Alexia
La noche había caído sobre la ciudad y el apartamento estaba envuelto en un silencio inquietante. Me encontraba en el sofá, sumida en mis pensamientos y con la luz tenue de la lámpara de mesa como única compañía. No podía dejar de pensar en Helena y en todo lo que había sucedido. La preocupación me atormentaba y no encontraba descanso. La falta de comunicación y la distancia emocional de mi hermana me tenían al borde de la desesperación.
Mientras tomaba un sorbo de té frío, intentaba distraerme con las noticias en la televisión, pero no podía concentrarme. Mi mente seguía regresando a la angustia de no saber cómo estaba Helena ni qué estaba pasando con ella. Cada día sin noticias de su parte solo intensificaba mi ansiedad, hacía ya un día que habíamos hablado con Emma, pero aquello no solucionó nada, solo puso mas preguntas en mi mente.
De repente, el timbre sonó, rompiendo el silencio de la noche. El sonido me hizo saltar, y mi corazón comenzó a latir con fuerza. No esperaba a nadie a esa hora, y el repentino sonido del timbre me hizo sentir una mezcla de alarma e incertidumbre.
Me levanté rápidamente y me dirigí hacia la puerta. La lluvia seguía cayendo afuera, creando un ambiente oscuro y gris. Miré por el mirador y vi una silueta, pero no pude distinguir quién estaba allí.
Cuando abrí la puerta, la visión que se presentó ante mí me dejó sin aliento. Helena estaba allí, empapada por la lluvia y con una expresión que intentaba ser serena pero que revelaba una fatiga profunda. Mi corazón se aceleró aún más al ver su rostro.
-¡Helena!-exclamé, mi voz temblando de sorpresa y emoción-¿Que haces aquí?
Helena forzó una sonrisa y se sacudió el agua de los hombros mientras entraba al apartamento. Su intento de parecer tranquila y normal no pasó desapercibido, pero elegí no mencionar nada sobre su apariencia o el evidente cansancio.
-Necesitaba estar aquí. Pensé que era el momento de regresar y ver a mi familia-dijo Helena con un tono que intentaba ser despreocupado.
La tristeza y la preocupación se mezclaron en mi pecho mientras la abrazaba. No podía dejar de sentir un alivio abrumador al tenerla de vuelta, pero también me inquietaba el hecho de que Helena no parecía del todo bien. Sin embargo, elegí no presionar. Si ella quería mantener las cosas en secreto, respetaría su decisión.
-Me alegra tanto verte-dije, tratando de transmitir todo el cariño y la preocupación que sentía-¿Cómo estás?-Helena mantuvo su sonrisa, aunque un toque de tensión era evidente en su rostro.
-Estoy bien, solo que bastante cansada-dijo con un tono tranquilizador-Necesito descansar un poco. ¿Podemos hablar mañana?
Asentí, aunque mi intuición me decía que había algo más debajo de la superficie. A pesar de su intento de aparentar normalidad, había algo en su mirada que no podía ignorar. Sin embargo, decidí no insistir.
-Claro, descansa-dije dejanado un beso en su frente antes de que se alejase hasta su habitación.
La noche avanzaba con su habitual calma, y el apartamento estaba sumido en un silencio casi absoluto. Me acomodé en mi cama, tratando de encontrar un sueño reparador, pero la preocupación por Helena seguía manteniéndome despierta. Cada vez que cerraba los ojos, las imágenes de su regreso y su evidente agotamiento llenaban mi mente.
En medio de la quietud de la noche, comencé a escuchar un sonido tenue pero persistente proveniente de la habitación de Helena. Me incorporé en la cama, estirando el oído para identificar el origen del ruido. Era un sonido sutil, pero constante: el leve crujido de la cama y un lamento ocasional.
Me quedé en silencio, con el corazón latiendo en mi pecho. La preocupación por mi hermana se intensificó mientras prestaba atención a los sonidos provenientes de su habitación. Podía escucharla moverse de un lado a otro, el roce de las sábanas y, ocasionalmente, un pequeño gemido de frustración o incomodidad.
El sonido no era fuerte, pero era lo suficientemente claro como para que no pudiera ignorarlo. Me levanté con cautela, intentando no hacer ruido, y me acerqué a la puerta de la habitación de Helena. Puse el oído contra la puerta, tratando de entender mejor lo que estaba ocurriendo.
El sonido de sus movimientos se hacía cada vez más evidente. La forma en que se retorcía en la cama y los suaves gemidos eran indicios claros de que no estaba descansando en absoluto. Me invadió una ola de preocupación; me era imposible permanecer en mi habitación sabiendo que mi hermana estaba sufriendo así.
Con el corazón en la mano, decidí que debía hacer algo. Abrí lentamente la puerta de mi habitación y me dirigí al pasillo, moviéndome con cuidado para no despertar a Helena si es que estaba dormida en algún momento. Me detuve frente a su puerta y, con una mezcla de ansiedad y determinación, la abrí suavemente.
La habitación estaba en penumbra, con solo la luz de la luna entrando por la ventana. Helena estaba en la cama, claramente inquieta. La vi moverse constantemente, su rostro contorsionado en expresiones de dolor y frustración. Me acerqué a su cama, con el corazón apesadumbrado al ver el estado en el que se encontraba.
-Helena-susurré con suavidad-¿Estás bien?
Ella paró de moverse y me miró con ojos cansados. Intentó forzar una sonrisa, pero no logró ocultar el malestar que sentía.
-No puedo dormir-dijo con voz quebrada-Me siento muy incómoda, y no sé qué hacer para calmarme.
La preocupación en mi pecho se convirtió en un nudo apretado. Mi hermana estaba claramente pasando por algol, y el hecho de que no pudiera descansar solo intensificaba mi angustia. Me senté en el borde de la cama, tratando de mostrarle calma y apoyo.
-¿Hay algo en particular que te moleste?-pregunté, intentando ayudarla de la mejor manera posible- ¿Tal vez necesitas hablar sobre lo que estás sintiendo?-Helena se volvió hacia mí, sus ojos revelando una mezcla de agotamiento y desesperación.
-No,es solo el cansancio-dijo algo tensa y la ligera desesperación en su voz me rompió el corazón. Sabía que mi hermana estaba luchando con algo profundo y complicado, y la manera en que estaba tratando de mantener las apariencias solo hacía que me preocupase más.
Estoy aquí para ti, y podemos hablar sobre lo que sea necesario. Si necesitas descansar, tal vez te pueda ayudar a encontrar algo de alivio-Dije con ternura acariciando su pelo.
Helena asintió lentamente, sus ojos llenos de gratitud mientras trataba de acomodarse en la cama. Me levanté para ir a la cocina y prepararle un vaso de leche caliente, esperando que pudiera ayudarla a calmarse un poco.
Al regresar con la taza humeante, la vi aceptar la leche con manos temblorosas. La observé mientras bebía despacio, tratando de encontrar algo de consuelo en el gesto. Aunque sabía que no podía solucionar todo de inmediato, sentía que al menos podía ofrecerle un pequeño respiro.
Después de un rato, el sonido de su inquietud comenzó a disminuir lentamente. Me quedé a su lado, en silencio, esperando que el cansancio eventualmente lograra darle algo de alivio. Mientras la noche avanzaba, la preocupación seguía pesando en mi mente, pero el simple hecho de estar allí para ella me daba un pequeño consuelo.
Finalmente, me retiré suavemente para darle espacio, dejando que el sueño la alcanzara, con la esperanza de que el descanso le brindara un poco de alivio. La noche era larga, pero al menos no estaba sola en su lucha. La preocupación por Helena seguía presente, pero en ese momento, el apoyo que le ofrecía era lo único que podía hacer para ayudarla a encontrar un poco de paz.
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Ha vuelto por sorpresa, pero por mucho que finja Alexia la tiene calada
A ver que pasa en el siguiente, ¿se reencontrará también con Ona?
Este capítulo se lo dedico a mis dos haters @culo_de_clarke y @apr1llxs 😘
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𝐁𝐔𝐑𝐍𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒- 𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞
RandomOna Batlle, la nueva jugadora del Barcelona Femenino siente que lo tiene todo, de cara a la nueva temporada quiere estar centrada en dar lo mejor de ella misma en el equipo de su infancia y seguir con la vida que ella considera perfecta, pero ese pl...