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Capítulo 25 - Luna Winfred (1)

Luna Winfred nació en medio de las expectativas de muchos.

El matrimonio de sus padres fue una unión calculada, típica de la nobleza, destinada únicamente a reforzar los lazos entre sus familias. Dentro de esta fachada, había poco espacio para el afecto y el respeto mutuo.

Mientras todos en la mansión bendecían el nacimiento de Luna, sus padres intercambiaban maldiciones a puerta cerrada.

El conflicto surgió simplemente porque tuvieron una hija en lugar de un hijo.

Luna creció bajo el cuidado de los sirvientes durante bastante tiempo.

De vez en cuando, vislumbraba los ojos de sus padres, que estaban medio muertos.

Su mirada era la de alguien que inspecciona un producto defectuoso, no la de un niño.

Un día, un segundo heredero llegó a la mansión.

Destinado a ser un líder de los hombres, un héroe que salvara al Imperio del mal, el sol más brillante del cielo del norte.

Con las bendiciones afines a las de la Corte Imperial, nació una nueva vida.

- ¡Un hijo perfecto! ¡Le felicitamos sinceramente por el nacimiento de su heredero!

- Jaja, parece que la prosperidad llega por fin a Winfred.

- Si hubiera sido otra niña después de Lady Luna... es terrible siquiera pensarlo.

- ¡Shhh! ¿Y si la Joven Dama te oye? Baja la voz.

Las reacciones fueron completamente diferentes a cuando ella nació.

Los ojos medio muertos de sus padres brillaban de emoción y expectación, e incluso los visitantes, que normalmente ofrecían felicitaciones formales, celebraban genuinamente la prosperidad de la familia esta vez.

Luna pasó aquella noche sin poder dormir.

Aunque todavía era una niña que apenas podía hablar, la destrozaba el hecho de que nadie esperara nada de ella.

Luna cambió.

Se ocultó tras una sonrisa deslumbrante y una máscara, impulsándose sin descanso mientras se fustigaba con dureza.

No entregaba su corazón a nadie y se dedicaba incansablemente a sus estudios sin un día de descanso.

Fue una época de perseverancia que caló hondo en sus huesos.

Cada momento estaba plagado de desesperación, pero Luna perseveraba.

No fue la única que cambió.

La forma en que sus padres la miraban y la influencia de sus palabras en la mansión cambiaron.

A medida que pasaba el tiempo, ponía con confianza su nombre en la lista de posibles herederos.

El esfuerzo podía traer reconocimiento.

Luna alimentó su vida con ardiente ambición y deseo de reconocimiento.

Entonces, un día, una tormenta entró en la tranquila mansión.

- Hola, soy Kyle.

Una sonrisa impoluta y transparente, y unos ojos azules que no podían abandonarla.

Para Luna, que había vivido pacientemente toda su vida, fue un estímulo refrescante.

Kyle rompió sin esfuerzo las barreras de su corazón cerrado.

¿Era porque Luna aún era joven?

¿O es que Kyle era especial?

La mirada afectuosa hacia ella y la sonrisa inocente que floreció con sus palabras.

Retrocedí Y El Género CambióOnde histórias criam vida. Descubra agora