CAPÍTULO 5

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Capítulo 5
El regalo de hace dos años

๑ Charlotte ๑

El día pactado para el viaje de nuestros sueños había llegado. No miento: se me había hecho eterna la espera. Aunque me encontraba emocionada e ilusionada, el miedo y la incertidumbre estaban presentes en mí. El hecho de no saber qué ocurriría después de tomar el avión que nos llevaría a ese país ajeno provocaba que mi ansiedad creciera. Jamás me gustó la incertidumbre y la inseguridad; siempre lograban ponerme con los pelos de punta. Siempre había sido premeditada y meticulosa con mis movimientos. Y esto, era estar «a ciegas». 

     —Deberías calmarte. —La voz autoritaria y brusca de mi hermana me hizo voltear. Me encontré con una mueca en sus labios y sus ojos en mi boca—. No quiero que termines desangrada.

     Al bajar mi vista me encontré con el dedo pulgar en mi boca y con un sabor metálico en mi lengua. Al sacarlo, lo encontré cubierto de sangre. 

     Otra vez me había ocurrido.

     —Sé que estás nerviosa —continuó—, pero no ganarás nada destrozándote los dedos.

     Dejé salir un suspiro y alejé mis manos lo más que pude de mi boca. Mis nervios siempre me traicionaban cuando se trataba de mi ansiedad. O bien, nuestra ansiedad que nuestros padres nos provocaron.

     —Quisiera, pero me es imposible —repliqué. 

     Mi hermana mostró una mueca sin decir palabra alguna mientras metía una gabardina en su maleta. Sus ojos se posaron en mí por escasos segundos para volver a su tarea. No dijo nada. Y yo tampoco lo hice.

     En completo silencio continuamos con nuestro haber.

     ¿Cómo lo estará pasando Liam? Pensé en él y en cómo le habría hecho para que su padre le diera el permiso de acompañarnos. Me pregunté si él tenía este mismo sentir que nosotras.

     Imposible. Estaba segura de que Liam amaba viajar, y más si se trataba de un país asiático. Él, había estudiado la licenciatura en gastronomía y amaba los platillos internacionales. Las veces que lo invitamos a la casa, nos preparó varios platillos de diferente país. Por él, conocí los famosos tacos de col de Rusia, mismos que, me quedó claro, jamás volvería a consumir. La colitis y la col, no eran buenas amigas.

     Al terminar de acomodar lo necesario en una maleta apta para dos semanas de viaje, la cerré y la bajé de la cama. Suspiré y me pasé el brazo por la frente esperando secar alguna gota de sudor por el movimiento sin descanso, llevándome desilusión porque mi piel se encontraba seca. Miré a mí alrededor encontrándome con el fantasma de mi hermana. Jane me había dejado sola sin decir palabra ni hacer ruido alguno. 

     —Vaya que es como un gato —mascullé y rodé los ojos.

     Esa mala costumbre de desaparecer dejando desconcierto en los presentes.

     El timbre de mi celular me hizo girar hacia el tocador; una notificación de una de mis redes sociales, tal vez. Al revisarlo, vi un mensaje de Lianna, mi mejor amiga de la secundaria.

     LIANNA: MUCHO ÉXITO EN TU VIAJE A SEÚL, LOTTIE. ESTAMOS AQUÍ PARA APOYARLAS. ¡PONGAN EN ALTO EL NOMBRE DE MÉXICO!

     Seguro que una sonrisa estúpida relució en mi rostro. Lianna tenía ese poder: hacer sonreír a las personas y hacerlas sentir bien. Lianna era especial para mí; como una hermana. Con ella crecí y pasé mi adolescencia hasta hoy, que ya somos adultas. Íbamos en el mismo salón al inicio de la etapa, hasta que en el segundo año ella se cambió de salón por problemas personales. Sin embargo, eso no impidió que nuestro lazo continuara. Tal vez se había vuelto más fuerte.

ERES MI VENENO [EDIT]Where stories live. Discover now