-Capítulo 23- Justicia

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- ¡NO! - mi grito resonó con determinación, desafiando la amenaza que se cernía sobre nosotros.

Sin dudarlo, lancé una de mis telarañas, enganchando la cuerda que sostenía la silla con el chico. Con un tirón enérgico, lo levanté, desafiando al destino que parecía querer derrotarnos.

- ¡Zack, atrápalo! - ordené con urgencia, mientras me dirigía hacia el enemigo, dejando que mi furia guiara mis acciones.

Zack respondió al instante, sujetando la cuerda con determinación. Una vez liberada, corrí hacia el adversario, dispuesta a hacer frente a la batalla que se avecinaba.

Descontrolada, mis golpes llovían sobre él con una ferocidad implacable. Puñetazos y patadas encontraban su objetivo una y otra vez, mientras él retrocedía, acorralado contra la ventana cuyos fragmentos de madera crujían bajo la presión de nuestro enfrentamiento.

El enemigo no se quedaba atrás, contraatacando con fiereza. Aunque sus golpes impactaban mi rostro, en medio del fragor del combate apenas sentía el dolor.

¡Jen, los estudiantes ya están a salvo, vámonos! - Jared instó con urgencia.

Pero mi mente estaba enceguecida por la furia, incapaz de escuchar la razón que clamaba por la retirada.

- ¡NO HASTA QUE ACABE CON ÉL! - respondí con determinación, mi voz cargada de furia descontrolada.

Justo cuando creía estar cerca de acabar con él, un gancho se clavó en mi costado, arrancándome un gemido de dolor. A pesar de ello, no retrocedí, mi determinación intacta y mi furia encendida.

Sin embargo, lo que siguió fue una revelación inesperada: el enemigo desató un poder oculto, una llama azul que envolvió su mano y encontró su objetivo en mi rostro, provocando un grito desesperado y agonizante.

- ¡AAGH! - mi grito desgarrador resonó en la noche, mientras luchaba por resistir el dolor.

El dolor se multiplicó al sentir el ardor del fuego alimentado por el veneno de Venom, consumiendo parte de mi cuerpo en una agonía abrasadora.

Aunque los llamados de mis amigos clamaban por nuestra retirada, mi mente sólo resonaba con una única certeza: que esta confrontación debía concluir bajo mi voluntad.
Estaba en el cenit de mi furia, una furia que surgía de lo más profundo de mi ser, sin comprender su origen ni su motivo.

Con un esfuerzo sobrehumano, me levanté una vez más, alimentada por la furia que ardía en mi interior, decidida a continuar la batalla.

Con un último golpe desesperado, rompí la ventana que nos separaba del abismo, sosteniendo al enemigo con mi brazo imbuido en el poder oscuro de Venom.

Bajo la pálida luz lunar, su rostro se reveló ante mí, y quedé petrificada por el terror que emanaba. Sus ojos, como relámpagos azules, destellaban bajo el resplandor nocturno, pero lo que yacía oculto bajo la sombra de sus párpados eran monstruosas cicatrices: hilos de metal violeta que cosían una piel deformada con la suya real. Cada grapa unía un pedazo de carne púrpura con la piel humana, y esa aberración se extendía por casi todo su rostro.

- ¿Qué... qué eres tú? - mi voz temblaba de horror ante la monstruosidad que tenía frente a mí.

Un siniestro sonido de satisfacción escapó de sus labios mientras una aura de fuego azul danzaba en su mano, dispuesta a infligirme un tormento aún mayor.

- ¡Jen, cuidado! - Mike gritó, pero era demasiado tarde.

El calor abrasador del fuego consumió mi brazo y rostro, arrancándome un grito de agonía mientras me veía obligada a soltarlo para cubrirme de la quemadura.

¡Morgan Stark! Entre Universos Where stories live. Discover now