C.19

10.3K 614 29
                                    

Los chicos ya había llegado para prepararme para los premios, ya había terminado de bañarme y estaba envuelta en una toalla, únicamente las chicas de los vestidos estaban en mi habitación los demás estaban abajo, esperando su turno para maquillarme y peinarme. Me alcanzaron ropa interior fina, era más un pedazo de tela que cualquier otra cosa, consistía en un brasier color crema con puntillas doradas y rosadas. Y unas bragas o tanga que era de color crema con lazos que se unían de color dorado y rosa y se unían en un lazo en centro de la parte delantera. Pude ver el vestido, era precioso pero tenía una parte de mí. Era estampado de distintos temas. Me lo puse y ellos lo retocaron, y abrí la bolsa de tacones eran nuevos de taco alto aguja y brillantes color plata que adornaban todo el delicado zapato. Eran fascinantes.
Me paré y me coloqué los accesorios, no me dejaban mirarme al espejo aún y eso me ansiaba más a que terminaran. Melinda me miró, era una chica de cabellos rubios y tenía unos veintisiete años.
- ¡Estás hermosa! Podrías ir así no más a los premios y te lucirías sin capas y capas de maquillaje- todo el Staff de vestimenta me abrazaron y les correspondía el abrazo dándole las gracias por todo, ellos bajaron y subieron la otra parte del equipo ahora seguiría el maquillaje. Entró Paolo junto a Tessa y Clarissa. Los tres me miraron inspeccionándome la cara, gracias a Dios ya había pasado la etapa de los granos.
-Natural, pero con sombras negras y plateadas- habló Paolo asumiendo, las dos chicas asintieron y Paolo empezó a pintarme suavemente mientras Clarissa me hacía la manicura y Tessa la pedicura. Una vez terminada, Paolo se emocionó y me abrazó fuertemente también les di las gracias
-Esta chica es maravillosa. Deberías ser famosa- hablo Tessa quitándose un cabello anaranjado de la cara, les sonreí en agradecimiento mientras ellos llegaban y subió Marisa, una chica bajita y algo rellena, con un set de peinados, y miró mi cabello casi seco y lacio. Lo observó y empezó a buscar en sus libros de peluquería algo para hacerme, hasta que miró uno y empezó a chillar, reí en su mueca y ella empezó a usar la planchita y la buclera, ella sumió que era bueno el pelo suelto. Y luego roció brillos por todo mi cabello dejándolo brillante y con pequeñas esferas de glitter. Una vez lista ella bajó y miré mis muñecas, joder, ahora agarré el corrector de ojeras y la base para cubrirlas completamente y no se notaba nada, ya que el color rojizo había desaparecido. Suspiré aliviada. Era hora, y los chicos ya me dejaron verme en el espejo, ya que su obra de arte estaba hecha, cerré mis ojos y los abrí. Mi boca se abrió ante mi reflejo, era otra, definitivamente no era yo. Mis piernas estaban formadas y bronceadas y el vestido me quedaba... bien. El pelo suelto caía en ondas en mi cintura y me puse el perfume rápidamente, y cuando terminé el timbre sonó. Oh Dios, tierra ábrete. Era hora... y sentía que algo grande estaba por pasar.

Gritos Silenciosos - Juanpa Zurita Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum