Capítulo 11: Sigue tus latidos déjate llevar

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Ese fin de semana, tuve el privilegio de ser invitada al bar, para ver por primera vez a mi hermano cantar, bueno primera vez oficialmente, sobre un escenario, con publico, y según él algunas fans, como su hermana lo había escuchado un millar de veces cantar en el baño durante la ducha, lo que me provocaba risa, pero según él estaba despegando. Y quería que yo estuviera en ese despegue.

-Por favor Leticia, no seas cortada y acompáñame, hace mucho que no salimos ¿Acaso tienes prohibido salir conmigo?

-No, solo que tenia planes--dijo, y en ese instante no sentí el golpe-- pero... podría cancelarlos

-Planes con Alan, comienzo a odiar a Alan--dije sinceramente, directamente, enfadadamente.

-No es eso, solo que... no lo sé... comienzo a enamorarme, y... cada segundo es importante. Ya sabes--no, no lo sé--

-Bueno, comprendo,  solo pensé que sería bueno, gracias Leticia--dije dolida al teléfono.

-Alex espera--me dijo ella, justo antes de colgar-- me acaba de llegar un  mensaje de Alan, no nos podremos ver, así que tengo la noche libre.

-Oh eso es fantástico--ser el plato de segunda mesa de tu amiga--bueno nos vemos a las siete en punto afuera de mi edificio ¿ok?--le dije recobrando la emoción.--Mi hermano y Kevin nos llevaran--

-Muy bien nos vemos.--dijo ella sin mucho afán, no estaba celosa de Alan, pero esto es incomodo, que tu amiga te haga a un lado por un chico duele, aunque comprenda que... lo quiere de verdad, duele.--

Me arregle como pocas veces lo hago, parecía alguien decente, claro conservando mi esencia, mi personalidad, atreviéndome a maquillar mis pestañas por primera vez. Estaba emocionada, me sentía como una persona grande, y poderosa, suena ridículo pero así me sentía, tan genial, tan alegre.

-Alex, hoy será algo parecido a tu iniciación en el mundo real--dijo Kevin, para mí no tenia ni el menor sentido posible, sin embargo el parecía hablar más serio que nunca-- No te rías, es verdad, puedes bailar, tomar, fumar... lo que sea, estarás con nosotros-

-Ella no fuma Kevin, creí que lo sabias--dijo Matt al volante-- Puedes tomar, pero poco, no quiero que te emborraches, ni nada de eso.

-Oído, dudo que quiera bailar, quiero divertirme.--dije

-¡Pues baila!--dijo Leticia que no se despegaba la cara del teléfono por los mensajes de Alan-- ¿ya te conté? Alan una vez me llevó a bailar, nunca me hubiera imaginado que él sabía bailar de esa forma.

-Ah si, ya me habías contado--dije fingiendo una sonrisa, esto era insoportable, ¿no puede dejar de hablar de Alan?

Las luces de la ciudad comenzaban a iluminar los cielos nublados de ese atardecer,  los autos iban rápido, sin trafico ni contratiempos, veía los negocios en ese boulevard que  siempre me había gustado,  en la radio se escucha una canción que Kevin y Matt se saben a la perfección, el viento pega contra mi cara cuando bajo de la camioneta, entonces entramos a ese lugar que apenas despertaba para esa noche tan agitada, había una fila esperando entrar, todos se veían tan mayores, hasta yo, que pasé sin problema alguno, gracias a las influencias de mi hermano en ese establecimiento que se iluminaba con luces de neón.

Esperamos un rato  en una mesa, en lo que abrían el bar a los que esperaban afuera, Matt y Kevin afinaban sus instrumentos, y preparaban el sonido, a Leticia se le acabó la batería del teléfono así que no le quedó de otra que hacerme caso.

-¿no te han hablado, cierto?--me dijo, con interés, con morbo-

-No, ninguno de ellos, pero resulta que no necesito de ellos para vivir--dije, era mentira, sentía un gran vacío desde que los "ofendí"--

La chica de los chicosWhere stories live. Discover now