Capítulo 4.

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Louis se quedó mirando por donde Harry se había ido. Todo se había esfumado delante de sus ojos. Parpadeo varias veces, sintiendo su piel erizarse.

Si no fuera sido por él, tal vez Lazaros lo fuera.... ¡No!

Sacudió su cabeza tratando de alejar todo pensamiento sobre eso lejos de él. Respiro profundo tomando una decisión. Subió corriendo hasta su habitación, su madre y hermana no tardarían en llegar y tenía que apresurarse. Tomo una silla y la coloco de espaldas a la pared.

Lo iba a convocar.

Con el miedo palpable en su cuerpo. Se acomodó mejor en la silla, cruzando sus piernas y las manos en su regazo. Miro dos veces hacia atrás. Tomo aire en sus pulmones, quería mirar la tercera vez, ya sentía como alguien miraba a su nuca.

Harry mostro los colmillos, mirando fijamente la parte de atrás del cuello de Louis. El chico tenía agallas para convocarlo de nuevo.

Solo tienes que mirar una vez más.

Y Louis lo hizo.

En la habitación se escuchó un agudo grito de dolor. Las sombras aparecieron, arrastrándose hasta el castaño. La puerta de la habitación se cerró de golpe.

Louis lloriqueo, sintiendo como un peso caía en sus hombros. Parpadeo varias veces, al frente de él volvió a aparecer Harry.

–Por favor –suplico.

El rizado lo miro sin expresión alguna. Louis le devolvió la mirada, sintiendo su cuerpo retorcerse del dolor. Sus ojos negros eran dos abismos. Soltó un sollozo y un grito.

Eran las reglas.

–Son las reglas –la voz ronca de Harry penetro sus oídos, haciendo que el dolor se intensificara–. Me has convocado ya dos veces, las sombras tienen más acceso a ti, ellas quieren tu dolor, tu sufrimiento.

Secretos suspiro satisfecho en su mente, queriendo invadir la mente de Louis y disfrutar de su agonía, Harry lo detuvo. ¡No! Suficiente tenía con las sombras en su cuerpo.

–¿Q-Que puedo hacer?

Volvió a gritar, sintiendo algo extraño en su cuello.

¡No, Harry! Va en contra de las reglas, no lo hagas.

–Tienes que darles algo a cambio. Sangre.

Louis palideció, pero el dolor que sentía era peor, así que asintió frenéticamente.

Secretos se apodero del cuerpo de Harry, sus ojos se colocaron rojos, el demonio se estaba apoderando de él y él no había podido evitarlo.

Mostro los colmillos acercándose hasta Louis y clavándolos en su mano, la sangre comenzó a salir, y las sombras comenzaron a irse.

El cuerpo del castaño tembló ante el contacto. Miro los ojos rojos de Harry, y su cuerpo se paralizo. De las esquinas de su boca su sangre corría. Sus ojos rojos eran como dos llamas.

–Pobre e indefenso Louis –su voz era mucho más ronca–, alguien que nadie quiere.

Era secretos quien hablaba. El demonio. Este tenía la habilidad de hacer que sus víctimas recordaran sus pensamientos más profundos y oscuros.

"Un Louis de diecinueve años caminaba tranquilamente hasta su casa. Tarareando alguna que otra canción que se sabía. Sintiéndose feliz.

Pero la felicidad no duro mucho.

Cuando abrió la puerta de su casa, un hombre mayor tenía a sus padres y hermana amarrados.

No mires tres veces hacía atrás {Larry Stylinson}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora