C.36

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A penas podía moverme, los párpados de mis ojos temblaban levemente y mi cabeza daba vueltas sin control. Miré a mi alrededor y pude ver el cielo arriba mío, me asusté por completo hasta que me di cuenta que mi cabeza pasaba el hoyo que rompí. ¿Qué hora era? Me levanté y pude ver la sangre casi seca formando un charco algo grande. Me reprimí por lo estúpida que había sido al cortarme nuevamente. Buscaba con desesperación algo para limpiar y para mi suerte había un trapo limpia muebles con una esponja para encerar las maderas, por lo tanto agarré el trapo y saqué la sangre del suelo y con la esponja tallando el suelo saqué la sangre seca. Quedó limpio gracias a dios, miré mis muñecas y pude ver que estaban rojas y con varios (demasiados) cortes en cada una, joder. Me acerqué a la ventana polarizada y pude ver que no había absolutamente nadie. Cerré los ojos y suspirando agarré el control y abrí las puertas, verifiqué una vez más y estaba completamente sola. Me dejé caer en el suelo destrozada cuando las imágenes volvieron a mi memoria. Y como no llorar, si tuvieron sexo en frente mío ¡Y en mi habitación!
Cuando pensé eso, cerré la puerta y puse cerrojo. Agarré las sabanas desarregladas y sucias y empecé a sacarlas del colchón con desesperación, rabia y odio. ¡Follaron en mi cama! El asco inundaba mi garganta y sentí el vómito venir en cascadas, por lo tanto me fui corriendo al baño y con arcadas salió el líquido quedando en el váter. Lavé mi boca y la cepillé para quitar el mal aliento. Si antes me sentía peor, ahora estaba completamente destrozada. Me apoyé en la pared del baño sollozante mientras me deslizaba hasta quedar de rodillas al pecho. Era una simple adolecente con estúpidos sueños de amor y fantasías ¿En que estaba pensando? Jessica es una mujer, pechos operados y actitud completamente superficial. Di un último suspiro y abrí la puerta del baño, lo único que haría ahora sería bailar, agarré una maya de baile negra unas pantimedias naturales y una falda ligera negra junto con los zapatos de punta y llevé una remera corta, un brasier deportivo y unos pantalones ligeros. Me cambié y salí rumbo al salón gigante.
Abrí la puerta y la cerré con fuerza de la rabia contenida puse el reproductor de música y empecé a estirar rápidamente para no ir en frío a bailar. Pasados diez minutos encendí el equipo y me puse a repasar la coreografía "Lago de los cisnes", la música empezó a sonar al igual que mis movimientos en toda la pista, giros dobles y cansadores. Poniendo la espalda derecha siempre y encorvándome levemente en algunas partes.
Los recuerdos de ellos en mi cama donde dormiría todas las noches hicieron que la rabia aparezca y use como motor impulsor para saltar y debo decir que rompí mi marca ya que salté un metro veinte aproximadamente. Nueve minutos contados pasaron y ya estaba terminando la canción, apagué y me puse a pensar que no quería practicar más ballet, por lo tanto me cambié rápidamente. Saqué mi maya y me puse el brasier deportivo, arriba la camiseta corta y me puse los pantalones. Como olvidé las zapatillas quedé descalza y conecté m celular al estéreo. Y puse "Upgrade U" de Beyoncé, sonreí al espejo y cuando empezó a cantar mis movimientos se hicieron como una máquina automática disfrutando de cada uno.
Seguía bailando mientras descargaba todo el odia, rabia y dolor en esa pista de baile. Pero mi mente paró cuando mi reproductor puso "All That Matters" amaba esa canción con mi vida, era realmente hermosa pero me ponía enferma para quien era. No le di mucha importancia y cuando empezó a sonar el estribillo empecé a moverme relajadamente al ritmo de la música de la persona que nunca me amará y... mi ídolo.
Iba a seguir bailando pero unos aplausos secos me pararon, mi respiración se agitó más de lo que estaba mi corazón quería salir de mi pecho y mi pulso se puso a mil por hora. Sentía la transpiración fría recorrerme la columna. Me di vuelta... estaba ella, estaba Jessica, mi diablo, mi perdición con una sábana enrollada en su cuerpo desnudo mirándome con odio rotundo, y a pesar de su mirada sentí que algo demasiado horrible iba a pasarme. Me estaba preparando para el dolor que estaba por sentir.

Gritos Silenciosos - Juanpa Zurita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora