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Capítulo treinta y nueve: Un Beso Suyo.
Robert notó que Pablo había cambiado de actitud, parecía estar más perdido en sus pensamientos, estaba serio. Hacía su trabajo en silencio, podía sentir que algo no estaba bien con él desde ese día que había subido al vehículo sin saludarlo. Se había dicho a sí mismo que dejaría de verlo, pero con su extraño comportamiento no podía evitar tener su atención sobre él.
¿Acaso algo había sucedido? ¿Habría terminado con su novia? Intentó no hacer tan obvia su preocupación en ese momento, dándole su espacio para que no se sintiera abrumado.
Estacionó su vehículo en la casa, bajando con sus cosas. Había terminado el partido y había vuelto a casa, era de noche. Sabía que Pablo estaba ahí, le había pedido que se quedara para que cuidara a sus hijas mientras él no estaba.
Abrió la puerta y vió las luces apagadas, parecía que no había nadie allí. Dejó las llaves en la mesa y se quitó los zapatos, dejándolos en la entrada. Dió unos pocos pasos hasta que pudo ver que la televisión estaba encendida y Pablo estaba acostado en el sofá.
Se acercó hasta quedar parado adelante suyo, seguido a ello ponerse de cuclillas para verlo bien, estaba dormido. Aunque ya llevaba varios meses quedándose en casa, aún podía notar que no cogía nada de más, ni aunque él le repitiera que tomara todo lo que necesitaba, ni siquiera buscaba una sábana para cubrirse por si se quedaba dormido.
—Y estamos cerca de invierno, te hará mal dormir así— le dijo aunque sabía que no lo estaba escuchado.
Lo tomó entre sus brazos al estilo princesa y lo subió hasta la habitación donde el joven se quedaba a dormir. Lo acostó en la cama, quedándose sobre su cuerpo, mirándolo con atención.
Sus tiernas pestañas decoraban sus lindos ojos, su salvaje cabello castaño que caía por sobre su rostro y sus dulces labios listos para ser comidos. No pensaba hacerle nada, pero su mano pasó sobre la suave y caliente piel de su rostro, deslizando su pulgar por su labio inferior, separándolo del superior.
Abrió su boca cuidadosamente, acortando la distancia con calma, como si quisiera que Pablo no lo viera acercarse aunque sabía que estaba completamente dormido. Sus labios pasaron sobre los del joven, metiendo su lengua dentro de su boca.
Cerró los ojos, su mano sujetó el mentón ajeno mientras le robaba un beso, para luego bajarla por su cuello, pasando por su pecho y terminando en su abdomen, separándose para tomar aire y verlo a la cara.
Una expresión calmada, no parecía estar soñando nada malo. Lo cubrió con las sábanas hasta los hombros, asegurándose que no sintiera frío durante la noche. Se enderezó lentamente, siendo su mano la última en apartarse del cuerpo ajena, perdiendo su calor.
Lo miró una vez más antes de darse vuelta para salir de la habitación, no sin antes oír que el móvil del joven sonaba en la mesa de luz. Se acercó y miró quien era desde arriba, parando todos sus movimientos al ver que era el número del joven.
Cogió el móvil y silenció el número, seguido a ello bajarle el volumen y dejarlo nuevamente donde estaba, para finalmente salir de la habitación e irse a la suya para acostarse a dormir.
Ese joven tenía algo que no le gustaba y sabía que la actitud de Pablo había cambiado por su culpa, sabía que algo había hecho y no iba a dejarlo pasar.
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El cielo nublado, parecía advertir que en cualquier momento podría comenzar a llover con fuerza, pero eso no detuvo a los jóvenes que debían prepararse para su próximo partido. Robert estaba sentado en la cafeteria, en el mismo lugar donde se sentaba cada vez que se quedaba a ver el entrenamiento de Gavira, movía la taza de café en círculos, con su atención puesta sobre el joven chico. Notó que ese mismo chico que lo seguía a todos lados lo estaba mirando, como si quisiera acercarse, pero algo le impedía hacerlo.
Pudo ver que los hicieron hacer calentamiento de a dos, viendo que este aprovechaba la oportunidad para acercarse a Pablo y decirle algo, y para su sorpresa, el sevillano negó con la cabeza y se apartó, acercándose a otro chico para entrenar juntos.
Esa acción lo había tomado por sorpresa ya que Gavira no era alguien que le negaba de esa forma a un amigo, eso lo hizo entrecerrar los ojos. ¿Realmente había sucedido algo entre ellos? Ahora tenía pruebas, lo podía ver con sus propios ojos, Pablo estaba escapando de él. ¿Acaso ya se había dado cuenta que solo lo buscaba para algo más que una simple amistad?
Rió amargo al pensar que lo rechazó en su cara, era algo se merecía, o al menos eso pensaba. Le dió un trago a su café y continuó viendo el entrenamiento en silencio. Tal vez debía actuar en esa situación en persona, tal vez debía detenerlo si continuaba insistiendo.
El entrenamiento terminó y los familiares fueron saliendo del lugar, él por su parte se levantó de su lugar y comenzó a caminar hacia su vehículo donde iba a esperar a Pablo, pero a los minutos miró su reloj cuando este no aparecía por ningún lado. Miró su móvil pensando que tal vez le había mandado algún mensaje que no había visto, pero no tenía señales de él. Comenzó a caminar en busca del pelicastaño, notando que en una esquina del silencioso y grande lugar se escuchaban unas voces. Se acomodó el cubrecuello para cubrirse hasta la nariz y vió la escena.
Gavira estaba acorralado contra el vehículo mientras ese chico estaba delante de él hablándole.
—Perdona si mis palabras del otro día fueron muy incómodas para tí— Robert alzó las cejas. Pablo, sin querer verlo, intentaba dar pasos para irse de aquella situación, pero el cuerpo del joven impedía que pudiera irse.
En un segundo apoyó su mano sobre su hombro para girarlo hacia él, tomándolo del cuello de la camiseta y empujarlo hasta estrellarlo contra la pared, sus ojos celestes llenos de furia estaban atravezando su cuerpo.
—¿No te das cuenta que no quiere que le hables?— su voz ruda se hizo presente en el silencio. La presión contra su pecho le impedía que pudiera respirar bien, no le respondió. Gavi se quedó helado al ver la escena—. Déjalo tranquilo.
Lo tiró al suelo al soltarlo bruscamente, girando a ver a Pablo y caminar hacia él, tomarlo de la muñeca y comenzar a andar lejos del lugar hasta llegar a donde había estacionado, ahora Robert lo había puesto contra su coche. Sus manos puestas contra el vehículo, a los lados de su cuerpo, mirando sus ojos.
—¿Estás bien?— el sevillano no podía evitar mirarlo, como su cabello estaba desordenado y su rostro medio cubierto, dejando a la vista sus intimidantes ojos.
Su corazón latía fuertemente contra su pecho, sentía que iba a desmayarse, el cuerpo del polaco le causaba un calor interior que jamás había sentido. Sentía que le faltaba el aire y ni siquiera lo estaba tocando.
—Sí... estoy bien— murmuró, para luego sentir que su alma salía de su cuerpo al verlo bajarse la tela que cubría su rostro, dejando a la vista sus labios.
Se quedaron en un eterno silencio que duró solo unos instantes hasta que Lewandowski comenzó a aproximarse a sus labios, su respiración caliente chocaba contra su boca húmeda. Subió la mirada, los ojos celestes estaban clavados en sus labios, no parecía importarle nada más, ni siquiera en donde estaban.
Antes de que sus bocas pudieran tocarse desvió el rostro hacia un lado, agachando la cabeza mientras huía de sus brazos y daba unos cortos pasos en dirección a la puerta del coche, poniendo su mano sobre este.
—¿Podemos irnos? Por favor— preguntó aún con la cabeza agachada.
El polaco se quedó perplejo en la posición en la que estaba, con sus ojos completamente abiertos, sorprendido por lo que había sucedido.
¿Acaso había rechazado un beso suyo?
Estaba completamente seguro de que iban a besarse, la escena era perfecta, los ojos del sevillano le habían dicho que lo haga, estaba seguro que no había interpretado mal su mensaje. ¿Por qué se había movido? ¿Acaso era por el lugar en el que estaban? ¿Por lo que había sucedido antes?
—Sí... sí, vamos— se enderezó y abrió las puertas del vehículo, caminando hacia la puerta donde se encontraba el asiento del piloto.
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1408 palabras
07/02/25
2:16a.m.
Ladymal122

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Entre Nosotros | Lewandowski x Gavi
Fanfiction"Jamás pensé que alguien llegaría a mi vida tan de repente y la cambiaría en tan poco tiempo. No entiendo como llegamos a esto, pero debe quedar entre nosotros." • Historia en proceso. • Prohibida la copia. Esta es historia es mía. [Comenzada: 10/12...