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Capítulo catorce: Cordones Desatados.
Sonrió con melancolía, acto seguido oír unos golpes en la puerta.
—Puede entrar— lo vió entrar lentamente.
—Pensé que ya estabas dormido— se sentó en el borde de la cama, Gavira apoyó el móvil en su pecho.
—Estaba leyendo los mensajes que envió mi madre, me estaba felicitando— Robert sonrió.
—¿Piensas ir a verla?
—Sí, bueno... cuando tenga tiempo iré a verla y tal vez le lleve algún regalo— mantuvo el silencio durante unos minutos, para luego soltar otra pregunta.
—¿La extrañas?— Gavi alzó los hombros y los bajó lentamente al soltar el aire, sintiendo su interior algo revuelto aún.
—Un poco, sí— bajó la mirada.
Intentaba no hablar demasiado, sentía que en cualquier momento diría algo indebido, tampoco podía mirarlo, aún tenía presente lo que había sucedido abajo.
—Tal vez deberías ir esta semana, de todas maneras no debo ir a ningún lado— propuso mientras levantaba sus manos para moverlas al hablar, bajándolas lentamente, quedando una sobre su muslo.
Nuevamente sintió su cuerpo tenso al sentir la fría mano del polaco sobre su piel desnuda, erizándola, revolviendo sus palabras.
—Ah... a... si usted me-me lo permite, sí— respondió pronto, su muslo fue apretado por la mano ajena, provocándole un brinco en su lugar.
—Lo hago. Pasaré tiempo con mis hijas, así que no debes preocuparte por nada— se levantó de la cama—. Te dejaré dormir, te ves cansado. Duerme bien.
Antes de girar su cuerpo por completo, el joven de 18 años lo tomó de la mano, llamando su atención. Una vez que sus ojos estuvieron puestos sobre él, habló aunque no tenía nada en mente, ni siquiera sabía por qué lo había frenado, ¿acaso no quería que se fuera?
—Ah... yo... gracias, otra vez, por todo lo que hace por mí. No sé cómo, pero se lo pagaré— prometió. Robert soltó el aire.
—No debes pagarme, creí que eso ya había quedado claro. Los regalos no se cobran— a pesar de tener una respuesta, su mano no quería soltar la del polaco.
—Lo sé, es solo que... no me siento cómodo con este sentimiento.
—No deberías sentirlo. Si quieres puedes pensar que me estás pagando con tu trabajo como niñero.
—Sí, pero...— sintió la otra mano del ojiceleste cubrir la parte superior de su mano, dejando la suya en el medio de las de él.
—No continúes pensando. Ya he dicho que no recibiré nada a cambio. Las cosas las hice porque quería hacerlo, no porque lo pidieras— en un segundo el joven brincó sobre sus brazos y él lo sujetó rapidamente de la cintura para que no cayera.
Su peso se inclinó hacia atrás, cayendo sentado en la cama, terminando por quedarse acostado. Su mano sostenía su cintura, su pierna entre el medio de las de Gavi, haciendo leve presión. Se aferró con fuerza, intentó dar algún tema de conversación.
—Gr-gracias, también por la oportunidad— apoyó sus manos sobre su pecho intentando separarse, pero la fuerza del polaco era más grande, aunque no era su intención retenerlo. Ese leve movimiento era suficiente para sentir esos roces de sus cuerpos que lo ponían nervioso, cosa que el polaco parecía no notar.
Eso era lo que creía Pablo, pero Robert lo notaba, era claro, pero fingía no entender por qué se ponía tan nervioso.
—Está bien. Acepto tus agradecimientos, pero sabes que no me debes nada. Todo lo que hagas apartir de ese momento es todo por tu propio trabajo— asintió con la cabeza, intentando no morderse el labio a causa del movimiento de su rodilla entre sus piernas.

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Entre Nosotros | Lewandowski x Gavi
Hayran Kurgu"Jamás pensé que alguien llegaría a mi vida tan de repente y la cambiaría en tan poco tiempo. No entiendo como llegamos a esto, pero debe quedar entre nosotros." • Historia en proceso. • Prohibida la copia. Esta es historia es mía. [Comenzada: 10/12...