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Capítulo 14 - Subasta (2)

"¡Señorita! ¡Espérame!"

"Sígueme en silencio, Erica."

Las calles, envueltas en la oscuridad del atardecer, estaban extrañamente tranquilas.

Las tiendas y los puestos parecían haber cerrado como por acuerdo, y las pocas farolas iluminaban las calles desiertas.

Isabel avanzó sin mirar atrás, y Erica se apresuró a seguirla con sus cortas piernas, mientras los guardias de la familia la seguían por detrás, vigilando la calle.

"Señorita, ¿de verdad estamos en el lugar correcto?".

preguntó Erica a Isabel, jadeando.

Isabel suspiró impaciente, como molesta, y respondió con indiferencia.

"Ya has estado antes en la casa de subastas. ¿Cómo has podido olvidar el camino?".

"¿Qué quieres decir? ¿Cuándo ha ido usted a la casa de subastas, señorita?".

"...Quiero decir, eso es lo que dice la gente".

Isabel avanzó unos pasos, con la mente preocupada.

Al doblar una esquina y atravesar un callejón tranquilo, apareció a la vista un gran edificio. La entrada estaba abarrotada de gente, y su atuendo distaba mucho de ser corriente.

Nunca pensé que volvería aquí...".

A medida que se acercaban a la entrada, Isabel se ponía cada vez más nerviosa.

"Kyle..."

La racionalidad de Isabel se había ido deteriorando rápidamente en los últimos días.

Sin embargo, lo que llevó a Isabel a la locura no fue únicamente la fría actitud de Kyle hacia ella.

No era sólo su autodesprecio.

O el anhelo por Kyle.

Ni siquiera la culpa acumulada día a día.

No era nada de eso.

Incluso en medio de Kyle exigiendo la anulación, Isabel no podía dejarlo ir debido a su egoísmo.

La contradicción viciosa que surgía de esta brecha sumía a Isabel en un abismo sin fin.

Tal vez.

Si por casualidad.

Si existiera la más mínima posibilidad de que Kyle pudiera mirarla una vez más.

Ante esa mínima posibilidad, Isabel se consumió.

¿Separación? ¿Así? No, no podría.

Lo daré todo, en cuerpo y alma, pero por favor no te vayas de mi lado.

Me arrepentiré el resto de mi vida, y hasta el día de mi muerte, sólo te miraré a ti, así que por favor...

"...Ah."

Isabel sabía que no estaba en sus cabales, pero no pudo contenerse.

Su vida sin Kyle se sentía como un abismo sin fin, donde todo se desmoronaba como cenizas.

"Señorita, por aquí".

Isabel y Erica se unieron a la fila que se había formado.

Cubriéndose con una bata para ocultar su identidad, Isabel jugueteaba con su ticket de entrada en el bolsillo.

La larga cola se acortó rápidamente y pronto le llegó el turno a Isabel.

"¿Puedo ver su entrada?

Un hombre corpulento, de pie al otro lado, le tendió la mano.

Retrocedí Y El Género CambióWhere stories live. Discover now