9

385 74 17
                                    

A Stiles le lleva tres días más poder recuperarse por completo. Había tenido que ir la médico porque su garganta comenzó a arder como la mierda y la fiebre iba y venía. Pero, con ayuda de sus amigos, sobrevivió a base de dormir casi todo el día, medicamentos y comida chatarra. 

Y mucha sopa de su madre. Cada noche, cuando Isaac volvía de su turno, iba a saludar  a Stiles y le daba su ración de sopa. ¿El oji-marrón le había mandado un mensaje a Derek para agradecerle? No. ¿Hale le había escrito luego de la última llamada, días anteriores? Nop

¿Stiles había preguntado por Derek a sus amigos? Jamás. No es que no le impotara. La curiosidad lo comía un poco por dentro. ¿Por qué parecía estarle dando ofrendas de paz? ¿Creía que con solo ese pequeño esfuerzo lograría que Stiles volviera al apartamento? Bueno, tendría que esforzarse bastante. 

Y aún así, el rubio no sabía a ciencia cierta, qué era lo que deseaba. Sus amigos solo seguían diciendole que se tomara su tiempo, se recuperara y se quedara con Isaac cuanto lo necesitara. ¿Stiles tenía mucho tiempo para pensarlo? Bueno, no. La fecha de la boda, lamentablemente, se acercaba y el oji-marrón quería gritar cada vez que lo pensaba. 

Así que solo se había dedicado a jugar carreras de autos. 

Y puede que haya revisado un par de veces si Derek le había escrito algo. ¿Era debil? No lo creía. Tenían muchos años juntos, un tiempo ya de haber comenzado a convivir y, por más que Stiles no se sintiera cómodo en ese momento, los momentos felices y significativos no habían dejado de rondar su mente esos días. 

Stilinski les enseñó el dedo del medio (imaginariamente) a esos recuerdos. 

(...)

Derek acababa de regresar al apartamento y se encontraba quitandose su abrigo cuando el timbre sonó. Se quedó inmovil, a medio camino de dejar su chaqueta en el perchero. ¿Podría ser Stiles? ¿O tal vez sus amigos, yendo a buscar las cosas del chico?.

Ciertamente, Hale había pensado tanto en la posibilidad de que, en uno de esos días, los amigos de Stiles fueran a buscar sus cosas que había terminado soñando con ello. Patético.

Colgó su chaqueta y luego se acercó a la puerta, abriendola. La silueta de su madre y de Cora le dieron la bienvenida.

Ah, puta mierda.

Talia sonrió con emoción cuando el rostro de su hijo apareció detrás de la puerta y, de inmediato, lo envolvió en un abrazo.

-¡Cariño!.-Exclamó la mujer, mientras sentía el cuerpo de Derek ponerse rígido.-¡Dios mio! Debes estar tan estresado con el trabajo.-Mencionó. 

El peli-negro se apartó del abrazo, dando un par de pasos hacia el interior. No quería dejarlas  entrar. Quería tomar una larga ducha y, tal vez, volver a intentar cocinar el postre que a Stiles le gustaba llevar a las primeras citas que habían tenido. 

-Algo así.-Derek sonrió pequeño.-De hecho, pensaba tomar una ducha e ir a la cama.-Siguió. Esperaba que el mensaje fuera lo suficientemente claro como para que las mujeres se fueran, pero su madre lo ignoró e hizo a un lado su cuerpo para poder pasar. 

Hale tomó una profunda respiración mientras esperaba a que su hermana también entrara, antes de cerrar la puerta. Chocó su frente contra la madera de la puerta, deseando poder salir corriendo de allí luego de asegurarse de haber dejado encerradas a su madre y hermana. 

Se encaminó hacia la cocina, lugar donde había visto entrar a ambas mujeres. Su madre se encontraba de pie, observando la habitación.

Sip, puede que Derek no haya estado limpiando...correctamente los últimos días. Pero, en su defensa, volvía de trabajar tarde y cocinaba algo para llevar a la cafetería para Stiles. 

Plan: odia a Stiles Stilinski.-Sterek. Where stories live. Discover now