La chica con el sol en sus ojos se ha ido

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VI

Castville, Illinois, Estados Unidos, 2006.

<<...look for the girl with the sun in her eyes and she's gone. Lucy in the sky with diamonds!>>

Lucy se despertó confusa, pero sobre todo molesta. La voz de uno de los Beatles sonaba a todo volumen por toda la casa, el sonido provenía desde el salón, seguía su camino por las escaleras y se instalaba en el cuarto de Lucy. El suelo de su habitación retumbaba. Levantó la cabeza de su almohada y se rascó los ojos con su mano, se sentó en la cama y retiró parte de su cabellera pelirroja de su cara que impedía su vista. 

¿Quién demonios pone música a las nueve de la mañana? Se preguntó a sí misma. De repente, la puerta de su habitación se abrió de un portazo y entró una chica físicamente igual que Lucy cantando la canción a todo pulmón. Llevaba puesto un vestido largo de verano, iba descalza y en su cabeza reposaba una pequeña corona de flores de plástico. Se movía por todo el cuarto, moviendo sus brazos al aire. Lucy se levantó de la cama, estupefacta. ¿Esa era Lola? ¿Esa era su hermana? Tragó saliva, sin apartar la mirada de la ninfa que no paraba de bailar y cantar. ¿Cómo era posible que Lola estuviera aquí? No lo entendía. Se sentía confundida y asustada, pero aunque no lo pareciese también se sentía contenta. Contenta de volver a ver a su hermana.

Lucy se lanzó hacía Lola y la abrazó con fuerza cerrando los ojos para apreciar más ese momento. Dios, cuanto la había echado de menos. Lola paró de bailar al instante en que su hermana la abrazó. Frunció el ceño, pero de inmediato la rodeó con sus brazos. Cuando las dos se separaron, Lola acarició la mejilla de su hermana y le sonrió.

-Feliz cumpleaños, enana-dijo riendo.

Lucy se giró y miró el calendario que tenía en el armario. Era el siete de junio, el día de su cumpleaños. ¿Por qué no se acordaba de eso? Extraño, pensó ella. Se volvió a girar hacía su hermana que seguía sonriendo y le devolvió la sonrisa. Eran como si se estuvieran mirando al espejo.

-Soy más pequeña que tú tan solo por dos minutos-rió-Feliz cumpleaños a ti también.

-Pero igual, eres una enana, mi enana.-Lucy puso los ojos en blanco-Anda, dúchate y vístete que dentro de dos horas vendrán los demás y necesitamos tenerlo todo listo.

Lola se apartó de Lucy y recogió la corona de flores que se le había caído cuando su hermana la abrazó.

-¿Qué ocurre hoy? ¿Quién viene?

-Tonta, ni siquiera te acuerdas-Lola le colocó la corona en la cabeza y le acarició el pelo-hoy vienen los raros de nuestros amigos a celebrar nuestro cumpleaños.

Lucy se extrañó aun más por no acordarse de ese detalle. Otra cosa de la cual no se acordaba, si lo hubiera hecho se hubiese despertado antes que su hermana. No dijo nada, y solo sonrió y asintió. 

Lola salió de su habitación y la canción de los Beatles terminó para dejar paso a otra de Jimi Hendrix. La pelirroja suspiró y miró a su alrededor, se abrazó a si misma. Todo parecía ir muy bien, pero no parecía que fuese real, era una sensación extraña.

En cuanto Lucy se vistió con uno de sus mejores vestidos bajó al salón, el cual estaba solitario. No había nadie allí. La mesa donde solían hacer comidas familiares estaba llena de bandejas con bocadillos, refrescos y alguna botella de alcohol, bolsas de patatas y en el centro una gran tarta de chocolate. El reproductor de música seguía encendido, pero el volumen había cesado. Lucy se extrañó al no ver a sus padres allí, era sábado y los fines de semana no trabajaban. Se dirigió hacía la cocina y salió por la puerta que daba al jardín. Allí vio a su hermana con otra corona de flores en la cabeza, tarareaba la canción del reproductor mientras colgaba en el árbol las decoraciones típicas de los cumpleaños. La piscina estaba limpia y bajo la sombra del toldo estaba la mesa del jardín junto a siete sillas, encima habían platos, cubiertos y vasos.

De pequeños todos matamos hormigasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora