Ever After High - One shots

Ashlynn Ella

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Ashlynn Ella

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En el mundo brillante y encantado de Ever After High, donde cada estudiante nacía con un destino legendario ya escrito, había quienes sabían desde el principio qué papel jugarían. Pero también estaban los que, como T/N, caminaban sin guion, hilando su propia historia con hilos invisibles de esfuerzo, talento y un corazón que palpitaba más fuerte que cualquier magia.

T/N era hija de una zapatera reconocida en todo el Bosque de los Cien Relatos, famosa por haber creado calzado mágico para príncipes que escapaban de dragones y heroínas que danzaban entre estrellas. Su taller olía a cuero nuevo, flores secas y un toque de hechizo ancestral. Pero ahora, la responsabilidad pasaba a T/N, quien dudaba si su corazón, tan enamorado del arte como de cierta princesa estaría listo para pisar el sendero que su madre alguna vez dejó atrás.

Desde que conoció a Ashlynn Ella, el mundo de T/N había cambiado. Ashlynn era la encarnación de la gracia y la dulzura hija de Cenicienta, protectora de la naturaleza, amante de los zapatos y poseedora de una sonrisa que podía derretir la escarcha de los bosques más fríos. T/N la había visto por primera vez en la Feria del Zapato Encantado, sosteniendo sus primeros diseños con manos temblorosas y alma en vilo.

—¿Tú hiciste estos? —Había preguntado Ashlynn, con un brillo genuino en los ojos esmeralda mientras examinaba unos botines verdes con hojas bordadas y pequeños cristales que chispeaban como gotas de rocío.

T/N apenas pudo murmurar un "Sí" mientras el rubor le encendía las mejillas. Desde entonces, cada encuentro era como una danza de sentimientos no dichos, como si sus corazones se escribieran cartas invisibles con cada mirada robada.

...

Una tarde tibia de primavera, Ashlynn la invitó a dar un paseo por los jardines de la escuela. Las flores silvestres estallaban en colores, y las hadas pequeñas revoloteaban entre las ramas. T/N caminaba a su lado, luchando contra su nerviosismo. Las palabras se le enredaban como cordones mal anudados.

—Tu presencia siempre es como una brisa fresca —Dijo de pronto Ashlynn, deteniéndose a recoger una pequeña flor azul—Me hace bien estar contigo.

T/N tragó saliva, sintiendo que el mundo se tambaleaba bajo sus pies.

—¿De... de verdad?

Ashlynn se volvió hacia ella, colocando la flor detrás de su oreja.

—De verdad y sabes... no todas las historias tienen que estar escritas en un libro. Algunas se tejen paso a paso... como tus zapatos.

T/N soltó una risita nerviosa. El roce de los dedos de Ashlynn sobre su mejilla todavía le quemaba, como un hechizo dulce que no quería romper.

Las semanas siguientes fueron un desfile de tardes en el taller. Entre risas, bocetos y montañas de materiales, nacía algo más que una colección de otoño: nacía una intimidad preciosa. Ashlynn adoraba ver a T/N concentrada, con una pinza entre los labios y mechones sueltos de cabello cayéndole sobre la cara. T/N bueno, ella vivía por cada caricia accidental de manos, por cada risa compartida al mancharse de pegamento mágico o por los momentos en que Ashlynn tarareaba bajito mientras cosía con delicadeza.

Una tarde, mientras el cielo se pintaba de ámbar y oro, T/N dejó caer sin querer un puñado de lentejuelas. Ambas se agacharon al mismo tiempo y sus frentes chocaron con suavidad.

Rieron, sus narices rozándose.

—¿Estás bien? —Preguntó Ashlynn con ternura.

—Solo si tú lo estás —Susurró T/N sin pensar y entonces, ambas se quedaron quietas, los ojos fijos, los corazones latiendo como tambores de celebración.

No se besaron ese día. Pero el silencio que compartieron fue tan íntimo como un abrazo de almas.

En el festival anual de Luz de Estaciones, la escuela se llenó de faroles flotantes, música encantada y perfume de noche encantadora. Ashlynn llevaba un vestido de hojas doradas y suaves hilos de cristal. T/N, con ayuda de Cedar Wood, se había confeccionado un traje inspirado en el bosque encantado, con detalles bordados a mano y zapatos hechos especialmente para la ocasión, unos con suelas que brillaban con cada paso. Cuando Ashlynn la vio, soltó un pequeño jadeo.

—Te ves... como un suspiro de bosque después de la lluvia.

T/N no supo cómo responder. Solo tendió su mano. Bailaron al ritmo de las melodías antiguas, entre luciérnagas y pétalos flotantes. Cada giro las acercaba más. Cada paso era una promesa no dicha y cuando la canción más lenta comenzó, Ashlynn apoyó su frente contra la de ella.

—Gracias por bailar conmigo. No solo esta noche... sino en esta historia que estamos escribiendo.

Fue entonces cuando T/N, temblorosa pero decidida, rozó los labios de Ashlynn con los suyos. Un beso corto, torpe; pero lleno de verdad y el mundo, por un momento, pareció detenerse para aplaudir.

Días después, una lluvia inesperada sorprendió a las estudiantes. Ashlynn había quedado atrapada sin paraguas. T/N, corriendo por el jardín con una capa impermeable y sus botas a prueba de tormentas, la encontró empapada bajo un árbol.

—¡Estás helada! —Exclamó, cubriéndola con su capa.

—Pero tú te vas a mojar...

—No me importa —dijo T/N—. Me importas tú.

Ashlynn tembló, no por frío, sino por la emoción contenida. Sus dedos buscaron los de T/N.

—Me asustaba que esto fuera solo un hechizo pasajero —Susurró—Pero cada vez que estás cerca, siento que es real. Que tú eres mi camino, aunque no esté escrito en un cuento.

T/N se inclinó, besando su mejilla con delicadeza.

—Entonces hagámoslo real. Nuestra historia... puede tener el final que queramos.

Se abrazaron bajo la lluvia, los labios rozando apenas, mientras la tormenta cantaba bendiciones a su alrededor.

Meses después, Ashlynn fue invitada a representar a Ever After High en un evento de realeza internacional. Debía llevar un par de zapatos que simbolizara quién era y decidió que solo una persona podía crear ese diseño.

—Quiero que tú los hagas —Le pidió a T/N, entregándole un trocito de tela de su vestido y una hoja de roble seca—Quiero llevar algo que venga de ti. Que me recuerde por qué elegí caminar un sendero diferente.

T/N lloró mientras diseñaba. Lloró mientras cosía y lloró al verla caminar con ellos, segura, radiante, feliz.

—¿Cómo se sienten? —Preguntó después del evento.

—Como si caminara sobre promesas cumplidas.