Capítulo veintiuno

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Capítulo veintiuno: El Ambiente.

Su cuerpo estaba temblando, estaba apoyado en el lavabo del baño, se miraba en el espejo mientras se mordía el labio. Cada vez que cerraba sus ojos podía recordar lo de la noche anterior, aún podía sentir sus manos sobre su cuerpo, sus labios sobre los suyos.

De tan solo pensarlo cerró sus ojos con fuerza, agachó la cabeza y presionó sus piernas.

Le había encantado demasiado, tanto que no podía calmarse.

Llevaba varios minutos ahí adentro y simplemente no podía quitárselo de la cabeza, hasta había soñado con algo más, algo que no había sucedido.

No era la primera vez que había recibido un beso, pero había algo en Robert que lo ponía caliente demasiado rápido y la forma en la que lo había besado tenía enloquecido su cuerpo, estaba prendido fuego.

Intentó no hacerlo, pero sabía que no iba a poder salir de ahí si no lo hacía.

Luego de varios minutos salió del baño, algo satisfecho y acomodó las cosas antes de salir. Bajó las escaleras y se encontró con Robert junto a sus hijas tomando el desayuno. Sus miradas chocaron y sus piernas temblaron, quería más, más besos.

—Buenos días— saludó el polaco, apoyando su mano sobre la mesa, su plato estaba a un lado de él.

—B... buen día— caminó a un paso rápido y se sentó a su lado, podía sentir la mirada del polaco sobre él.

—¿Dormiste bien?— pegó un brinco al sentir la grande mano ajena sobre su muslo, debajo de la mesa. Enderezó su espalda, intentó controlarse.

—B...bien, dormí bien— respondió tartamudeando.

Se tensó aún más al sentir como lo tomaba del mentón y lo obligaba a mirarlo a la cara. Sus ganas de lanzarse sobre él aumentaron, miró todo su rostro, sus ojos claros, bajando a sus labios.

—Es bueno saberlo— su voz ronca erizó su piel, asintió con la cabeza. Lo miró a los ojos, el polaco tenía su atención sobre sus labios.

Lo soltó levemente y continuó desayunando, él intentó hacerlo. Luego de acomodar sus cosas, todos subieron al vehículo y Lewandowski comenzó por llevar a sus hijas a la escuela, una vez que ellos quedaron solos. Tenía sus cosas, Robert lo llevaba a su casa.

El camino en silencio como era costumbre, ni siquiera se miraban. Al llegar al lugar el ambiente cambió, él no tomó sus cosas y salió como era de costumbre, ahora se había quedado en su lugar, esperando que Robert dijera algo, que le diera algo, pero parecía que tampoco sabía que decirle exactamente.

Era normal, se habían besado la noche anterior, el ambiente que los envolvía no era el de siempre, era uno más pegajoso, más difícil de controlar y entender. Volteó a verlo y su pecho brincó al chocar con los ojos celestes, estaba observándolo, ¿desde cuándo?

Se miraron como siempre lo hacían, como si dejaran que sus ojos hablaran antes de su boca, inevitablemente miró sus labios y los recuerdos de la noche se hicieron presentes.

—¿Necesitas algo más?— preguntó mientras se quitaba el cinturón, acción que él copió lentamente.

El "no" no podía salir de su boca, quería más de lo que le había dado, ya no estaba satisfecho.

Apoyó sus manos a un lado de su asiento y se aproximó un poco, girando todo su cuerpo en su dirección, buscando darle una señal para que se adueñara de sus labios una vez más.

Entre Nosotros | Lewandowski x GaviWhere stories live. Discover now