Capítulo 40: Disimula

4 1 2
                                    

Pasaron aproximadamente tres semanas desde que todo pasó. Aran volvió increíblemente compuesto a su rutina, de hecho, parecía más tranquilo y completamente había asimilado la situación. Sin importar que pasara o que paso, ya no había vuelta atrás. Había sido algo pactado tacitamente.

Ellos no se repondrán después de una segunda vez pasando por lo mismo. Para mingan la situación era diferente, ella estaba bien en la superficie pero estaba llena de enojo.

No contra aran por supuesto, sino contra él alfa, el había prometido cosas que no cumplió y para una niña qué descubre el mundo y las experiencias son aprendizaje, esto era algo que le parecía similar a las lecciones de lo bueno y lo malo que su papá le había enseñado desde siempre.

No mientas, no prometas cosas que no cumplirás, y no dañes a quienes quieres.

No pregunto por Roma ni una sola vez, el alfa tampoco apareció por el hospital desde que fue dado de alta y no pasó sus días hospitalizados en el lugar de trabajo de aran.

Si el estaba decidido a desaparecer por completo, era mejor así.

Claramente para Roma había sido una mala decisión apresurarse y contarle a mingan todo sobre el alfa, ahora no solo había revivido su padre si no que los rechazo.

No supieron de nada más por mucho tiempo.

Samantha aumento la seguridad al rededor de ellos y todo volvió a la relativa normalidad de siempre, esa donde Roma jamás apareció en sus vidas y para aran, parecía haber sido un lindo sueño del que despertó, igual que los que había tenido muchas veces en el pasado, solo que ahora ya no guardaba ni la más mínima esperanza y en este momento de su vida, aunque la guardará, la iba a ignorar. Ni siquiera esperaba que con los días, roma meditar a sobre sus palabras y quisiera arrepentirse, es más, ya no quería nada de él.

—voy a estar tres meses en Francia, por eso el abuelo estará contigo y también se hará cargo de la empresa aquí... ¿Puedo llevar a mingan?

Mingan vio a su papá con emoción, estaban en ese restaurante pequeño que acostumbran a ir, el lugar donde les gusta ir cuando están solos porque lo atiende una señora amable y viejita junto a su nieta.

—Cariño, si quieres ir no podrás volver en tres meses.

—si quiero, además estaré con mi tía y ya no soy una niña.

Ambos se vieron entre sí, riendo.

—¿a que edad dejaste de ser una niña?

Ella se amurro en su silla pero volvió a comer mascullando palabras que nadie comprendió.

—esta semana llegan nuevos internos y el nuevo jefe de neuro, la ampliación del hospital esta lista, será bueno para tu imagen, has hecho un buen trabajo.

—no hago demasiado, solo escucho las ideas de otros y firmo para ello. —respondió el omega sin mirar a su hermana.

Aran continuó comiendo, a pesar de estar como si nada, últimamente era bastante negativo sobre él mismo.

—tomar las mejores decisiones y descartar las inconvenientes, es también un excelente trabajo  si fuera por eso nadie lo haría.

Aran la miró, sus mejillas llenas de comida igual que las de la niña hicieron que a samantha se le oprimiera el pecho. El chico asintió encorvado sus labios cerrados para sonreír.

—¿estarás bien con todo esto?

Aran afilo la mirada y la desvío a su hija,tragontoda su comida y limpio sus labios.

—estoy bastante bien, mingan también, ahora irá a Francia, allá se lo pasará increíble y no confiaría a mi hija a nadie más que a ti.

Samantha se agachó de sobre la mesa.

Que bueno que no hiciste ningún trámite legal, así mingan no necesita permiso de nadie para salir del país.

—ella es solo mía, no voy a hacer nada que me límite eso.

Samantha se recostó a brazos cruzados, miró a su sobrina y le dijo.

—Cariño, puedes ir a pedirle a la tía Inés que nos de más palitos de ajo y pide un postre, el que quieras.

La niña se bajó de su silla y corrió al otro lado del mesón para hablar con la ancianita.

—estoy de acuerdo en que cortes de raíz esa relación  pero también vive tu duelo, te ilusionaste y yo que te conozco mejor que nadie, lo sé mejor que nadie también, habrías hecho todo con ese hombre y eso está bien, tienen una hija en común y te ilusionaste, hasta yo me ilusione con verlos juntos y ser felices por fin pero así como él disfruto de su vida durante seis años, también disfruta la tuya, date la oportunidad de conocer a alguien, ibas por buen camino con nicola pero no iban a funcionar porque son muy buenos amigos, pero hay un millón de hombres buenos ahí afuera.

—No me he negado a conocer a alguien, ni antes ni ahora, si tal vez siempre espere reencontrarme con él y recuperar lo que perdimos pero ya nos reencontramos y no había nada que recuperar. Fin de la historia.

—¿no sabes nada de él? Según baltazar esta trabajando en la empresa y aun no consiguen el permiso de exhumacion que necesitaban... ¿Te hablo algo de eso?

—si, lo hizo.

—le he estado tramitando el permiso pero no se lo daré hasta que venza el plazo. —ella se cruzó de brazos con autosuficiencia y bajó la cabeza para beber su soda.

—dale el permiso, si puedes facilitar eso hazlo, dejamos el contacto con ellos y también lo ayudas, es su mamá a quien deben exhumar, están armando un caso contra su padre y madrastra.

Samantha sintió algo de culpa, se sendero y suspiro.

—esta bien, esta bien—resto importancia con la mano —lo haré, ahí viene tu hija, tu cuñada dice que es increíble que no fueras nunca a visitar y que la dejaras fuera de todo. Lendije que fuera a tu casa mientras estoy en Francia y que te saque, le echas un ojo, si mira a otros debes golpearla con el látigo del desprecio y la indiferencia.

—aaaaaah—suspiro aran —ojalá encuentre alguien mejor.

"auch" se quejo aran en cuanto lo pateó samantha bajo la mesa.

Mingan apareció con un enorme plato de postres y palitos de ajo. Ellos miraron a la dueña que solo achinaba los ojitos riendo.

—dijo que soy la niña más linda del mundo entero.

—pero ya no eres una niña, dame eso, iré a devolverlo, no puedes recibir postres gratis, debes trabajar y pagarlos

Mingan abrió enormes los ojos y miró su comida analizando sus palabras con cuidado.

—papá, aun tengo solo 5 años y 9 meses, faltan muchos meses para que sea adulta

—¿a los seis eres adulto?

—si... Por eso puedo recibir regalos porque no tengo trabajo.

Samantha abrazo a su sobrina por el cuello y la apretó.

—puedes vivir gratis siempre, la tía te va a mantener toda tu vida, no necesitas trabajar nunca...

—¡oyeee! No seas mala influencia.

Aran se levantó, también quería su parte del pastel y un poco más de café. Dio la vuelta aun pensando en como de mimada esta su hija pero solo sintió algo frío deslizarse por todo su pecho, desde la clavícula hasta el ombligo haciendo la ropa pegarse de inmediato a la piel.

—perdooooon... Lo siento, me moví muy rápido y.

—no, yo lo siento, iba distraído, debí ver mejor donde  camino... —el funesto sujeto tomo muchas servilletas, agarró la cintura de aran para moverlo y dejar pasar a las demás personas, amuño la servilleta y comenzó a secar.

La misma mano que tenía en su cintura la subió al mentón, lo movió un poco y seco la piel.

—tranquilo, dejame, yo lo limpio, no te preocupes y disculpa.

—no, yo lo siento... —respiro profundo el alfa.

—¿me acabas de oler? —aran agudizo la mirada y cruzó sus brazos por el pecho y cuello.

—Es que hueles muy bien... Quizás fueron las bebidas.




The Bite of the Gray WolfWhere stories live. Discover now