El repartidor

#18 Negro ¿Quién? I

#18 Negro ¿Quién? I

Jack rápidamente adoptó una especie de rutina.

Despertar. Cepillar los dientes. Ducha. Vestirse. Desayuno. Camine afuera para explorar el vecindario o compre algunas cosas que faltan en el escondite. Regrese a dicho escondite para prepararse para el trabajo. Ponte a trabajar. Entregar pizzas. Complete una tasa de entrega del 100%.

Hacer banco. Enjuague y repita.

Esta fue la rutina.

Sorprendentemente, en realidad estaba ganando dinero para alguien que repartía pizzas. En promedio, el joven pícaro terminó ganando 200$ al final de su turno de noche, comisiones y propinas incluidas. Eso fue 1000$ por semana. En 2011 . Lo cual, ciertamente, sabía que no estaba nada mal.

En casa, cuando estaba analizando las perspectivas futuras de su superior, decidiendo si unirse al gobierno o convertirse en "emprendedor", también conocido como solo; Uno de los factores decisivos más importantes que influyó en su elección y tituló el equilibrio fue el salario.

Porque en ese momento era menor de edad y tendría que trabajar a tiempo parcial para un equipo patrocinado por el gobierno, es decir, el salario mínimo habitual. Se tradujo en que me pagaran menos de 200 dólares por semana.

Por supuesto, hubo otras ventajas. El seguro médico y dental estaba cubierto al 100%, por ejemplo, junto con un sólido plan de pensiones de jubilación ( no como los super solían disfrutar de estos ) y algunos fondos reservados para una facultad o universidad de su elección.

Sin embargo, Jack, de 16 años, después de haber realizado una extensa investigación sobre el tema, creía que sabía mejor que sus padres sobre el tema. ¿Porque el seguro? ¿Para qué? Nunca se enfermó y por lo tanto no lo necesitaría. ¿Pensión? ¡Tenía 16 años! ¿¿¿Por qué??? ¿Fondos universitarios? "Puedo ganar más dinero siguiendo la ruta del 'emprendedor' que trabajando como esclavo para el gobierno".

Así que al final, optó por volverse pícaro para ganar muchísimo dinero, hacerse famoso y conseguir esas zorras culonas.

Si bien su razonamiento era... euhh... sospechoso y poco bueno, Jack nunca se arrepintió realmente de su decisión.

/-/

El viernes por la noche, día tras día, una semana después de su primera noche de trabajo, Lorenzo's recibió a Jack en la puerta principal de la pizzería cuando regresaba de su primera entrega de entrega de la noche. Esperando junto a su jefe había un scooter clásico.

El scooter estaba pintado en colores rojo y blanco, con el logo de la pizzería de Lorenzo dibujado en el costado de la caja de pizza. En lo que respecta a los scooters, su apariencia era estándar: un bastidor paso a paso, un asiento, una transmisión que cambiaba sin que el operador tuviera que accionar una palanca de embrague y una plataforma debajo de la cual el conductor podía poner los pies. Era un vehículo de transporte que priorizaba el modo de funcionamiento y el ahorro de combustible por encima del confort.

"Este es su nuevo socio, un scooter Honda Elite de 1999. Monocilíndrico, con 10,000 millas en el mostrador". Lorenzo dio unas palmaditas en la parte superior de la caja de pizza. "Esta belleza aquí me ha servido fielmente desde el día que la compré. Resistente, confiable y maniobrable. Le hicieron algunos retoques al motor, un cambio de aceite y chasis, y ahora está como nuevo para volver al servicio y con muchas ganas de otro baile." Terminó su presentación, cruzando su mano sobre su pecho y enviándole una pequeña sonrisa de satisfacción – ¡ la sonrisa de Lorenzo!

"¿Entonces, qué piensas?" -cuestionó Lorenzo-. "¿Es esto lo suficientemente bueno?"

Honestamente, habría apreciado que el hombre mayor le hubiera dado el scooter al comienzo de su turno. De esta manera, no habría necesitado hacer las entregas a pie, patinando o no. Pero supuso que debía haberlo recibido recién ahora porque, de lo contrario, no tenía sentido para él... conservarlo, sólo porque sí.