CAPÍTULO 6

12 1 0
                                    

Capítulo 6
La hora de la despedida

๑ Gustavo ๑

La hora había llegado.

     Charlotte estaba frente a mí, con los ojos rojos y con lágrimas escurridas sobre sus mejillas. Me dolía verla de tal manera y anhelé poderla abrazar y estrujar en mi pecho. Deseé poderla besar. Que mis labios sobre su frente sellaran nuestro lazo y pacto de niños. Que sellara mi amor sincero por ella. Pero no pude hacerlo. No tenía el valor de hacerlo; no delante de todos.

     —Mucha suerte, niñas —dijo Scott al hacer rebotar un rizo negro del cabello de Jane.

     La morena, en un gesto molesto, se alejó quitando la mano del mayor. 

     — ¡Por Dios, Scott!, ¡ya no somos unas niñas! —replicó—. ¡Ya tenemos más de veinte años!

     —Aunque tengan treinta, para este grupo siempre serán unas niñas, porque son inmaduras. —Vi cómo se cruzaba de brazos y enarcaba una ceja con tal galanura que lo caracterizaba. Scott, siendo alto y pelinegro, era la sensación entre varias mujeres de la zona que siempre me preguntaban por su nombre o número—. Aunque hayan crecido, siguen comportándose como unas mocosas tontas.

     Aquel comentario pareció enfadarle a Jane, porque ella se le abalanzó para tratar de morderle un brazo descubierto. Temí por sus dientes. Sólo vi como Scott la detuvo con un abrazo fraternal y le revolvió los rizos. Jane, por su parte, soltaba groserías al aire.

     —Por favor, cuídense mucho. —Carter tomó la palabra, haciéndose escuchar entre todos nosotros. Su voz gentil aplacó a Scott, porque soltó de sopetón a Jane. Y también estremeció a los demás. Sus ojos oscuros se posaron sobre las tres chicas que partirían, bueno, hacia las dos chicas y el «chico»—. Manténganse en contacto con nosotros. Estaremos pendientes para el aviso de su arribo.

     —Amigo, no debes preocuparte. Todo estará bien. —Me sorprendió escuchar a Liam tan despreocupado. Sus ojos avellanos reflejaban tranquilidad y me quise convencer de que todo saldría bien. Pero al igual que Carter y Scott, me encontraba con los pelos de punta—. No sean tan sobreprotectores con ellas. Ya no son unas niñas.

     —Vuelvo a mencionar que lo son —replicó Scott. 

     Liam rodó los ojos y sonrió socarrón.

     —Les mantendremos informados —habló Charlotte después de haberse limpiado las lágrimas. Que desperdicio, habría deseado ser yo quien se las quitara de su lindo y tierno rostro—. Por favor, despídanos de las chicas y de Yun.

     Por supuesto que se refería a sus amigos que habían conocido en nuestra ausencia.

     —Lo sabemos. Ahora, váyanse, o perderán el vuelo. O peor, puede que cambie de opinión y no las deje ir. —Scott se cruzó de brazos.

     Charlotte asintió energética y sensual, porque sus cabellos castaños danzaron por un instante en el viento. Aunque haya sido por un segundo, pareció transcurrir en cámara lenta para mí. Mi corazón se estremeció.

     Sólo son dos semanas, cuanto mucho. Me volví a convencer.

     Nuestras amigas, y Liam, se despidieron con un movimiento de mano mientras se dirigían hacia la puerta. Una vez cruzándola, ya no habría vuelta atrás.

ERES MI VENENO [EDIT]Место, где живут истории. Откройте их для себя