Capítulo 06: Primer strike

4.1K 461 19
                                    

Un segundo más tarde, estoy rodeada de al menos cinco hombres intentando sacarme de aquí

Oops! Această imagine nu respectă Ghidul de Conținut. Pentru a continua publicarea, te rugăm să înlături imaginea sau să încarci o altă imagine.

Un segundo más tarde, estoy rodeada de al menos cinco hombres intentando sacarme de aquí.

¿Qué tengo yo contra tal fuerza? Mis bracitos intentando aferrarse a una mesa, con la nula esperanza de que la máquina se haya equivocado. A mi lado, Jean retrocede, confundido. Él tampoco parece entenderlo, porque se queda en completo y absoluto silencio mientras los guardias consiguen arrancarme de la mesa y me llevan a rastras consigo.

No lo entiendo. Se supone que yo... mamá dijo que... me elegirían. Que esto sería lo mío. Llevo toda la vida esperando el momento de ayudar en algo, especialmente si eso significa unirme a la OCD. Mi familia entera espera eso de mí. Hasta los muertos. ¿Cómo es posible que esto esté sucediendo justo ahora?

Entre mis patadas y algún que otro grito, el guardia que cargaba mi cuerpo termina bajándome. Solo entonces soy capaz de verlo: Jean ya no está donde antes, sino que acaba de cruzar al otro lado del escenario, con el resto de personas que sí han sido reclutados. Quedan tan pocas de este lado, y sin embargo, los coches predispuestos a devolvernos a casa vuelven a estar ocupados.

Ahora no... no quiero volver.

—Señorita, cálmese —intenta decirme un hombre, tomándome de nuevo por el brazo.

—Pero yo...

—Usted debe volver a casa, no ha pasado la prueba —insiste él, presionando con más fuerza, la suficiente como para herirme—. No se preocupe, estará a salvo. La OCD ya está trabajando para que los dones no se pierdan...

De un momento a otro, dejo de escucharlo por completo.

Es como si me desconectara del mundo.

Dejo de pelear, o de intentar librarme. En lugar de eso, permito que me devuelvan a la camioneta en la que me trajeron, incluso colaboro para ello. Tengo que resignarme. Tomar aire y decir «no importa». Después de todo, Nathaniel tampoco habría querido esto para mí, lo dijo desde el principio. Verme tan ilusionada por algo que jamás podré tener debe haberle dolido, ¿cómo mierda llegué a esperar que realmente esto tuviese cura?

Estoy rota, tanto por dentro como por fuera.

De mi grupo, soy la única que al parecer ha sido eliminada. Ni siquiera llegué a escuchar la vocecita que lo indicaba, pero tampoco sé para qué lo habría necesitado. «Ginebra Holiday, rechazada». Por supuesto, ¿qué más se podía esperar de mí?

Las puertas de la camioneta no tardan en cerrarse desde el lado de afuera. Los hombres me observan unos segundos por las ventanillas antes de irse, dándole el pase al conductor de partir. Luego de un par de sacudidas, estamos volviendo a la ciudad.

Agacho un poco mi cabeza, incapaz de querer ver cómo tengo que abandonar este lugar.

Intento esconderme entre mis propias manos, cierro los ojos y tomo aire con profundidad. No sé qué es esta presión que siento en el pecho, si al fin y al cabo solo estoy volviendo a casa, veré a Morgan y a mamá, y luego iré una vez más a la Academia, estaré con Lisa y Adam, como debe ser, siguiendo con la normalidad de mis días.

Deja que brille ©Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum