Epílogo

191 17 2
                                    

La noche que esperé durante mucho tiempo, para ser libre de lo que en ese entonces creía que me oprimía. La noche en la que cerraría un ciclo para empezar otro, la noche en la que comenzaría a ir por mi propio camino, un camino que comenzó bien. Feliz, puedo confesarlo por fin, puedo decir que estoy feliz, inexplicablemente, no hay ataduras... todos esos obstáculos que estaban ahí se han quedado atrás y ahora tengo un par de manos que me ayudaran a levantarme si es que caigo. No sé cuanto durará, espero que lo suficiente,  no sé que seguirá.

-¿Qué haces aquí?--me dice mi hermano.

-Solo veo las luces de la ciudad--el viento jugaba con mi cabello--me siento bien estando aquí arriba-

-Si, es tranquilo, mamá quiere que vuelvas a la fiesta, todos te están esperando... solo faltas tú para la foto de la generación.--

-Si, voy en un momento...

Es así como acabé la preparatoria,  me encontré, acompañada de esas personas con las que compartí toda una vida, era magia, magia pura, ahora cuando me preguntan ¿Qué es lo que quiero estudiar? ¿Qué hare con mi vida? respondo que quiero ayudar a la gente, esa gente que nunca antes me había importado, esa gente que podría ser algún día mi familia, mis amigos, o cualquier extraño. Quiero curar esas heridas, quiero sanar esos corazones, quiero dar vida, dar esperanza de que todo efectivamente  estará. Quizá en la medicina he encontrado mi camino... quizá no.  Mi corazón me lo gritó... me lo dijo cuando hablé con el doctor Alex, me lo dijo al ver a esa vieja enfermera cuidándome día y noche. Eso es lo que quiero. 

Quiero este mundo en mis manos, tengo la llave para las puertas indicadas,  quien no se rinde es un verdadero valiente, quien no lo intenta se quedará con las ganas, quien no se anima solo será un observador. Todo lo que soy, todo lo que fui, todo lo que seré es una chica, la chica de los chicos.



La chica de los chicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora