XXXXIV

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Helena

Después de la conversación con Judith en el gimnasio, una sensación inesperada de alivio me envolvió. Aunque el encuentro había sido sorprendente, hablar con alguien que no estaba cargado de la misma angustia y preocupación que sentía me ayudó a encontrar un respiro. Me sentía aliviada, y la tensión en mi pecho había disminuido un poco. El simple hecho de compartir un momento con alguien y dejar que la calma fluyera a través de mí me dio una nueva perspectiva.

Con una sensación renovada, decidí que era el momento de hacer algo que había pospuesto durante mucho tiempo visitar a mis compañeros del parque de bomberos. Habían pasado unas semanas desde que pisé un parque de bomberos, temía que estar allí me hiciese recordar cosas que no habían estado presentes en mi cabeza durante casi todo el día, pero sabía que debía hacerlo.

Al llegar al parque, el familiar aroma de gasolina y el sonido lejano de las conversaciones y risas me recibieron. El edificio se erguía imponente y conocido, y me sentí como si regresara a un lugar que siempre había considerado un hogar lejos de casa. El sonido de las sirenas, aunque ahora lejanas, evocaba recuerdos de tiempos más simples y de la camaradería que había compartido con mis colegas.

Cuando entré ninguno se percató de que estaba allí, me aclaré la garganta intentando llamar su atención y cuando lo hice todos se giraron a mirarme.

-No me lo creo-Dijo Arnau emocionado mientras se acercaba a abrazarme con no mucha sutileza.

La calidez en su bienvenida fue como un bálsamo para mi alma. Me uní a ellos en una conversación animada, compartiendo anécdotas y poniéndome al tanto de las novedades en el parque. Hablamos de viejos tiempos, de los desafíos que habíamos enfrentado juntos y de las historias que nos habían unido.

La interacción con ellos me hizo sentirme más conectada con mi pasado y me recordó la razón por la cual había amado mi trabajo. El ambiente de camaradería y apoyo era exactamente lo que necesitaba para restablecer mi equilibrio emocional. Cada sonrisa y cada palabra de aliento me ayudaron a recordar que, a pesar de los problemas actuales, había un grupo de personas que se preocupaba por mí y que siempre estaría ahí para ofrecer su apoyo.

Cuando salí del parque ya era práctica de noche, no le había hecho caso a nada más que no fuesen mis amigos durante toda la tarde, por eso mismo al encender el teléfono vi varias llamadas y mensajes de Ona y Alexia, después de la felicidad del día en el fondo su preocupación me hacía sentir débil y me hacía recordar el porqué ellas estaban preocupadas.

Ona

La tarde se había alargado en una noche inquietante, y mi preocupación por Helena solo crecía con cada minuto que pasaba. Estaba en casa de Alexia, ambas sentadas en el salón, y el ambiente estaba cargado de una tensión que no podía ignorarse. Helena no había dado señales de vida en toda la tarde, y la falta de noticias me estaba desesperando.

Miré el reloj en la pared, cada tictac parecía un recordatorio cruel de la preocupación que sentía. Mi mente no dejaba de pensar en lo peor. Helena nunca solía desaparecer sin avisar, y su ausencia era una señal alarmante.

-No entiendo dónde puede estar-dije, tratando de mantener la calma mientras mi voz se quebraba por la preocupación.
Alexia, que estaba a mi lado, también estaba claramente inquieta. Revisaba su teléfono repetidamente, buscando un mensaje o una llamada perdida, pero todo seguía en silencio.

-También he intentado llamarla y mandarle mensajes, pero no responde. Esto me tiene muy preocupada. Sabemos que ha estado pasando por un momento difícil, y es posible que esté lidiando con todo esto a su manera-El silencio que siguió estaba cargado de ansiedad. Me sentía atrapada entre la esperanza de que Helena simplemente necesitara tiempo para sí misma y el miedo de que algo pudiera haberle pasado.

𝐁𝐔𝐑𝐍𝐈𝐍𝐆 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒- 𝐎𝐧𝐚 𝐁𝐚𝐭𝐥𝐥𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora