"Positivo" #24

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Lo miré por unos segundos tratando de procesar que por sus labios se había escapado las palabras "te amo". No entendía cuál era el punto de su actitud, cómo podía atreverse a romperme de esa forma y luego venir con ese adorable a rostro a tratar de disuadir la decisión que ya había tomado desde que lo vi sobre esa cama.

Jamás lo perdonaría.

 —No puedes amar a alguien y hacerle daño al mismo tiempo  —pronuncié.

Sus ojos avellanas me perforaron por un instante. Traté de sostenerle la mirada pero entonces noté que sus cejas se juntaban en modo de súplica.

No soy tan fuerte como pensé, así que giré los ojos en otra dirección.

 —Sí, te amo  —volvió a decir—  no me importa lo que digas. Estoy seguro de lo que siento.

 —¿Tan seguro que bastó unas copas de champagne para que cayeras en los brazos de Carly?  —me llené de indignación—  Lo tuyo no es amor. Es un simple gusto, solo eso, cuando obtengas nuevamente lo que deseas...

 —¡No!  —gritó, haciendo que de un pequeño brinco en mi lugar—  ¡¿Cuántas veces debo repetir que me muero por ti Vega?!

Le clavé una mano sobre su pecho con todas mis fuerzas provocando que se tambaleara ligeramente.

 —¡Cállate infeliz!  —grité, para luego volverlo a empujar—  ¡Te vi con ella!

Rayos, estaba perdiendo los papeles.

 —¿Qué viste?  —preguntó, mientras apoyaba una mano sobre la pared— ¿Me viste sobre esa cama dormido? ¿Con esa imagen quieres juzgarme sin dejar que te explique todo?

 —Estabas sin ropa Landon. ¡¿Qué carajos quieres que piense?!  —gruñí, luego bajé la voz al recordar que mis padres estaban a pocos metros de mí— ¿Acaso vas a explicarme todo lo que hicieron?  —reí irónica.

Respiró profundo para luego acercarse un paso, entonces yo retrocedí uno manteniendo la distancia  —No estoy seguro de cómo pasó todo, pero te puedo jurar que no hice nada con Carly. Sé que no me emborraché  —suspiró— lo sé Annie, tienes que creerme.

 —Jamás voy a creerte  —hablé mientras un nudo se formaba en mi garganta— no caeré en tus engaños. Ya lo hice una vez, no sucederá de nuevo —cerré los ojos y los volví a abrir tomando fuerzas—. Voy a afrontar todo sola ¿Me oíste? Nunca te voy a pedir ayuda. No te quiero cerca de mí, aléjate de mi vida  —miré mi vientre—  nada te une a mí. Nada.

Me observó con el rostro desencajado y los labios ligeramente abiertos. Tenía una arruga en medio de las cejas que le daban un aspecto de abatimiento.

Una buena máscara, solo eso.

—¿No tienes más que decir?  —pregunté después de unos segundos—. Bien, entonces adiós  —abrí la puerta sintiendo alivio porque era el momento de poder soltar todas las lágrimas que deseaba, de repente papá salió enfurecido.

 —¡¿Tú eres el zangandungo?! – chilló.

Mierda, si mi padre hablaba estaba arruinada.

 —No papá  —lo miré  de forma suplicante—  es un compañero de la universidad. Ve adentro, luego hablamos.

 —¡Te advierto que mi esparraguito no está disponible para nadie ahora!  —le gritó.

 —Tengo muy en claro que su hija no quiere nada conmigo señor Vega  —habló Landon— pero no me rendiré hasta que cambie de opinión. Lo prometo.

WHEN SHE WAS A VIRGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora