Ever After High - One shots

Daring Charming

◆━━━━━━━◆❃◆━━━━━━━◆

Daring Charming

◆━━━━━━━◆❃◆━━━━━━━◆

Era un día común en Ever After High, pero para Daring Charming, todo se sentía especial. Su reflejo lo acompañaba en cada paso, siempre admirando sus rizos dorados que caían perfectamente sobre su frente y la perfecta línea de su sonrisa. Daring era el centro de atención, o al menos eso se aseguraba él, con una mirada aquí y otra allá, saludando a cada chica que cruzaba su camino con un guiño o una sonrisa, esperando que sus gestos dejaran una impresión duradera. En su mundo, todo giraba en torno a su aspecto y a ser admirado por los demás, y hasta el simple hecho de caminar por los pasillos de Ever After High se había convertido en una pasarela para él.

Pero hoy, algo diferente ocurrió.

Daring se detuvo frente a un espejo en uno de los pasillos y se arregló la chaqueta, su sonrisa deslumbrante iluminando su rostro cuando se vio reflejado en el vidrio. Justo en ese momento, un grupo de chicas cruzó cerca de él, y Daring no pudo evitar lanzarles una mirada fulgurante y su típica sonrisa coqueta. Las chicas rieron y algunas incluso se sonrojaron ante su encanto, lo que solo alimentaba su ego. Todo marchaba perfecto, como siempre.

Pero entonces, algo lo detuvo.

A lo lejos, vio a una chica que no formaba parte de ese círculo de admiradoras. Se destacaba por su actitud tranquila, una energía que parecía distinta, como si su mirada ya no estuviera fija en él. Ella no era como las demás. Era una chica con una presencia tranquila pero firme. Tenía el cabello oscuro y recogido con un toque elegante, casi como si la oscuridad de su atuendo se fusionara con su actitud distante.

"T/N" Pensó Daring, recordando el nombre de la hija de Keren del cuento de los Zapatos Rojos.

Daring, siempre acostumbrado a ser el centro de atención, decidió que no dejaría pasar esa oportunidad. Caminó hacia ella, con esa sonrisa encantadora que a todos deslumbraba, lanzando un saludo y esperando una reacción similar a las que recibía de las otras chicas.

—Hola, preciosa —Dijo Daring, tratando de sonar casual y seductor a la vez, mientras se acercaba a T/N. Sus ojos brillaban con esa arrogancia habitual, y su cuerpo se inclinó ligeramente hacia ella, esperando alguna señal de interés.

Pero lo que sucedió a continuación fue algo que Daring nunca había experimentado. T/N ni siquiera lo miró. En lugar de sonreír, como lo hacían las demás, ella lo observó brevemente con una expresión fría y distante, sin mostrar ningún rastro de admiración o emoción. Sus ojos, de un gris profundo, se centraron en él solo un momento, pero ese simple gesto fue suficiente para que Daring sintiera un ligero nudo en el estómago. Ignoró su saludo como si no hubiera dicho nada, y continuó su camino sin detenerse, sin hacer un solo gesto hacia él.

Daring quedó petrificado por un segundo. Nadie lo había rechazado de esa manera. Nadie lo había mirado con tanto desdén. Era un golpe a su ego, un recordatorio de que no siempre todo el mundo estaría dispuesto a caer rendido ante su encanto. Se quedó allí, mirando cómo T/N se alejaba, con la mente girando rápidamente. ¿Qué era lo que hacía que ella lo mirara con tan poca importancia? ¿Cómo podía alguien ignorarlo tan fácilmente?

El resto del día pasó, pero Daring no pudo dejar de pensar en T/N. Su actitud, su indiferencia, lo desafiaban de una manera que ningún otro había logrado. No podía entender cómo una chica, una que no parecía estar interesada en nada relacionado con popularidad, fama o apariencia, lo había mirado de esa forma. Nadie había sido tan valiente, tan diferente.