Entre Nosotros | Lewandowski x Gavi

Capítulo trece

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Capítulo trece: Feliz Cumpleaños.

El joven caminaba junto a su amigo por la casa de este último, estaban preparando un postre juntos.

—¿Estás seguro que no quieres ir de fiesta esta noche?

—Sí, es que... no tengo ganas de salir, además tengo cosas que hacer.

—¿Sí? ¿Con quien?— Gavi se quedó callado.

—Haré llamada con mamá— ahora Ferran mantuvo el silencio, no iba a insistir en eso.

—Bien, me parece bien— aceptó y con un poco de inseguridad, susurró—. ¿Está todo bien con eso?

—Sí, ya sabes— Torres asintió con la cabeza.

—Lo sé, pero entonces como tengo toda la mañana y tarde contigo, ¿Qué te parece ir a tomar algo e ir por las tiendas?— se acercó al sillon y alzó unas bolsas que estaban ahí—. Tengo regalos para tí, pero tal vez algo de alguna tienda te guste.

Pablo se quedó helado, miró a su amigo.

—No, no, no, ya es suficiente con todo esto. ¿Qué te regalaré yo cuándo sea tu cumpleaños?

—No necesitas regalarme nada, mientras estés ahí, tu regalo sería tu tiempo conmigo— el pelicastaño abrazó a su compañero, dejándolo sorprendido.

—Gracias y lo siento— sonrió levemente y le regresó el abrazo.

—Está bien.

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Se miró al espejo, acomodando sus cejas con sus dedos. Se arregló su camiseta y salió del baño, tomando su perfume para echárselo. Se lo colocó en la parte trasera de su cuello, en su cabello y en su pecho. Cogió su mochila y su móvil, asegurándose nuevamente que su ropa se estuviera viendo bien.

Miró su móvil, viendo que tenía un mensaje del polaco.

"Ya estoy abajo".

Dió un brinco y salió de su departamento, y fue a la salida del edificio, viendo el coche lujoso del polaco, salió lentamente, sintiendo su corazón latir fuertemente en su pecho. Se acercó a la puerta de copiloto, se bajó la ventanilla, viendo a Lewandowski girar hacia él, sonriendo levemente.

—Entra, la puerta está abierta— abrió la puerta y se sentó.

—Gracias. Hola— saludó mientras se colocaba el cinturón.

—Hola, discúlpame si te hice esperar, tenía que hacer dormir a mis hijas— lo miró de pies a cabeza hasta que volteó a verlo.

—No te preocupes, acabo de llegar a casa y me cambié de ropa— se quedaron en silencio, se miraron fijamente.

—¿Saliste con tus amigos?

—Sí, con... con Ferran— Robert asintió con la cabeza y arrancó el vehículo para conducir hacia su casa.

—¿Cómo te fue? ¿Te divertiste?

—Sí, fue una tarde divertida.

Cuando llegaron a la casa, entraron en silencio. Prendió las luces y lo miró.

—Puedes dejar tus cosas en tu habitación, yo serviré la comida— Gavi asintió con la cabeza, subiendo a su habitación, dejando su bolso en la cama y mirándose al espejo por última vez.

Bajó y vió la cena en la mesa, viendo la cantidad de comida que había. Lo vió servir vino en las copas y dejarlas apoyadas con mucho cuidado.

—Ven, siéntate a comer antes de que se enfríe— se acercó y se sentó frente a su plato, tomando sus cubiertos.