Capítulo 7: Solo un tonto no se daría cuenta

196 16 0
                                    

Una tarde que no me dejaron mucha tarea , acordé salir con Nico, quien aceptó mi propuesta inmediatamente. Salimos a una plaza comercial, ya que ahí vendían el mejor café del mundo, en un establecimiento pequeño, casi escondido. Nicholas era un niño gordito, a quien en segundo año de primaria molestaban mucho, yo una vez lo defendí y desde ese día fuimos amigos, de esas amistadas serias, hasta se quedaba a dormir en mi casa a veces, le gustaba jugar mucho a ser un gran cocinero, a pesar de ser yo la única que se comía lo que preparaba. Con el paso de los días su madre se dio cuenta de lo traviesa que era, por lo tanto alejó a Nico de mí. Sin embargo nos hablábamos por teléfono a escondidas de ella, solo para bromear un poco. Hasta que en aquellas vacaciones de verano, se mudó de casa y no volví a saber nada de él hasta ahora.

Nueve años después, varios centímetros más de altura, menos kilos con los que cargar, una dentadura restaurada y con cabellos decolorados (se veía bien, eso si le quedaba) mejillas rosadas, aquí esta, el pequeño e inocente Nico, quien se ha portado diferente conmigo.

-Eres más bonita de lo que recordaba--me dijo mirándome, eso me ponía nerviosa, no me gustaba definitivamente que me miraran--

-Exageras--dije yo, tímida, y nerviosa, cuando me miraban pasaba eso en mí, me ponían muy nerviosa--

-No, no exagero--platicamos del pasado, de mi mala influencia por aquellos años, de como le había ido, y como me trataba la vida desde que nos dejamos de ver.-- Alex, disculpa mi atrevimiento pero... ¿Tienes novio?

-No, para nada ¿Y tú, tienes novia?--cualquiera diría que si.

-No, ya no. Me Rompieron el corazón hace tiempo.

-¡Hey! ya somos dos--dije chocando su tasa de café, a forma de brindis--

Después de eso, fuimos al cine a ver una película para adolescentes basada en un libro muy famoso, de dos chicos que se enamoraban y vivían un corto pero lindo romance, elegida por él, yo no acostumbraba venir al cine. En medio de la oscuridad, rosó mi mano con la suya, aunque la quité antes de que pasara otra cosa. Saliendo de la sala, oh sorpresa, me abrazó por los hombros', cosa que le permití porque coincidentemente ahí estaban Miguel y Santiago.

-Hola chicos--saludé mientras pasaba a lado de ellos junto con Nico.

-Hola... ¿Alex?--dijo Miguel, Santiago solo me saludo con la mano, parecía molesto, al igual que Diego, el se molestaba por pequeñeces, increíblemente, ahora me sentía feliz. Seguimos caminando un poco, hasta que logré zafarme de su abrazo.

-¿Sabes quienes eran esos dos?--pregunté

-¿Quienes, esos tipos?--dijo con aire despreocupado

-Miguel y Santiago ¿no los reconociste?

-Ah, los que me molestaban por mi sobrepeso.

-Si, esos mismos-- al parecer había tocado un recuerdo del pasado que no le causó gracia a Nico.

-Me los imaginaba diferente ¿tú sigues siendo su amiga?

-Sigo siendo amiga de todos, pero de ellos más, no sé, la amistad se conserva entre nosotros.

Después de eso, deje que Nico me llevara a casa, donde ya saben, me criticaban y para mala suerte mi vecina chismosa vió a Nico, quien por cierto seguía en esa actitud tan inusualmente cariñosa.

-¿Quien era ese?--preguntó Kevin desde la cocina, cuando entre por fin a casa.

-Un viejo amigo ¿Por qué?--le contesté dejando mis cosas en el sillón-

-Nada más... ahora resulta que tienes viejos amigos--dijo en un tono sarcástico.

-Oye si, ¿Quién era ese?-- preguntó Matías

-Nico

-¿El gordito?

-Si, ese.--dije sentándome en el sofá.

-Bueno. Ya no esta tan gordito--dijo asombrado

-¿Va a ser tu novio, Alex?--preguntó Kevin

-¡NO!--conteste inmediatamente.

-Pero si se nota que le gustas ¡Awww!--gritó lo ultimo. Mientras preparaba comida.

-Guarda silencio, come cuanto hay.

-Ya era hora de que tuvieras uno, no que te tardas años... eres muy rara--me dijo Matías.

-Para que les quede claro a los dos, Nico no será mi novio, par de chismosos, están peor que doña Martha--les dije un poco molesta.

-Esa anciana nos odia--dijo Kevin--pero yo te estaba haciendo burla, no te librarás de mi, Alex... ¿Quién anda de novia? ¿Quien? ¿Quien?

-Ya cállate, Kevin.--dije lanzándole un cojín que esquivo de milagro.

-Hermanita, así es el amor, y entendemos perfectamente que estés enamorada--dijo Matías, derramando toda mi ira.

-Ya. Dije. Que te calles--le solté un puñetazo.

-¡Ven aquí! ¡asqueroso Malvavisco!--dijo persiguiéndome, era de juego, pero lo había lastimado en realidad.

-¡No déjame en paz! ¡Dientón de porquería! --dije sometida en el suelo. Su peso caía en mi cuerpo y sus manos tomaban mis muñecas, en un intento de quitarme su agarre, luché con todas mis fuerzas y boom. Estampó contra mi labio inferior, abriendo una escandalosa herida, que palpitaba. El sabor de la sangre se metió a la fuerza en mi boca.

-Perdón, perdón, perdón ¿estas bien?--dijo desesperado, corriendo detrás de mí, me dirigía al baño, para verme en el espejo--

-Eres un IDIOTA

-Tú también me lastimaste. Estamos a mano.--dijo viéndose también en el espejo

-Pero no se compara mi golpe con el tuyo--dije furiosa--

-Fue tú culpa, estábamos jugando bien--me dijo como si fuera un niño pequeño tratando de quitarse un castigo.

-¿Qué voy a decir mañana en la escuela?--le pregunté mirando como el golpe adquiría un color violeta.

-Que estábamos jugando, los hermanos hacemos eso, peleamos por todo, todo el tiempo... eso es normal ¿no?--dijo tratándose de convencer más a él, en lugar de darme una respuesta.

-No cuando estos ya son unos adultos.--dijo Kevin que estaba detrás de nosotros.

-Yo todavía soy menor de edad, ya, es enserio, que voy a decir, nadie me creerá--dije exasperada.

-Pues llévalo contigo para que te crean, los dos con la misma herida, les tomaré una foto--dijo Kevin sacando su teléfono.--Listo. Que hermanitos tan bonitos.

-Cierra la boca, tarado--dijimos al unísono, Matías y yo.



La chica de los chicosDove le storie prendono vita. Scoprilo ora