alfa que estaba frente a ellos parecía en cada centímetro el descendiente de una Casa noble. "La señorita Greengrass no está emparejada ni cortejada, y tiene una herencia impecable. Deseo cortejarla, promover nuestra línea y traer nueva influencia a nuestra casa".