Capítulo treinta y seis.

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Narra Marley:

Llegué al colegio sin muchas ganas de nada. Me tocaba inglés y en el salón donde me corresponde dicha materia había mesas de cuatro personas, así que una vez que entré localize la mesa en la que solía sentarme con mis amigos y tomé asiento dando un enorme suspiro de tristeza.

Unos cuantos segundos después  llegó Diego haciendo lo mismo que yo, pero él dejó azotar su cabeza contra la mesa. Auch.

Elena, al contrario, llegó más feliz de lo habitual y era raro ya que nadie es feliz estando en la escuela a las 7:00 de la mañana.

Se acercó a la mesa y se sentó.

—¿Y a ustedes qué les pasó?

Antes de que pudiéramos contestar, Ingrid llegó de la nada y se sentó a lado nuestro con una misma cara de melancolía.

—¿Qué haces aquí? -Pregunté.

—Me cambiaron de grupo a éste.

Los cuatro nos observamos y suspiramos con pesadez pero Elena recobró la compostura al instante.

—Parece que a ustedes tres los dejó su pareja. —soltó una carcajada y los tres la miramos mal.

—Bruja. —la acusó Diego —Meli y yo recién terminamos hace menos de diez minutos.

—Creo que Freddy y yo jamás llegamos a nada. —mi prima lloriqueo un poco.

—Jos y yo terminamos ayer.

Elena nos miró a los tres con un poco de pena y sin saber que contestar. Solo negó con la cabeza y no dijo nada hasta que volvió a sonreír.

—Muchachos, descuiden. Tal vez algo mejor venga para ustedes, ¿no creen? —posó sus ojos en Ingrid y en mí e hizo una mueca de tristeza —bueno, ustedes no creo que encuentren a una persona más perfecta que Jos y Freddy al menos que sea Nick Jonas o Zayn Malik, no digo que sean igual de perfectos pero ellos podrían, ya saben, recompensar a los otros, ¿no?

—Cállate. —dije frustrada —no es un excelente momento para tus bromas.

La profesora entró y el tema que tratábamos anteriormente se había acabado, ninguno de los cuatro hablamos en la clase. Creo que todos estábamos muy centrados en los problemas que nos atormentaban hoy.

La clase de la señorita Roman fue algo demasiado corta, ya que su celular comenzó a sonar y de ahí nos permitió salir 30 minutos antes.

—Prima, Alonso me contó todo lo que había pasado. —suspiró —Lo lamento. No creí que Jos fuera así.

—¿Y yo si? —dije con sarcasmo y me miró mal —bien, ya no pasa nada. Todo será mejor.

—Marley, ¿lo amabas?

—¿Qué? Sabes que sí. —suspiramos con tristeza —Pero quiero no depender de su amor, ¿sabes? Desde que lo conozco dependo de su cariño para estar bien y eso no es lo más adecuado, quiero dejar de preocuparme por eso y solo vivir mi vida sin él.

—¿Crees que él no te ama como tú?

Antes de contestar a su pregunta mi celular comenzó a sonar, salvándome de lo que venia.

&Salvada por la campana &dije y me aleje un poco para contestar.

Era mi padre.

Una vez que atendí la llamada me pidió que después de la escuela fuera a casa ya que tenía una noticia muy importante que dar. Fueron escasos los detalles pero tampoco exigí que me diera más.

—¿Quién era?

—Era mi papá, quiere que vaya a casa después de salir.

(...)

—¡Ya llegué! —grité cerrando la puerta principal.

Papá, apareció de la cocina con una gran sonrisa y una copa de vino.

—Marley, me alegro que ya estés aquí.

—Sí, ¿qué ocurre?

—No comas ansias, princesa. Espera a que llegue Andre con Ramona.

En lo que eso sucedía subí a mi recámara y encendi mi ordenador. La foto que tenía de fondo era una con Jos en Veracruz el día en el que me cantó en el escenario. Una sonrisa se dibujo en mi rostro al recordar aquel día pero la borré de inmediato al caer en la realidad.

No me atreví a quitar esa foto y mejor volví a apagarla y me dejé caer en mi cama.

La voz y sonrisa de Jos se reaparecieron en mi mente haciendo que una lágrima se deslizara por mi mejilla.

Me pregunto que estará haciendo, tengo curiosidad por saber si piensa en mí justo ahora como yo pienso en él, desearía creer que él también esta igual de roto que yo pero eso no lo sé con exactitud.

Han pasado unas cuantas horas desde nuestra ruptura y siento que el dolor lleva dentro de mí por tanto tiempo, ¿acaso es posible sentirse tan muerta?

Ramona gritó mi nombre irrumpiendo mis pensamientos y baje trotando por las escaleras.

—Ya que esta toda la familia reunida, es momento de dar la noticia —mis hermanos y yo nos miramos entre sí confundidos sin entender algo —¡Me ascendieron! Seré el presidente en una empresa que recién terminó de hacerse.

—Esas son unas excelentes noticias, papá. —habló Andre.

—¿Y en dónde esta esa empresa? Para anotar la dirección —dije con sarcasmo y mi papá hizo de lado su sonrisa.

—La empresa esta en Cali... —suspiró —Colombia.

—¿!Qué!? —gritamos al mismo tiempo.

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Enamorado de una fan. ||Jos Canela||Where stories live. Discover now