Capítulo 10

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Camila's POV

23 de septiembre de 1997

Lauren era muy amable y atenta. Me había dejado que durmiese en su casa aquella noche, y la verdad es que me había gustado mucho. No sé cómo, pero consiguió que su madre me dejase dormir en casa, y yo me sentía algo mal por Lauren. No quería quitarle su cama, y tampoco quería invadir la vida de aquella familia, parecía que era una intrusa allí.

Cuando abrí los ojos aquella mañana, aún me dolía todo el cuerpo, aunque era normal porque había pasado apenas un día, pero con la crema que Lauren me echó en la espalda había dejado de quemar de forma tan intensa. Lauren estaba sentada en una esquina de la cama con un libro entre las manos. Comparada conmigo, Lauren era perfecta. Tenía los ojos totalmente verdes, la nariz, aunque no perfectamente recta, era preciosa, haciendo juego con sus labios y la línea de su barbilla. En cambio yo, estaba flacucha, tenía los dedos amoratados y las muñecas vendadas. Mis piernas eran pálidas y blanquecinas, adornadas con aquellas marcas moradas que recubrían mis piernas, y que también aparecían en mis costados. Volver a moverme todas las mañanas me costaba muchísimo, porque mi cuerpo estaba entumecido, y me dolía cada parte de este como si me acabasen de dar aquella paliza. Tragué un poco de saliva y cogí aire, y no sé de qué forma lo hice, porque Lauren desvió la mirada del libro hacia mí, parecía que acababa de despertar de un coma.

-¿Estás bien? –Preguntó ella. Lo único que hice fue asentir, porque bien, lo que se decía bien en el sentido estricto de la palabra, no estaba. -¿Cómo has dormido? –Dejó el libro a su lado y se levantó de la cama, sentándose a mi lado. Me quedé dormida con la misma ropa que traía ayer puesta, ya que ni siquiera pude cambiármela.

-Bien, muy bien.. –Dentro de lo que cabía, era la primera vez que dormía en varios días, y la primera vez que no me despertaba.

-Me alegro. –Sus dedos acariciaron mi mejilla, y posó sus labios en mi frente para darme un beso. Ella me quería, podía sentirlo en la forma en que sus labios se quedaban pegados a mi frente unos segundos, antes de separarse, o en cómo me acariciaba el brazo de la forma más suave que podía. –Deberías ducharte.

-No tengo ropa. –Le dije en voz baja, ladeando la cabeza en la almohada para cerrar los ojos.

-Te dejaré mi ropa. –Lauren me incorporó un poco y yo me agarré a su cuello, consiguiendo sentarme al borde de la cama aguantando esos quejidos, más por costumbre, porque ahora que Lauren sabía lo que me pasaba, no era necesario.

-No quiero abusar de ti.. –Susurré escondiendo la cara cuando me ayudó a levantarme de la cama, caminando con una mano rodeando su cintura hacia el baño.

-¿Abusar de mí? –Frunció el ceño mientras andábamos.

-De tu confianza y amabilidad. –Dije quedándome parada en la puerta del baño, tragando algo de saliva.

-No es amabilidad, es sentido común, Camz. –Puso una mano en mi cintura y apretó para empujarme dentro del baño.

-¿Tengo que quitarme también la muñequera? –Pregunté mirando mi mano, y ella asintió quitándola con cuidado antes de entrar.

-Cuando salgas, me llamas, ¿vale? –Me acarició la mejilla con el pulgar, y en ese momento sonreí, intentando que no se separase mucho de mí, pero ella lo hizo. Me gustaba mucho el tacto suave y aterciopelado de las manos de Lauren, me recordaba mucho a las sábanas que usaba de pequeña.

-Vale. –Respondí con voz algo tímida, cerrando el cuarto de baño.

En el momento en el que me vi frente al espejo, no pude más que compadecerme de mí misma. Estaba demacrada, las ojeras casi eran moradas como un moratón, y mis mejillas se hundían un poco marcando mis pómulos de una forma terrible, dejando de mí una imagen esquelética.

girls like girlsWhere stories live. Discover now