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Madeline Hatter
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El viento suave arrullaba los jardines de Ever After High mientras el sol jugueteaba entre las hojas, creando un espectáculo de luces y sombras que parecía salido de un cuento de hadas. Era un día como cualquier otro en la prestigiosa escuela de descendientes de personajes de cuentos clásicos, pero en el aire flotaba una sensación de cambio, como si las historias que todos conocían estuvieran a punto de dar un giro inesperado. Los muros de piedra blanca y las torres altas parecían escuchar con atención el susurro de las hojas, aguardando algo significativo.
T/N, hija del Hada Azul, estaba sentada en un banco de mármol cerca del lago encantado, sumida en pensamientos que parecían más profundos que el reflejo del cielo en las aguas cristalinas. Su vestido azul, decorado con diminutos destellos plateados, brillaba con cada movimiento, como si capturara la esencia misma de la magia que corría por sus venas. En su regazo descansaba su varita, un objeto intrincadamente tallado con patrones en espiral que emitía un leve resplandor, como si estuviera viva y compartiera su melancolía.
Mientras contemplaba las suaves ondas del lago que se movían al compás de la brisa, T/N no pudo evitar pensar en la carga que representaba su legado. Ser la hija del Hada Azul no era simplemente un título; era un destino, una responsabilidad grabada en su nombre antes incluso de que pudiera entenderla. Desde niña, había aprendido a usar su magia para conceder deseos, a ser generosa, sabia y desinteresada. Pero en su interior, una parte de ella anhelaba algo más, algo propio. Algo que no estuviera dictado por las expectativas de los demás.
El sonido de pasos ligeros sobre la hierba rompió el silencio, y antes de que pudiera levantar la vista, una voz alegre y familiar llegó a sus oídos.
—¡Ah, ahí estás! —Exclamó Madeline Hatter, apareciendo a la distancia con su característica energía vibrante. Con una tetera en la mano y un sombrero ridículamente alto inclinado sobre su cabello turquesa y morado, Maddie era una explosión de colores y patrones, como si la misma locura del País de las Maravillas hubiera decidido encarnarse en ella.
T/N esbozó una sonrisa leve al verla acercarse, aunque el peso de sus pensamientos no desapareció. Maddie, con su capacidad inigualable para traer caos y alegría, siempre lograba animar el ambiente, incluso cuando T/N se sentía atrapada.
—Sabía que te encontraría aquí —Continuó Maddie, deteniéndose frente a ella con una amplia sonrisa que parecía contagiarse—Bueno Earl Grey me lo susurró esta mañana, pero él suele tener razón ¿Sabes?
T/N arqueó una ceja, divertida a pesar de sí misma—¿Earl Grey? ¿Tu mascota o...?
—¡Ambos! —Rió Maddie, colocando la tetera en el banco y enderezando su sombrero con un gesto exagerado—Pero no he venido solo a hablar de té, aunque eso nunca está de más. Vine porque necesitamos hablar de destinos, elecciones y, por supuesto, un poco de magia.
T/N ladeó la cabeza, curiosa pero también cautelosa. La mención de los destinos siempre le producía un nudo en el estómago. Sabía que no era una conversación casual; Maddie tenía una extraña habilidad para leer las emociones de los demás, y parecía que había captado algo en ella.
—¿De qué quieres hablar exactamente, Maddie? —Preguntó, jugando con su varita entre los dedos mientras intentaba parecer despreocupada.
Maddie no se molestó en responder de inmediato. En cambio, se dejó caer en el banco junto a T/N, cruzando las piernas con una energía despreocupada. Sacó una taza de té de su sombrero y se la ofreció a T/N, como si fuera lo más natural del mundo.
—Primero, un poco de té para aclarar la mente —Dijo con un tono conspirativo, aunque sus ojos brillaban con una comprensión que no era común en ella—Segundo, hablemos de por qué todo el mundo cree que estamos obligados a seguir los pasos de nuestros padres. Porque, querida amiga, eso es un completo disparate.
T/N aceptó la taza con una sonrisa forzada, aunque el peso en su pecho no desapareció. Dio un pequeño sorbo, dejando que el sabor cálido y floral se deslizara por su garganta, antes de responder en voz baja.
—Es fácil decirlo, Maddie, pero... toda mi vida me han entrenado para esto. Para ser la próxima guardiana de los deseos. Es lo que se espera de mí ¿Cómo podría simplemente rechazarlo?
Maddie dio una risita, inclinándose hacia ella con una expresión que mezclaba diversión y seriedad—Porque no estás sola, T/N. Yo también soy hija de alguien importante. El Sombrerero Loco, nada menos. Y aunque adoro a mi padre y todo lo que representa, decidí hace mucho tiempo que iba a ser mi propia versión de la locura ¿Por qué? Porque nadie más puede hacerlo mejor que yo.
T/N guardó silencio, mirando fijamente el reflejo de su rostro en el té. Había algo reconfortante en las palabras de Maddie, pero también aterrador. El miedo a defraudar a los demás, a su madre, a las historias mismas, la retenía como cadenas invisibles.
—Pero ¿Qué pasa si cambiar nuestra historia arruina algo? —Murmuró finalmente—¿Qué pasa si alguien más pierde su final feliz porque yo decidí hacer las cosas a mi manera?
Maddie la miró con una mezcla de compasión y determinación. Tomó su mano con suavidad, sus dedos cálidos contrastando con el frío del mármol del banco.
—Ah, ese es el problema ¿Verdad? —Dijo en voz baja—T/N cambiar nuestra historia no significa arruinarla. Significa mejorarla. Mira, dime algo. Si pudieras hacer cualquier cosa, algo que no tenga absolutamente nada que ver con el Hada Azul ¿Qué sería?
T/N parpadeó, sorprendida por la pregunta directa. Sus ojos se desviaron hacia el lago, donde las olas suaves reflejaban los destellos dorados del sol. Una imagen comenzó a formarse en su mente, un sueño que había mantenido oculto incluso para sí misma.
—Siempre quise usar mi magia para contar historias —Confesó en un susurro—Crear mundos donde las personas puedan vivir aventuras que nunca encontrarían en los cuentos normales.
La sonrisa de Maddie se iluminó como un amanecer, y aplaudió con entusiasmo, casi derramando su taza de té—¡Eso es maravilloso! ¿Ves? Ese es tu verdadero destino, T/N. No el que te han impuesto, sino el que llevas en el corazón.
Por primera vez en mucho tiempo, T/N sintió una chispa de esperanza. Pero aún quedaba un rastro de duda en su interior.
—¿Y si fallo? —Preguntó, su voz temblando ligeramente.
Maddie inclinó la cabeza, sus ojos brillando con una mezcla de comprensión y desafío—Entonces tendrás una buena historia para contar. Pero si me preguntas a mí, creo que será un cuento digno de un final feliz.
Y con esa simple pero poderosa declaración, Maddie levantó su taza en un brindis, como si sellara un pacto entre amigas. En ese momento, bajo el cálido sol y rodeadas de la magia de Ever After High, T/n sintió que algo dentro de ella se liberaba. Quizás, después de todo, escribir su propia historia no sería tan aterrador como había imaginado.

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Ever After High - One shots
Fanfiction¡Bienvenidos a este one-shots de Ever After High! Espero que les gusten estás minis historias de cada uno de estos personajes. ¡Espero que le gusten!