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- Hiciste un gran alboroto con los peces gordos, me sorprende que aún no te hayas vuelto loco, Satoru- Shoko ingresó en la sala donde Yuuji estaba hospitalizado.

- Siguen apareciendo heridas, no entiendo cómo es posible que su misma energía y alma peleen entre sí.- Gojo ignoró las palabras de Shoko, aún no estaba loco, su anclaje a la cordura estaba aún presente. El análisis de sus ojos..., solo podía creer en lo que llegaba a él.

Los datos obtenidos, se lo informó a Shoko primero, lo primordial era saber cómo estaba Yuuji.

-Si, es un poco extraño, aún no puedo identificar las causas. Lo más probable es que siga en estado de coma hasta que su cuerpo y energía se estabilice.- informó la médico.

-¿Cuánto tiempo? .- habló Gojo.

-No lo sé, uno o dos días, o tal vez una semana o un mes.- Shoko esperaba que Itadori se recuperara lo más rápido posible.

-Dime la verdad, ¿se va a recuperar?- el tono de Gojo era firme pero despacio.

-Si te soy sincera, su cuerpo no resistirá tanto, a pesar de ser el recipiente de Sukuna, su cuerpo no se está recuperando como debería y podrás haberlo notado, ¿no?- Shoko no quería ver a su amigo más herido luego de todo el revuelo que sucedió pero lo mejor era enfrentarlo de frente con las cosas malas a aplazarlas.

-¿No hay nada en lo que... no puedo hacer algo? Yuuji lo había dado todo en esa batalla, incluso se atrevió a pegarle al más fuerte.- Shoko hizo cuentas y calculó que habían pasado unas 4 semanas luego de Shibuya, aún así, Satoru no había descansado. No quería que su amigo se desgastara, pero estaba segura que él no haría lo que le pidiera, no seguiría ni cumpliría, ni siquiera por que se preocupara por él, no a ella.

- Ya has hecho bastante, ahora mismo no hay mucho más que podamos hacer mas que esperar, todo lo demás, depende únicamente de él..., Satoru, descansa.- Gojo tuvo un deja vu, rió.

-Sabías que en Shibuya, ¿una maldición se hizo pasar por Geto?- un rastro de melancolía pasó por los ojos de Gojo como un cometa.

-Mh, leí los reportes, ¿era realmente su cuerpo? Aunque no lo fuera, ya puede descansar en paz, ¿por qué lo mencionas?- Shoko intuía que había algo más detrás de la pregunta.

-Recordé lo que nos pasó con la misión del recipiente, no, Riko. Geto me había pedido que descansara, así como tú lo acabas de hacer.- Gojo no la miraba, nada estaba en su punto de mirada mas que el juego con las manos que había comenzado.

-Bueno, si hubiese sido yo, también te lo habría pedido, a veces te excedes.- recordó con resignación.

-Eso provocó que Riko muriera y que Geto se fuera.- Shoko lo miró sorprendida.

-No lo sabes Gojo.- Shoko no le creía.

-Lo sé, libraré esto como yo decida hacerlo, incluso mis...-"sentimientos"- no dijo lo último.

-Te lastimarás, Itadori estará triste de verte así- Los ojos de Gojo mostraron irritación, se giró furiosamente hacia Shoko.

-¡Shoko!, ¿¡no acabas de decir que no despertará!?- Gojo se había exaltado, sorprendiendo y asustando un poco en consecuencia a
Shoko.- Ah, rayos, me voy. Cuídalo, Sukuna ha intentado tomar su cuerpo, tal parece que ese fue el pacto para que Yuuji volviera a la vida, aunque solo duró 30 segundos la última vez. Estaré aquí tan pronto como lo sienta, pero lo mejor es que haya una persona cerca en cualquier caso, iré... adiós- Shoko asintió y ya no dijo nada, temía hacer enojar más al seis ojos.

Shoko continuó revisando el estado de Itadori, suministró vitaminas y otros componentes a través de intravenosa. Estuvo con Itadori hasta que llegó Choso.

Transmigración en un cuerpo compartido con una maldiciónWhere stories live. Discover now