Capítulo 5: Sígueme

220 15 0
                                    

No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla, mis padres vienen a revisar que tal están las cosas por aquí, desconocen que Diego y Kevin viven con nosotros, mi padre se infartaría si lo supiera, es por eso que hoy no se aparecerán por el departamento hasta la noche. La visita ha servido para limpiar y reordenar el departamento, cuando terminamos es irreconocible. Finalmente nos arreglamos para la ocasión y dejamos todo listo  para que nuestros padres crean que todo esta bien.

A eso de las cuatro de la tarde llegaron, juntos. Saludo primero a mi padre, un hombre alto y corpulento, con algunas canas y arrugas, pero dentro de todo joven, incansable. Luego mi madre quien a sus cuarenta y tantos  luce bien conservada, las cremas para las arrugas y sus eternas dietas le han funcionado, también con eso de la crisis de los cuarenta ambos están un poco insoportables. Mamá luce radiante dado a que tiene un novio (puaj) acomodado en una buena empresa (más puaj).

-Cielos Matías ¿Es eso un tatuaje?--preguntó mi madre--

-Sí, es una estrella, un sol ¿Qué te parece?--contestó mi hermano algo animado.

-Es ¡maravillosa!  he estado pensando hacerme uno ¿Quieres que compartamos un tatuaje hijo?--dijo ella como si fuera normal que una adulta dijera eso.

-Oh ¿de verdad?--dijo él totalmente desanimado

-Ridiculeces--gruñó papá-- a mi no me parece que te andes rayando la piel. Dime ¿Cuándo conseguirás un buen empleo con esa apariencia?-

-Algún día, supongo--Matías lo esta arruinando todo  en menos de cinco minutos--

-Eh ¿Cómo les ha ido a ustedes?-- intervine antes de que explotara una acalorada discusión-

-Muy bien hija, te vez bellísima, pero ¿Por que no te maquillas? Con esos ojos yo...-

-Mamá sabes que eso no es lo mío--dije incomoda, siempre insistía en ello.

-Deja a la niña en paz, se ve hermosa tal como es--dijo mi padre, viéndome como lo que soy para él su niñita.

-Gracias papá--dije sonriendo tímidamente-

Después de un rato de hablar  en la sala, con la misma dinámica que la anterior, y de que revisaran muy indiscretamente nuestras habitaciones, baño, cocina, sala y comedor, decidimos comer.

-Oh, Alexandra, esto está delicioso ¿Cuándo aprendiste a cocinar hija?-- preguntó mamá, la verdad es que era comida a domicilio, no cocinaba nada. Hasta el agua se me quemaba.

-En internet, mamá--mentí obviamente, luego comenzó a hablar sobre sus amigos de Facebook, y no entendía porque no nos encontraba ni a mi hermano ni a mí en sus contactos, creo que en mi humilde opinión, tener a tu progenitora de amiga no es algo adecuado--


-¿Qué tal vas en la escuela? ¿Han hablado sobre la graduación de tu generación?-- preguntó mi papá, es ahora o nunca, mejor hablar con la verdad, que con la mentira.

-Eh, sí. Solo hay algo que deberían saber--dije, la tensión se presentó de repente.

-No estarás embarazada ¿Verdad?--vergüenza multiplicada por mil. Matt sofoco una carcajada, pero mis padres me veían preocupados-

-¡CLARO QUE NO! Es respecto a la escuela, estoy haciendo todo lo humanamente posible para salvar el bachillerato, y poder graduarme--los tenedores cayeron a los platos, haciendo ese característico sonido-

-¿Salvar? ¿Para que he invertido tanto tiempo en tu educación, si no lo aprovechas, Alex?-- estaba furioso, debí suponer que pasaría algo como esto.

-Lo siento, pero bien saben que nunca he sido buena en la escuela, me estoy esforzando mucho, lo juro--dije apresuradamente, no estaba acostumbrada a que me regañen

-Yo también tengo algo que comunicarles--intervino Matías, nervioso, no dejaba de mover su pierna derecha, en una especie de tic.

-¿Ahora que Matías?--mi madre estaba notablemente exasperada-

-No estudiaré mas derecho y leyes--los tenedores no cayeron esta vez, pero si el golpe de mi papá sobre la mesa.

-¡¿Qué?!--gritó-- ¿Qué piensas hacer de tu vida entonces?

-Matías te hemos dado todos los recursos para que tuvieras una buena educación--dijo mi madre, tomándolo de la mano, enfadada-

-Lo sé, lo que pasa es que comprendí que no era lo que quería--dijo él-- no es para lo que nací, perseguiré mi pasión

-¿Tu pasión? ¿Qué es lo que quieres?  ¿Para que demonios naciste según tú? ¡Eh!-- mi padre estaba rojo como los tomates de la ensalada--

-Para cantar, tengo talento, a pesar que no me crean, ni lo apoyen--ahora él estaba furioso.

-Pues no, no te apoyamos jovencito, ¿Piensas ser acaso como Justin Bieber?--mamá miraba a Matt, lanzando fuego por los ojos.

-No... voy a ser mucho mejor que él, yo lo sé--dijo alzando la voz-

-Bien. ¡Perfecto! tu mismo te pagarás la escuela de música y todo tu teatrito, de mí no recibes ni un solo billete--dijo papá, poniéndose más estricto que nuca.

-No lo necesito, se los demostraré a los tres--me miró, queriendo llorar

-¿¿Yo qué??--dije tomando un poco de comida.

-Tú Alexandra, estas advertida--me choca que me diga por mi nombre completo-- Si no te aplicas, te juro que me olvido de ti. Estudiar es lo menos que puedes hacer.

-Estoy totalmente de acuerdo, Javier--dijo mi madre.

En ese momento de silencio en que la sentencia ya había sido dada, la puerta se abrió, papá y mamá giraron para ver al zopenco de Kevin que seguramente había olvidado que mis padres vendrían hoy. Vestía de negro, su uniforme, sin olvidar su típico gorrito tejido  y para acabar su nueva perforación en el labio inferior.

-Buenas noches--dijo dándose cuenta de su torpeza-- se me olvidó... darte  tus llaves Matt, vine a dejártelas , es un gusto, me tengo que ir. A casa. Rápidamente.--cerró de un portazo

Matías se  tapaba los ojos bufando de coraje. Un fracaso, en todo su significado, pero ahora que lo pienso mi hermano y yo no estamos mal, mis padres no tenían que creer que estaba bien, porque no estaba mal, sabemos lo que queremos, aunque sea a corto plazo.


La chica de los chicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora